Pasado con presente incluido

Alfonso Herruzo, el ginecólogo editor

  • Fue catedrático de Ginecología y durante su jefatura en el Hospital Virgen de las Nieves nació en 1985 el primer bebé probeta en Granada

  • Ahora, tras su jubilación, ha iniciado una nueva etapa en su vida como editor al poner en marcha la editorial Cuadernos del Castor

Alfonso Herruzo, durante el encuentro.

Alfonso Herruzo, durante el encuentro. / A. C.

La voz apenas le sale del cuerpo. El tono está muy por debajo de lo normal y se parece más a un murmullo. De altura considerable y con cara de hombre que parece no haber roto un plato en su vida, se mueve con cierta marcialidad y en su rostro lleva casi siempre anclada una enigmática sonrisa con la que responde a muchas de las preguntas que puedes hacerle. Tiene la cabeza densa, las gafas de montura dorada y un mostacho a lo morsa de húsar ruso.

Fotografía del equipo que consiguió el primer bebé probeta de Andalucía en 1985. Fotografía del equipo que consiguió el primer bebé probeta de Andalucía en 1985.

Fotografía del equipo que consiguió el primer bebé probeta de Andalucía en 1985.

A Alfonso Herruzo, catedrático de Ginecología y Obstetricia, lo conozco desde que era el responsable de la Unidad de Reproducción Humana del Hospital Virgen de las Nieves, gracias a la cual nació el primer bebé probeta en Granada en 1985, un hecho al que no le da tanta importancia como el que durante su jefatura bajara mucho la mortalidad perinatal.

Después fue director del Maternal y dejó el Servicio Andaluz de Salud para dar clases como catedrático de Ginecología en Bilbao. En 2014 se jubiló y ahora dedica gran parte de su tiempo a atender a una editorial (Los cuadernos del Castor) que fundó con otros amigos y que ya ha editado 17 libros. Un día Francisco Umbral habló de él en una columna por haber votado a José Bergamín en el primer proceso democrático en España. Cuando sus labores como editor lo permiten, viaja a Londres donde viven un hijo y sus dos nietos.

Salmantino de origen

Alfonso Herruzo ha acudido a mí para pedirme ayuda para la presentación de dos libros que ha sacado de su editorial, y yo le he planteado de inmediato ser un personaje de esta serie de personas que tienen mucho pasado que contar y mucho presente que atender. Alfonso me lanza una sonrisa de las suyas que no quiere decir ni que sí ni que no, sino todo lo contrario. Me da su confirmación cuando le hago la primera pregunta y me responde.

Alfonso Herruzo Nalda nació en Salamanca en 1943. Con dos años, su padre, comerciante, traslada la familia a Vigo. Allí pasaría Alfonso buen parte de su infancia. A los ocho años su padre decide volver con la familia a Salamanca porque en la ciudad pontevedresa se da una epidemia de tuberculosis. En Salamanca pasará lo que le restaba de infancia y toda su época estudiantil.

En la presentación de uno de sus libros (el segundo por la izquierda. En la presentación de uno de sus libros (el segundo por la izquierda.

En la presentación de uno de sus libros (el segundo por la izquierda. / A. C.

-De Vigo solo recuerdo el mar. Vivíamos enfrente de él y me gustaba mirarlo y jugar en la playa. En aquel tiempo de posguerra todo el país, todas las actividades y la sociedad en general se encontraban bajo la égida del nacionalcatolicismo que lo dominaba todo. No me acuerdo bien y con detalle de aquella época, sí que la vida diaria se desarrollaba en muchas circunstancias con una sordidez que ahora sería imposible percibir.

Salamanca, a donde regresamos, era una ciudad de provincias, pobre como todo el país, con apenas 90.000 habitantes que se comunicaba por el ferrocarril con dos líneas, la de Medina del Campo para el norte y Portugal y la de Ávila, para Madrid y el resto de España y mediante autocares de línea, para los que no existía una estación. La comunicación principal era con Madrid y a través de un eje longitudinal que recorría la Ruta de la Plata.

