Perfil.- Víctor Martín comenzó a practicar la natación por herencia familiar. Comenzó a sumergirse en el agua su hermano mayor y él siguió sus pasos. Para hacerlo tuvo que desplazarse desde los siete hasta los quince años desde Padul hasta Churriana, ya que en su localidad natal no disponía de los medios necesario. Tras una constante progresión solicitó una beca en Málaga y allí que se fue a vivir fuera de casa por primera vez en su vida. En la Costa del Sol residió cuatro años junto a otros nadadores, jugadores del Unicaja de Málaga y del Málaga CF en las instalaciones de la Residencia Andalucía, que le permitían centrarse en sus estudios y en la natación. Tras su paso por Málaga el tiburón del Padul se marchó a Madrid. En la capital española ha pasado los últimos años de una carrera que alcanzará su cenit en el momento en el que salté al agua en la competición de 4x200 de la cita brasileña. Para llegar a Río de Janeiro Víctor Martín ha tenido que recorrer un camino en el que no han sido pocos los obstáculos que ha ido encontrando y que ha superado a base de trabajo y kilómetros. En concreto, los alrededor de 18 que realiza durante cada día de entrenamiento en la piscina. Hasta el momento no le ha ido nada mal...

Voló hace un año en el Mundial de Kazán y condujo por primera vez en la historia a un combinado nacional a participar en la competición de 4x200 libres en unos Juegos Olímpicos. Ahora ha ratificado la plaza que conquistó por aquel entonces y ya se encuentra en Río de Janeiro gracias, en parte, a que en el pasado Europeo de Londres consiguió la segunda mejor marca nacional de la temporada, algo que le valió la convocatoria. Entre todos los participantes de la delegación española hay uno que hará historia en el mismo momento en el que salte a la piscina brasileña sólo por haber nacido en el Padul. Víctor Martín es el primer nadador granadino que se sumergirá en el agua de esta competición, que es el mayor evento al que puede acudir un deportista. En su cuerpo radican gran parte de las opciones que tiene el equipo español de meterse en la final el próximo 9 de agosto a partir de las 18:00 horas. El tiburón del Padul ya entrena, como él mismo comenta con ironía en su cuenta de Instagram, en una "fantástica piscina" que la organización ha preparado para la ocasión. Con un selfie con el Rey Felipe VI se despidió de España, ¿volverá con medalla?

-¿Desde que empezó con la natación su sueño era acudir a unos Juegos Olímpicos?

-Por supuesto. Desde que empecé a nadar cuando tenía siete años diría que ir a una competición a nivel internacional como ésta ha sido mi mayor objetivo, aunque sabía que no iba a ser fácil. Acudir a Río de Janeiro ha sido el mayor premio que he tenido en toda mi carrera deportiva.

-¿Ha cambiado algo en su preparación después de conocer la convocatoria para los Juegos Olímpicos?

-Ha aumentado todo lo que hacíamos antes al tratarse de un año olímpico.

-¿Cómo ha intentado adaptarse al cambio de horario?

-Nos desplazamos a las Islas Canarias y hemos entrenado de 12:00 a 14:00 horas y de ocho a diez de la noche, aunque algunos equipos no han seguido la misma preparación que nosotros.

-¿Tras algunos rumores, se esperaba entrar en la convocatoria para la cita de Río de Janeiro?

-Un poco sí, aunque tenía algunas dudas sobre qué podría pasar. Habíamos trabajado muchísimo para conseguirlo y llevábamos muchos años a un nivel bueno.

-¿Qué le ocurrió exactamente en Sabadell durante el Campeonato de España?

-Me puse malo justo el día en el que viajé a Sabadell y llegué a la competición todavía con secuelas, pero participé en la prueba cuando aún estaba malo. Conseguí la clasificación para la final pero al acabar de nadar me desmayé y no pude seguir. Fue un hecho aislado.

-¿Cómo fueron sus inicios en la natación?

-Empecé a nadar en Churriana porque mi hermano estaba allí y era la piscina que tenía más cerca para practicar el deporte que me gustaba. Vimos que se me iba dando bien y decidimos entre todos pedir una beca e irme a Málaga hasta que cumplí los 19 años. Allí viví en la Universidad Laboral. Ahora estoy en Madrid y me encuentro bien.

-¿Cómo se espera su primera participación en unos Juegos Olímpicos?

-Todavía quiero verlo porque la gente habla mucho de cómo son, pero hasta que no esté allí no podré explicarlo. Quiero vivirlo en primera persona, pero tengo muchísimas ganas e ilusión de que se vea todo el trabajo que llevamos hecho.

-¿Cuál es su primer recuerdo de unas Olimpiadas?

-Siempre tengo el recuerdo de estar en mi casa viendo la televisión con mi hermano aunque nos tocara levantarnos a las cuatro de la mañana.

-¿Qué opina su familia sobre todo lo que le está pasando en los últimos años?

-Ellos me apoyan en todo y tienen muchísimas ganas de que pueda debutar en Río de Janeiro para que viva esa experiencia.

-¿Cómo ve las opciones del combinado nacional?

-Ahora mismo nos vemos con muchas capacidades para luchar por la final. Hablar de medalla son palabras mayores porque la mayoría de los rivales tienen más experiencia y más nivel. Sería un sueño y un objetivo real poder disputar la final.

-¿Ha dudado en algún momento acudir a los Juegos de Río de Janeiro por el virus del zika?

-Nunca he dudado de mi participación por un virus. Un mosquito nunca impedirá que  yo vaya a unos Juegos Olímpicos.

-¿Cómo se encuentra físicamente?

-Cada día me veo mejor, con mucha confianza y muy bien en el agua. Estoy muy ilusionado.

-¿Cómo es el día a día en la vida de un nadador?

-Es duro. Me levanto todos los días a las 6:30 horas. Desayuno rápido y a las siete estoy en la piscina para empezar con el calentamiento en seco. De siete y media a diez de la mañana tengo entrenamiento en el agua y el resto de actividades dependen del día de la semana. Lunes, miércoles y jueves hago core -abdominales y flexiones- y la sesión de tarde dura de cuatro a seis y media. Martes y viernes empiezo a las 15:30 y estoy hasta las siete con entrenamiento en el agua y en el gimnasio.

-¿En un día normal de entrenamiento qué cantidad de kilómetros recorre?

-Depende de la época de la temporada y de la competición a la que tenga que acudir en ese momento, pero suelo hacer entre 17 y 18 kilómetros al día.

-¿Cómo ve el nivel de la natación en Granada?

-Cada vez va creciendo más. Siempre va despuntando gente. Hasta ahora ha sido un pelín más bajo, pero en las categorías inferiores se van consiguiendo medallas, por lo que hay una buena base.

-¿Para llegar a ser profesional hay que salir fuera de Granada?

-Aquí se puede tomar una base muy importante, ya que los clubes cada vez tienen más experiencia y eso se nota en la formación de los menores, aunque para ser profesional tenemos que reconocer que hay que salir  porque aquí en Granada no hay ningún centro especializado.