España

El Rey preside junto al Príncipe su último acto como jefe de los Ejércitos

  • Felipe VI se convertirá de facto en el jefe supremo de las Fuerzas Armadas con independencia de su rango Morenés destaca la modernización de la institución en el reinado

El Rey y el Príncipe de Asturias comparecieron ayer juntos en público por primera vez desde el anuncio de abdicación en una ceremonia militar celebrada en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, a la que asistieron los jefes de Estado Mayor de Tierra y del Aire. Puede ser también el último acto que don Juan Carlos preside como capitán general de los Ejércitos.

Vestidos con uniformes de capitán general y de teniente coronel del Ejército de Tierra, respectivamente, don Juan Carlos y el príncipe Felipe llegaron a la lonja del monasterio entre la expectación de gran número de vecinos y turistas, y gritos de "¡Viva el Rey!", para asistir a los actos militares previos a la reunión del capítulo de la Orden de San Hermenegildo convocada con motivo de su segundo bicentenario.

Don Juan Carlos, apoyado en su bastón y con gesto relajado y sonriente, y don Felipe, que le sucederá dentro de unos días como Jefe del Estado y jefe supremo de las Fuerzas Armadas, saludó al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y al resto de autoridades presentes, antes de seguir la ceremonia de pie desde una tribuna de honor emplazada en la entrada principal al monasterio.

El jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, Jaime Domínguez Buj; el del Ejército del Aire, Francisco Javier García Arnáiz, y el director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, figuraban entre las autoridades junto a la subsecretaria del Ministerio de Defensa, Irene Domínguez Alcahuz, mientras el ministro Pedro Morenés asistía a la reunión extraordinaria del Ejecutivo sobre la abdicación. Ya, desde Bruselas, Morenés resaltó del Rey que "ha sido un servidor de los derechos generales de España en unos momentos muy difíciles de nuestra historia". Sobre el príncipe Felipe afirmó que "el hecho de ser proclamado Rey lleva aparejado per se, por virtud de la ley, la jefatura suprema de las Fuerzas Armadas, tal y como lo establece la Constitución", independientemente de su rango militar previo. Morenés también puso de relieve la "transformación" de España con la llegada del rey Juan Carlos y subrayó "cómo la estabilidad, el trabajo bien hecho y la solidez de las instituciones ayudan a que una sociedad, un país y una nación como España haya podido salir adelante y esté hoy donde está después de 39 largos años".

La ceremonia, salpicada de vítores al Rey, al Príncipe y a España procedentes de los espectadores que presenciaban la celebración detrás de las tribunas dispuestas para los invitados, duró una media hora. A su término, don Juan Carlos y don Felipe dirigieron a los asistentes un saludo de despedida, respondido con aplausos, antes de entrar en la basílica.

Antes de eso, se vio a ambos entonar, junto al resto de militares, la oración de homenaje a los caídos La muerte no es el final. Sobre el monasterio, sobrevolaron en dos momentos distintos los aviones de la Patrulla Águila, ausentes en la celebración de San Hermenegildo de 2013 como consecuencia de la política de ahorro presupuestario.

Ya en la basílica, tuvo lugar la misa oficiada por el arzobispo y un breve concierto de órgano, tras el que el Rey ha impuesto ascensos y condecoraciones a representantes de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil ante miembros de la Orden de San Hermenegildo, sus familiares e invitados de varias órdenes militares, de la nobleza y de la diplomacia. La cruz de San Hermenegildo se otorga a los veinte años de servicio, la encomienda a los veinticinco y la placa a los treinta, en tanto que la gran cruz está reservada a generales y oficiales.

A continuación, en todo momento acompañado por don Felipe, el Rey presidió las deliberaciones, que no se hacen públicas, de esta reunión extraordinaria del Capítulo de una Orden creada en 1814 por Fernando VII para distinguir la constancia en el servicio y la intachable conducta de los militares de distintas graduaciones. El soberano de esta orden es don Juan Carlos, quien presidió en 2009 por última vez, acompañado también por el Príncipe, la reunión bianual del capítulo de esta orden.

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