El año 2010 ha traído los mejores deseos para Sierra Nevada: el fin del temporal. Las incesantes precipitaciones y las fuertes rachas de aire que durante las últimas semanas obligaron a la estación de esquí a cerrar sus pistas (y a perder visitantes, por ende), han dado un respiro a la instalación de Monachil.

Según Cetursa, la empresa pública que gestiona Sierra Nevada, los hoteles de la estación de esquí tienen una ocupación que ronda el 80%, una cifra positiva que coincide con la que habitualmente hay en la sierra granadina para estas fechas. Además del viento, las intensas precipitaciones también han cesado, lo que ha animado a numerosos turistas a pasar los últimos días de vacaciones en la nieve disfrutando, entre otras cosas, de los tres telesillas que hasta el momento se habían visto afectados por el temporal, Stadium (al que le cayó un rayo), Virgen de las Nieves y Veleta II.

En total han sido 30 kilómetros de pistas esquiables las que se abrieron al público el pasado fin de semana, lo que supuso la mayor superficie abierta desde que se diera por inaugurada la temporada el pasado mes de diciembre. Los más de 14.000 visitantes que acudieron a la estación durante el pasado fin de semana, según Cetursa, pudieron disfrutar también de Borreguiles, que daba acceso a la pista La Visera, una de las más exigentes técnicamente de la estación de esquí.

A la apertura de esos 30 kilómetros de pistas esquiables se le suman otros 10.000 más que han sido abiertos al público tras la puesta en funcionamiento del telesilla Monachil, con el que se accede a las pistas de Loma de Dilas.

La previsión para los próximos días continúa siendo favorable en la Sierra, y es que, por el momento, ya se han efectuado el 60% de las reservas para lo que resta de semana.

Uno de los pocos aspectos positivos que ha dejado el temporal en la estación de esquí de Granada han sido las precipitaciones caídas en forma de nieve, y es que las pistas más altas de Sierra Nevada cuentan en la actualidad con un metro y medio o dos metros de grosor.

La celebración de cotillones para la última noche del año propició también un aumento importante en el número de visitantes que se hospedaron en Sierra Nevada durante el pasado fin de semana, un aumento en la ocupación hotelera al que también están acostumbrados en la estación de esquí y que permite a sus trabajadores iniciar el nuevo año con una ocupación hotelera importante.