El desierto de Arizona será escenario esta noche (01.00 horas, Canal Plus) del duelo entre los New England Patriots y los New York Giants en la Super Bowl, uno de los espectáculos con mayor audiencia mundial y que cada año bate récords y supera cifras millonarias.

En la final de la NFL los papeles de los dos equipos de la costa este nunca habían estado más claramente repartidos en el mayor evento deportivo del país. Los 'patriotas' de Boston han ganado todos los partidos de la temporada y son el ataque más fuerte que ha habido en el fútbol americano gracias al quarterback Tom Brady y al receptor Randy Moss. Y son un conjunto experto. Cuatro jugadores estuvieron presentes en los tres títulos previos de los Patriots.

"A pesar de todo, estamos de acuerdo en que el partido del domingo es el más grande de todos", dijo Tedy Bruschi, uno de los componentes del cuarteto.

El otro es Brady, quien se lesionó en las semifinales contra San Diego, pero tranquilizó a sus fans: "En cualquier caso, estaré allí". Brady todavía no sabe lo que es perder una final y es la personificación de la garantía de triunfo que tiene New England.

Los 'gigantes' de Nueva York se aferran a su poderío lejos de su estadio. La última vez que ganaron el Super Bowl fue en un ya lejano 1991. Son los outsiders y se sienten bien con ese papel. Hasta el punto de que al entrenador Tom Coughlin no le gustó que el receptor Plaxico Burress profetizara un triunfo y predijera incluso el resultado: 23-17. "Sabemos que los Giants tienen confianza en sí mismos y así debe ser. Nosotros no haremos pronósticos, lo que tengamos que decir lo diremos en la cancha", respondió Brady.

Mientras Brady se puede encontrar entre los grandes quarterbacks de la historia junto a Joe Montana y Terry Bradshaw, el director del juego de los Giants, Eli Mannig, quiere llenar más la vitrina familiar después de ver cómo su hermano Peyton ganó con los Indianapolis Colts el título del pasado año.

"Eso me motivó, pero nunca pensé que estaría tan pronto tan cerca de lograr el Super Bowl", señaló.

Los Patriots se plantan por cuarta vez desde 2002 en la final de la NFL. En Glendale esperan obtener su cuarto título y cerrar el último capítulo de una sensacional temporada que quieren completar con un pleno de 19 triunfos en otros tantos partidos, un récord que jamás se dio antes en la NFL.

Por ello, los precios de las entradas han alcanzado cifras astronómicas: "La gente quiere estar allí por ver si los 'Pats' hacen historia y por eso, están dispuestos a gastarse más que los pasados años", dijo Jim Holzmann, presidente de Aceticket.com.

El espectáculo comenzará con la cantante Alicia Keys entonando el himno de Estados Unidos. En el descanso será el turno de Tom Petty and The Heartbrakers.