Entrevista a Reyes Monforte

"El verdadero éxito es trabajar diariamente en lo que te gusta"

La escritora y periodista Reyes Monforte.

La escritora y periodista Reyes Monforte. / José Ángel García

Las historias veraces son lo suyo. Reyes Monforte (Madrid, 1975), autora del famoso best-seller Un burka por amor -su primer libro y del que vendió más de un millón y medio de ejemplares con famosa serie incluida-, diez libros después con La condesa maldita (Plaza&Janés) mantiene su pasión por aquello que ocurrió, por aquellas historias que la seducen hasta el punto de no poder evitar darles vida literariamente y que el mundo sepa de ellas. Escritora y periodista, estuvo casada con Pepe Sancho, pero no considera que la suya sea una de esas historias para contar. El tiempo dirá lo que tenga que decir.

– La femme fatal Maria Tarnowska vivió el primer juicio mediático de la historia conmocionando a la Venecia de 1907 y sentando precedentes. ¿Quién fue en realidad La condesa maldita?

–Fue una descendiente de zares rusos que de la noche a la mañana se convirtió en una devoradora de hombres y en la protagonista del primer juicio mediático del siglo XX tras ser acusada por inspirar el asesinato de su prometido, con la ayuda de dos de sus amantes. Cuando se celebró el juicio en 1909, dos años después del homicidio, fue también el primero en aceptar los preceptos del psicoanálisis freudiano. Fue toda una revolución.

–¿Por qué cayó la sociedad a sus pies?

–Era una especie de celebridad. Todo el mundo quería estar a su lado. Era muy bella. Los hombres se batían en duelo por demostrarle su amor. Su propio cuñado de 16 años se suicidó colgándose de la ventana de la residencia familiar porque comprendió que era una historia de amor imposible. Al final resultó culpable, pero alegaron que tenía problemas mentales, siendo esto toda una revolución. El juicio fue tan mediático que hasta buscaron un juez de más de 75 años para que fuera más imparcial, pero también cayó rendido a sus pies, al igual que un miembro del jurado. Por vez primera la salud mental fue un motivo atenuante de condena. Según los 25 ginecólogos y psicólogos que la vieron, cuando dio a luz a su primer hijo se produjo un envenenamiento de la sangre que afectó a su capacidad mental en su toma de decisiones. El New York Times publicó que la sentencia había sido muy benévola con ella e incluso descubrieron un plan de huida para la condesa sin ella pedir absolutamente nada. No me extraña que se considerara que era un tema de brujería.

–¿Por qué se sabe hoy tan poco de ella y de este episodio histórico tan relevante?

–No lo teníamos reciente. Yo tampoco lo conocía pero en Italia es muy conocido, incluso hay un hotel con su nombre. Iban a hacer una película, pero el Gobierno no lo consintió porque no daba buen ejemplo.

–¿Hoy ese juicio sería igual?

–La sociedad no ha cambiado. En el juicio se trataron todos los temas que asolan la condición humana, o sea, la maldad, el amor, el odio, los celos, el sexo, las intrigas... Sería peor porque entonces solo existía la prensa, pero ahora, imagínate.

–¿Por qué estas historias siguen captando la atención del público, qué magnetismo tienen?

–Pues no sé si será por morbo o porque todos tenemos en el fondo bajos instintos, pasiones, celos, amores, odios o deseos escondidos. En este tema se mezclan muchas cosas. Se dan unos escenarios que son también protagonistas, como la Venecia de aquella época, de la Belle Époque o la Rusia zarista. Ya llamó la atención en su día y estoy segura de que si esto hubiese ocurrido hoy, hubiera llamado la misma atención o incluso más, porque tiene todos los ingredientes para que nos peguemos en la pantalla, a las páginas de un periódico o lo escuchemos en la radio.

"Nunca nos vamos a inventar algo que sea más alucinante que las cosas que vivimos día a día”

–La realidad supera a la ficción.

–Nunca nos vamos a inventar algo que sea más alucinante que las cosas que vivimos día a día.

–Siente especial pasión por la historia femenina. Llegó a afirmar que le hubiera encantado haber escrito el guion de Lo que el viento se llevó. Scarlett O’Hara era otra femme fatal.

–Sí, me hubiera encantado pero no es algo premeditado seguir escribiendo sobre mujeres.

–¿Y basar las historias en hechos reales?

–Sí, la verdad es que sí. Hay muchas historias que contar muy desconocidas.

–¿Le gustaría ver La condesa maldita en cine?

–Desde luego, no es la primera vez que un libro mío pasa la pantalla. Ya ocurrió con Un burka por amor.

–Periodista, escritora y esposa de Pepe Sancho. Usted también tiene un historia interesante que contar. ¿Algún día escribirá sobre ella?

–¿Interesante? No sé. Cuando veo lo que han hecho estas mujeres y hombres digo: “Madre mía, ¡qué vida más aburrida! Yo aquí, escribiendo. Aunque lo mismo no es aburrida, pero no por ello puede tener interés para el público.

Un burka por amor fue su primera novela y un best-seller. ¿Cómo canalizó este éxito?

–Al pillarme con 32 años ya me cogió con la cabeza bien amueblada y sabiendo que, aunque tengamos días mejores o peores, el verdadero éxito es trabajar diariamente en lo que te gusta y que te lo permitan. Y no en algo en lo que te veas obligado.

–¿Cómo ha evolucionado? ¿Cómo se siente ahora ante una página en blanco?

–Hacía mis propios guiones para no tener ese miedo al folio en blanco. Cuando me pongo lo hago sabiendo lo que quiero escribir, cómo lo quiero escribir y de qué manera. Cuando me siento no tengo ningún temor ni ningún miedo.

–¿Cómo se describe como autora?

–Como una narradora de historias a través de la literatura.

–A estas alturas de su carrera, ¿se siente más escritora o periodista?

–Van bastante de la mano. Cuando casi más disfruto del proceso de elaboración de un libro es en la documentación. Me lo paso fenomenal documentándome y sacando una cosa aquí y otra de allá, que todo vaya encajando. Entonces no sé decirte, no hago distinciones. Ahora, la verdad, soy más escritora que periodista porque no ejerzo.

–¿Qué cree que le falta y qué le sobra a la literatura actual?

–Uy, no seré yo quien diga nada de eso. Dios me libre. No tengo ni idea de lo que falta ni de lo que sobra. Con lo mío ya tengo bastante.

–Afirma que es un mito que la gente no lea.

–Lo considero firmemente. La gente sí lee. Es un hecho.

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