Crítica de la 71 edición del Festival de Música y Danza de Granada

Cuando el potencial nace y la disciplina te hace

Cuando el potencial nace y la disciplina te hace

Cuando el potencial nace y la disciplina te hace / Antonio L. Juárez/ Photographers (Granada)

Lucía Lacarra (Zumaya, 24 de marzo de 1975) atraída desde muy niña por la danza y con tan solo 10 años empezó sus primeras clases de ballet con Mentxu Mendel en San Sebastián, tras un curso de verano con Rosella Hightower apareció allá a finales de los ochenta (1988-89) en la prestigiosa escuela de ballet de Víctor Ullate, donde además se formaron tantas estrellas de la danza de nuestro país tales como Tamara Rojo, Ángel Corella, Carlos López, Carlos Pinillos, Joaquín de Luz, Jose Carlos Blanco, Jesús Pastor, entre otros, y donde con tan sólo 15 años los que fuimos testigos de su advenir, quedamos deslumbrados por su impresionante potencial para el ballet que traía de serie. Excelentes líneas naturales para la danza, amplia extensión articular, armoniosos movimientos, tranquilidad en sus formas y belleza sublime en sus movimientos, irradiaba indiscutiblemente luz, llegando a posteriori y en muy poco tiempo a formar parte de la compañía de Ullate, bailarina principal del Ballet de Marsella de Roland Petit y Ballet de San Francisco (1997), bailarina principal de Bayerisches Staatsballet (ballet de la Ópera estatal de Babiera) en 2002, año en que además recibió el premio Nijinsky, premio Benois de la Danse en 2003, bailarina de la década en 2011, en la Gala de Estrellas del Ballet Mundial en San Petersburgo, y uno de nuestros mejores orgullos como primerísima figura de la danza internacional, a pesar del reciente Premio Max 2022 de las Artes Escénicas(2022), el escaso y lamentable reconocimiento que nuestro país le ha dado a su trayectoria, consecuencia de la poca importancia que se le da a este arte tan efímero y difícil, aún sin tan si quiera una ley de mecenazgo.

Lucia Lacarra y Matthew Golding protagonizaron la noche del martes en el Generalife. Lucia Lacarra y Matthew Golding protagonizaron la noche del martes en el Generalife.

Lucia Lacarra y Matthew Golding protagonizaron la noche del martes en el Generalife. / Antonio L. Juárez/ Photographers (Granada)

Lucía Lacarra tiene esa impresionante y extraordinaria capacidad de transformar coreografías que pasarían inadvertidas y sin trascendencia ninguna, por momentos coreográficos de belleza e inolvidables, de esos que perduran en nuestra retina a lo largo del tiempo. Ella es el vivo ejemplo de la diferencia entre una excelente bailarina y una bailarina superlativa en la que sus altas capacidades para la danza clásica, se adentran como parte de su capacidad expresiva marcando claramente la diferencia y conmoviéndonos a los presentes con esa capacidad de emocionarnos a todos.

Pasos a dos

Actualmente pareja artística y sentimental de Matthew Golding con quien comparte galas de ballet de estrellas internacionales, además de proyectos como In the Still of the Night, posterior a Fordlandia(2020), obra onírica que plasmaba la reflexión del distanciamiento nacidos de tiempos pandémicos y con los que han subsistido las dificultades del momento. El título procede del conocido tema que el grupo The Five Satins grabó en 1956. Su estreno tuvo lugar en Dortmund en septiembre del año pasado, y supuso un impulso para que ésta pareja artística, iniciaran este tipo de producciones como alternativa y desafío a las adversidades de los difíciles tiempos, abriendo a su vez posibilidades de experimentar juntos retos adicionales, y con los que calmar sus frenéticas carreras. ‘'La première’' española tuvo lugar en el Teatro Arriaga de Bilbao el 7 de Noviembre de 2021.

Golding, quien muestra dotes de gran delicadeza como excelente partenaire, está vez firma la coreografía. Nació en Canadá(1985), figura del San Francisco Ballet, Royal Ballet de Londres y bailarín principal del Ballet de Múnich, director del Dutch National Ballet en Amsterdam y Lacarra. En 2020 iniciaron un nuevo camino artístico con las con imágenes audiovisuales dirigidas por Golding. Los temas de Max Richter, Philip Glass o The Ronettes arropan sus pasos a dos y solos neoclásicos, idóneos para embelesar al público del Generalife en esta fresca noche granadina. El espectáculo recorre un viaje a través de la década de los 60 en cuanto a estética y relato musical en el que siempre el amor está presente como hilo argumental de la pareja y parte de la vida.

Sin duda tanto Lucía Lacarra como Matthew Golding nos han hecho muestra de su merecido reconocimiento como primerísimas figuras internacionales de la danza, a través de esta velada derramando sentido estético, sensibilidad y belleza en las diferentes atmósferas que nos hacen viajar en su relato. Un espectáculo fácil de ver y comprender para todos, en el que quizás el mensaje se presenta demasiado fácil y evidente, poco nos hacen pensar, es más un deleite para amantes del ballet de líneas y un viaje estético que una reflexión con discurso.

El público balletomano del Festival, satisfecho y feliz de poder disfrutar de la danza a este nivel, pero quizás quedándose con las ganas de verlos arropados por un gran cuerpo de baile, en los que acompañados por otras estrellas de su nivel, nos ofrecieran uno de los grandes, uno de esos que nos visitaban antes al festival y que ahora parecen encontrar poca viabilidad para nuestro ansioso público de danza.

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