España

Sánchez accede a convocar al PSOE

  • El Comité Federal se celebrará el 1 de octubre, donde se tendrá que volver a debatir sobre pactos. El secretario general amaga con una consulta a la militancia para impedir la abstención al PP. El acercamiento a Podemos, y no a C's, vuelve a hacer pensar en que busca a ERC y PNV.

Pedro Sánchez ha accedido a convocar el Comité Federal del PSOE después de las elecciones vascas y gallegas de este fin de semana, será el sábado 1 de octubre y, aunque sobre el papel, este órgano valorará estos comicios autonómicos, será inevitable que se aborde la situación de bloqueo del Gobierno español. Pero en esta cesión también hay un giro en su estrategia. Hasta ahora, el líder socialista había sostenido la tesis de que, mientras no se produjera algún cambio, no sería necesario que el comité se replantease su posición sobre los pactos de Gobierno. Sin embargo, varios líderes territoriales, como el extremeño Guillermo Fernández Vara y la andaluza Susana Díaz, habían solicitado hablar sobre el futuro inmediato del país en los órganos internos del partido. A ello también se sumó el manchego Emiliano García Page. Pedro Sánchez ha accedido, aunque los barones no se esperaban este anuncio antes del domingo, lo que lleva a pensar que el líder del PSOE haya planificado una estrategia contra lo que comenzaba a ser un clamor en una buena parte de su partido: que es él quien bloqueaba la situación por su negativa a buscar alternativas con el PP. 

En Ferraz también han manejado la posibilidad de que los críticos buscasen su defenestración si, tal como se prevé, los resultados electorales de este fin de semana empeoran aún más la situación del PSOE. Para destituir al secretario general es necesario la dimisión de la mitad más uno de los miembros de la Ejecutiva o una moción de censura en el Comité Federal. Éstas son las dos posibilidades que se habían manejado en ambos bandos, aunque sólo como hipótesis. Para que ocurriese algo así en la Ejecutiva, tendrían que dimitir, porque se supone entre los críticos, dos presidentes autonómicos, Ximo Puig y Emiliano García Page, y esto plantea serias dificultades. 

En este clima de doble crisis, la interna, por el liderazgo socialista, y la externa, por la gobernabilidad del país, Sánchez da un paso adelante al convocar el comité sin dar lugar a más peticiones. El secretario general habló, o llamó, ayer a algunos barones, como el Fernández Vara, que había revelado la semana anterior que llevaba meses sin hablar con su líder. 

Pedro Sánchez intenta calmar un poco el partido días antes de que se celebren las elecciones vascas y gallegas, y que suponen un último examen para su liderazgo. Lo previsible es que Sánchez defenderá ante el comité que es necesario mantener el no a Mariano Rajoy y al PP, y que la única alternativa es buscar una alianza con Podemos y Ciudadanos, a pesar del veto de los naranjas. Esta alternativa, sin embargo, es imposible, ya que Albert Rivera no desea a Pablo Iglesias de compañero de viaje. Si los críticos hiciesen valer su fuerza para replantear la situación, Pedro Sánchez podría recurrir, entonces, a la consulta a la militancia, que está muy en contra de cualquier acuerdo con los populares. El referéndum a las bases se ha convertido en un arma de Sánchez que limita el poder del Comité Federal, en teoría, y sobre la norma, el organismo que decide sobre los pactos. 

Pero aún hay otra posibilidad, y es que Sánchez intentase un acuerdo con Podemos y con los independentistas. A esto se opone la resolución del comité, pero el secretario general podría recurrir a lo mismo, a la consulta a las bases, si los nacionalistas e independentistas apartan su reivindicación soberanista. Esta fórmula es la del gobierno Frankenstein, porque necesita de Podemos más PNV, ERC y la antigua Convergència, un conjunto de partes sin otra conexión que la de querer echar a Rajoy como fuese. 

Pero esto llevaría al PSOE a un precipicio, donde la fractura sería algo más que una posibilidad. Los independentistas catalanes están planteando una partición de España, es su objetivo primordial, cualquier apaño sería sólo un paso intermedio. 

El portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, anunció ayer que Sánchez volverá retomar su ronda con los partidos la próxima semana, después de las elecciones del domingo. En realidad, con el único que aún no ha hablado es con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, lo que lleva a pensar a algunos críticos que el socialista se ha empleado a fondo con Podemos, partidario del Gobierno de la izquierda y los independentistas. 

El problema de esta crisis es que las alternativas que viene planteando Sánchez son inviables, por lo que la única salida seguiría siendo la convocatoria de elecciones generales por tercera vez en el plazo de un año. Ni siquiera la alocución del Rey en la asamblea general de Naciones Unidas parece haber ganado los oídos de la dirección socialista. 

En su intervención ante la asamblea general de la ONU, el Monarca reconoció implícitamente que España está atravesando un momento complejo. "Todas las democracias avanzadas, como la nuestra, atraviesan en algún momento de su historia coyunturas complejas", dijo Felipe VI en la sede de Nueva York. "Pero las superan por la fortaleza y cohesión de su sociedad, la solidez de sus instituciones, la vigencia de su sistema de libertades; por su firme convicción en que las diferencias se resuelven con voluntad de acuerdo dentro del respeto a las reglas que se han dado", continuó. "Los españoles -aseguró el Rey- siempre hemos superado los tiempos difíciles". A modo de ejemplo, puso en valor cómo tras haber sido golpeados por una dura crisis de alcance global, la sociedad española ha demostrado una "enorme capacidad de superación".

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