La ciudad dependía económicamente de los agricultores y ganaderos asentados en ella y de los funcionarios pues apenas existía alguna industria, siendo quizás la más importante la fábrica de abonos químicos de Mirat. Entre aquellos fueron cobrando alguna fuerza los funcionarios de la universidad y de los servicios. También tenían importancia económica el ejército y el numeroso clero existente; sin que deba olvidarse el peso económico de los estudiantes, importancia que se concedía ya en el siglo XIX, cuando se prescindió de los estudios de Medicina.

Alfonso Herruzo cuenta en uno de los libros que ha editado que la provincia de Salamanca, donde pasó gran parte de su juventud, era fundamentalmente agrícola, con escasas industrias.

-Salamanca pudo haberse convertido en una ciudad industrial si no se hubiesen opuesto a ello los poderes fácticos de la ciudad con la Iglesia a la cabeza, que, dirigida por el obispo Francisco Barbado Viejo, impidieron su desarrollo económico al no permitir que se situaran en ella, ni las factorías automovilísticas, Renault primero, ni Citroën después, con la monserga real de que no deseaban una ciudad de trabajadores. Ello unido a una clase dominante de origen agropecuario, demasiado conservadora, hicieron que la provincia permaneciera anclada en una economía rural limitada, casi de subsistencia, que favoreció el éxodo del campo a la ciudad.

Fue pues en aquella ciudad sin desarrollar donde Alfonso Herruzo comenzó estudiar Medicina en el año 1961.

-Se trataba de una Facultad que comenzaba a asentarse dentro de la Universidad después de haber pasado un periodo crítico en que llegó a desaparecer en el siglo XIX. Era notoria la escasa dotación presupuestaria para el profesorado y sobre todo para la implementación de las técnicas de diagnóstico y tratamiento auxiliares para el desarrollo moderno de la medicina y de la cirugía, como tendríamos ocasión de comprobar, cuando al acabar la carrera, tuvimos la suerte de completar nuestra formación en los hospitales de la Seguridad Social, cuya creación, a partir del 1964, permitió disminuir la diferencia existente con la formación que se obtenía ya en países como Francia, Inglaterra, Italia, Holanda y Alemania.

Movimientos estudiantiles

Por aquellos años comenzaron a hacer presencia en muchas facultades españolas los movimientos estudiantiles en contra de la dictadura implantada en España. Alfonso Herruzo lo analiza así:

-En Salamanca no existía un gran movimiento estudiantil como, por ejemplo Barcelona, Valencia, Madrid y Sevilla. Pero sí existían núcleos inconexos de alumnos concienciados con la situación del país, politizados para la policía de la temida Brigada Político Social. Algunos estudiantes de Letras, de Derecho y de Medicina, y en menor número de Ciencias, pertenecían a la Juventud Española Católica (JEC), que se diferenciaba de la HOAC, versión obrera, ambas legales, y muchos menos a la ilegal Federación Universitaria de Estudiantes (FUDE) o al Partido Comunista.

Con su amiga Amaya. Con su amiga Amaya.

Con su amiga Amaya. / A. C.

No se conocían estudiante ligados al PSOE. También había un grupo numeroso de estudiantes independientes. En este tiempo no se percibían, aunque las hubiera, actividades de estudiantes fascistas proclives al Gobierno, sí algún grupúsculo falangista que reclamaba los postulados de Hedilla y reivindicaba al penúltimo Unamuno. En Medicina y en Derecho estaban esos grupos.

Licenciado en Medicina, Alfonso Herruzo daría sus primeros pasos como médico interno en la Ciudad Sanitaria de la Paz, en Madrid, donde estuvo diez años y donde hizo su modesta aportación a la modernización de la Medicina. En la capital de España conseguiría el doctorado y se hizo profesor titular de Obstetricia y Ginecología. En 1976 se hizo especialista de Obstetricia (jefe de equipo) de la Seguridad Social.

