Entre películas de animación y cintas diseñadas para el disfrute de pequeños con o sin acompañamiento de adultos (Antboy, Edu, el pequeño lobo, Juana a los 12...), se cuelan aquí dos títulos que llamarán la atención a la audiencia más cinéfila de ayer y hoy: una es Geronimo, el último largometraje del incombustible Tony Gatlif (El extranjero loco, Swing, Vengo) quien adapta sus desbordamientos folclóricos y étnográficos a una versión de Romeo y Julieta entre minorías gitanas y turcas.

La otra opción con pedigrí es Le meraviglie, Gran Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes con el que Rohrwacher regresa a la atmósfera adolescente de su anterior Corpo Celeste añadiendo un suplemento de realismo mágico.