Música joven para un aniversario
Crítica
La Joven Orquesta Gustav Mahler inaugura el Festival de Granada con un programa dedicado a Anton Bruckner en el doscientos aniversario de su nacimiento
Festival de Música y Danza de Granada 2024: programa completo, horarios y escenarios de la edición de 2024

El Festival de Granada adelanta un año más su inauguración a los primeros días de junio. En esta ocasión ha querido inaugurar su 73ª edición con una de las orquestas jóvenes más reputadas de Europa, la Joven Orquesta Gustav Mahler, que bajo la dirección de Kirill Petrenko ofreció un programa dedicado a Anton Bruckner, del que se cumplen doscientos años de su nacimiento y al que el Festival ha querido dedicar uno de los ejes temáticos de su programación.
Kirill Petrenko, titular de la Orquesta Filarmónica de Berlín desde hace un lustro y uno de los directores de mayor prestigio en el panorama de la música clásica actual, apostó en visita a Granada por el valor de la juventud. Y es que, no en vano, la Joven Orquesta Gustav Mahler despliega unas cotas de calidad que igualan las de formaciones profesionales de mayor trayectoria artística. Más elevado aún debe considerarse la maestría de los intérpretes si se tiene en consideración la obra interpretada: la Sinfonía núm. 5 en si bemol mayor WAB 105, un monumento de grandiosidad y misticismo, un viaje trascendental que exige tanto del intérprete como del oyente.
La quinta sinfonía de Bruckner es una de esas obras a las que la historiografía no ha hecho justicia, quizás en gran medida debido a que la versión originalmente concebida no pudo estrenarse en vida del autor. Compuesta en un momento doloroso de su existencia, evidencia tras de sí el incesante trabajo de reflexión y perfeccionamiento que caracteriza el proceso creativo del compositor. Las continuas revisiones que hizo de la obra, unido al carácter tan personal de sus temas musicales, postergó su puesta en atriles, la cual solo se llevó a cabo en 1894 por medio de una versión reducida, la cual el compositor no pudo escuchar por estar ya gravemente enfermo En esta ocasión, bajo la batuta de Kirill Petrenko y con la magistral interpretación de la Joven Orquesta Gustav Mahler interpretó la versión original, haciendo que este monumento sonoro cobrase nuevamente vida, y reafirmando la maestría de Bruckner devolviéndole su estatus como una de las cumbres del repertorio romántico tardío.
Desde el primer compás, Petrenko demostró una comprensión profunda de la arquitectura bruckneriana. Su dirección, precisa y enérgica, fue el hilo conductor que hilvanó las complejas texturas orquestales con una claridad sorprendente. Los jóvenes músicos de la Gustav Mahler respondieron con una entrega y disciplina notables, desgranando cada tema con una sensibilidad que sobrepasó su aparente juventud.
El segundo movimiento es, sin duda, el corazón palpitante de la sinfonía, y en esta interpretación, se sintió como una oración introspectiva. Petrenko supo extraer de la orquesta una sonoridad cálida y envolvente, particularmente a la poderosa sección de vientos, llena de matices y sutilezas. Las cuerdas, por su parte, se distinguieron por su capacidad de cantar con una intensidad emocional que resonó profundamente en el alma del oyente. La calma meditativa que precede a los clímax se manejó con una respiración y un sentido del tiempo casi místico, evidenciando una madurez interpretativa rara en una orquesta juvenil.
El scherzo, con su carácter rústico y casi dionisíaco, fue abordado con un brío contagioso. La batuta de Petrenko se tornó enérgica, impulsando a la orquesta hacia un dinamismo electrizante.
73 FESTIVAL DE GRANADA
Programa: Anton Bruckner, Sinfonía núm. 5 en si bemol mayor WAB 105.
Gustav Mahler Jugendorchester
Director: Kirill Petrenko
Lugar y fecha: Palacio de Carlos V, 07 de junio de 2024
Clasificación: 5 estrellas
El finale, ese monumental contrapunto que cierra la sinfonía, supuso toda una lección magistral de interpretación. La construcción del fugato inicial, con su implacable acumulación de tensiones, se llevó a cabo con una maestría sublimen, en la que Petrenko, cual arquitecto sonoro, ensambló las distintas secciones de la orquesta en un todo cohesionado, llevando a un clímax final que fue tanto apoteósico como catártico.
En resumen, esta interpretación de la Sinfonía núm. 5 de Anton Bruckner por la Gustav Mahler Jugendorchester, bajo la dirección de Kirill Petrenko, no solo puso en atriles con gran eficacia y expresividad la monumentalidad de una obra poco programada, sino que también resaltó la promesa y el talento de una nueva generación de músicos. Petrenko, con su visión clara y apasionada, y los jóvenes intérpretes, con su habilidad técnica y emotiva, nos ofrecieron una velada de música sublime que podría calificarse como un hito de excelencia artística. La ovación que siguió fue más que merecida, un tributo a una ejecución que, sin duda, quedará grabada en la memoria de todos los presentes.
Agradecidos por la prolongada ovación del público granadino, y sin director al frente, los jóvenes componentes de la orquesta regalaron a modo de propina espontánea una fresca y divertida performance del pasodoble Amparito Roca de Jaume Teixidor Dalmau, con la que extrajeron una sonrisa a los asistentes y contribuyeron a crear un grato recuerdo de esta noche inaugural del 73º Festival de Granada.
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