Las autoridades sanitarias de Reino Unido prohíben la publicidad de la empresa Duchy Originals, de la que Carlos de Inglaterra es dueño, ya que resulta engañosa y poco fiable.
En su anuncio se explicaba que una de las disoluciones aliviaba los síntomas del resfriado y la gripe, algo que la empresa de medicina alternativa del Príncipe no ha podido demostrar, argumentando que es un suplemento alimentario y no una medicina.
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