Deportes

Otra prueba ideal para el brillo de los escaladores

  • La Vuelta, que partirá de Jerez y concluirá con una crono en Galicia, acentúa su perfil montañoso

La LXIX edición de la Vuelta a España vuelve a hacer un guiño a los escaladores, fiel a su apuesta de crear espectáculo, con un recorrido presentado en Cádiz que incluye ocho finales en puertos de primera y cinco en perfil ascendente.

La Vuelta saldrá de Jerez de la Frontera el 23 de agosto con una contrarreloj por equipos de 12,6 kilómetros y no finalizará en Madrid, sino en Santiago de Compostela, como en 1993, el 14 de septiembre, con otra cronometrada de 10 kilómetros.

Los finales en alto vuelven a marcar la apuesta de la organización de la Vuelta, encantada con los resultados deportivos y de audiencias en las últimas temporadas. Para empezar, Andalucía, el mar y la montaña. El movimiento llegará pronto, en la tercera etapa, con tres puertos de tercera y una subida final a Arcos de la Frontera que servirá de alerta antes del paso por Ronda y el primer final en alto, inédito, en La Zubia (Granada), en un buen abreboca.

Tras el paso por Castilla La Mancha, Aragón acoge dos importantes citas separadas por la primera jornada de descanso, una con final en alto (91, Valdelinares) y otra en contrarreloj individual de 35 kilómetros (décima etapa) que empezará a acomodar a los favoritos.

Luego, la Vuelta se reencuentra con Navarra para afrontar otro final empinado, en el Santuario de San Miguel de Aralar (11ª etapa), un puerto de primera calificado por Miguel Induráin como "digno del Tour de Francia": 8 kilómetros con rampas de hasta el 13%.

La llanura vuelve en Logroño, último respiro para el pelotón, ya que la Vuelta entra de lleno en territorio comanche, con las jornadas que decidirán el podio final. El norte designará al vencedor.

Habrá dureza, y mucha. El paso por Cantabria será el aperitivo con el final en ascenso de Cabárceno, pero antes resultarán incómodos los altos de Estacas de Trueba, La Braguía y El Caracol.

La traca se encenderá en la 14ª etapa entre Santander y la inédita Camperona, en el Valle de Sabero (León), un "pequeño Angliru" con 3 kilómetros que incluye paredes de hasta el 24% de desnivel. Un día después la mítica etapa de Lagos de Covadonga (15ª), con el aliciente final de apuntarse un triunfo de los que marcan.

Aún en Asturias se presenta la etapa reina, la 16ª, con cinco puertos de primera de los que han escrito jornadas épicas. Saldrá de San Martín del Rey Aurelio, en una jornada corta, de 158 kilómetros, que incluye otros cuatro primeras. La Colladona, El Cordal, La Cobertoria y San Lorenzo se pueden convertir en un martirio antes de enfrentarse a la Farrapona, puerto estrenado en 2011 por el estonio Rein Taaramae, el día que Sir Bradley Wiggins vistió por última vez el jersey de líder, antes de que irrumpiera el vencedor final, Juanjo Cobo. El puerto tiene 18 kilómetros y las rampas finales del 13% se pueden agarrar a las piernas. Si la Vuelta no ha despejado todas sus incógnitas en Asturias la segunda jornada de descanso vendrá bien para preparar la parte final de la ronda. Queda Galicia con las cinco últimas etapas, con todo tipo de terreno.

Los esprinters volverán a probarse entre Ortigueira y A Coruña (17ª), el nuevo Monte Castrove será el final elevado de la 18ª y los Ancares, la víspera del final, será el escenario de la batalla definitiva entre los favoritos, con un puerto de categoría especial ante de la crono corta de Santiago.

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