Los ministros de Economía de los países de la Eurozona son consciente del riesgo de una nueva recesión desde mediados del pasado verano, cuando se produjo el estancamiento de las economías francesa e italiana y, en cierto sentido, de la alemana, de ahí que el luxemburgués Jean-Claude Juncker anunciase en su presentación ante el Parlamento Europeo de un plan de inversiones de 300.000 millones de euros. Sin embargo, y hasta el momento, no hay ningún movimiento en Bruselas que asegure dicho plan. En el actual marco financiero 2014-2020 no figura, puesto que lo aprobó la Comisión Europea saliente, pero el plan Juncker ha suscitado ya las diferencias entre los socios. Y son: su cuantía, la proporción de público y privado y, sobre todo, el origen de los fondos. Sí se sabe que participará el Banco Central Europeo (BCE), que ha comenzado a distanciarse en los últimos meses de la ortodoxia alemana más prusiana.

Sin embargo, el plan Juncker encierra una duda mayor para España, y es que estas inversiones, que serían cofinanciadas por los Estados, no computarían como gasto a la hora de calcular el déficit, pero sólo para aquellos países que lo tengan contenido y por debajo del 3%. Esta cláusula perjudicaría a España, ya que el incentivo fiscal contaría con una barrera para su aplicación. De todos modos, un mayor gasto en países como Alemania o Francia también beneficiaría a España, aunque de modo indirecto.

La Comisión de Juncker pasará su último examen la próxima semana en el Parlamento de Estrasburgo, y será operativa el 1 de noviembre. Se espera que la próxima reunión del Ecofín, este mismo mes, adelante algo del plan. Un alto funcionario de la Comisión indicó, claro, a este periódico: "De momento, y sobre el papel, aquí no hay nada". En la Comisión Europea, apunta esta misma fuente, comienzan a palpar un cambio de actitud sobre la austeridad fiscal, no en el sentido de ser más laxos, sino de acompañarlo con otros instrumentos, como ha empezado a hacer el BCE. El plan Juncker sí fue conformado por el ministro de Economía, Luis de Guindos, en un Foro Joly celebrado en Sevilla el 1 de octubre. De Guindos mantuvo que no se trata "de un conjunto de planes E" ni de medidas de corte keneysiano.