Tras su estancia en La Paz, se fue a París un año. Allí fue becario médico del Gobierno francés para el estudio del aborto y las pérdidas reproductivas precoces en los hospitales Broca y de la Salpetriere. En 1977 recala en Granada como jefe del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Ciudad Sanitaria Virgen de las Nieves. Dice que su llegada como catedrático de Ginecología causó algún que otro recelo entre algunos profesionales, pero que no llegó la sangre al río y al poco tiempo es nombrado responsable de la Unidad de Reproducción Humana.

La llegada a esa jefatura coincide casi en el tiempo con el primer bebé probeta que nace en el mundo a través de la fertilización in vitro. Una pareja de Manchester llevaban nueve años tratando en vano de tener hijos, y un diagnóstico de obstrucción de las trompas de Falopio ensombrecía las probabilidades de que ella quedara embarazada.

El primer bebé probeta nacido en Granada fue un niño de una madre de Jaén

A través de esta moderna técnica de fecundar el óvulo de la madre con un espermatozoide del padre en un recipiente de hospital, nació hace ya 41 años, Louise Brown, considerada la primera persona nacida por inseminación artificial. La técnica fue utilizada, nueve años después, en el Virgen de las Nieves de Granada por un equipo formado por Alfonso Herruzo, Ramón Molina y Francisco Vergara, entre otros. El primer bebé probeta nacido en Granada por esta técnica fue un niño de una madre de Jaén que no podía quedarse embarazada.

-Después de nacer el niño la madre volvió a quedar embarazada por método natural. De todas maneras lo importante en aquella época y en mi departamento fue que conseguimos bajar la mortalidad perinatal de un treinta y ocho por mil como estaba a un diez por mil. Ahora está en un cinco o seis por mil. También conseguimos muchos avances en aquella época en el cáncer de patología mamaria. Lo que pasa que lo que salió más en los periódicos fue el primer niño probeta nacido en Granada, que, por cierto, fuimos el tercer hospital en España en conseguirlo.

En 1984 fue nombrado director del Maternal, cargo en el que estuvo dos años. Los últimos años como profesional, desde 1999 a 2014, los dedica a dar clases de Ginecología en Bilbao, ya que consigue la cátedra de la Uni-versidad del País Vasco. La actividad la compagina con la medicina privada en Granada. Hasta que en 2014 se jubila y añade un nuevo sueño a su vida.

EDITOR

Alfonso Herruzo me cuenta que siempre le había gustado el mundo de los libros y que decidió dedicarse a la edición después de que una compañera bibliotecaria no consiguiera publicar un libro.

-Nos juntamos un pequeño grupo de amigos para crear la editorial Cuadernos del Castor. Nosotros colaboramos con una imprenta y lo que pretendemos es ayudar a la edición de textos propios y de aquellos otros que tengan interés en publicar opiniones, conocimientos, experiencias, etc., bien para darlos a conocer a familiares, amistades o al público en general y no tengan quien los publique o no sepan moverse en este terreno.

Hay mucha gente que le gustaría ver publicado algo que tiene escrito. Nos deja su texto y nosotros se lo editamos, aunque somos meros intermediarios entre los autores y la imprenta. Le ponemos nuestro sello y los incluimos en alguna de las colecciones. En nuestro equipo contamos con tres doctores en Filología, uno de los cuales ha trabajado antes en este terreno y continúa trabajando con libros. Por supuesto somos una editorial sin ánimo de lucro y, cómo no, aceptamos donativos ya que, como comprenderás, esto no da dinero.

En el Paraninfo de la Universidad de Salamanca al terminar la carrera. En el Paraninfo de la Universidad de Salamanca al terminar la carrera.

En el Paraninfo de la Universidad de Salamanca al terminar la carrera. / A. C.

El caso es que Cuadernos del Castor ya tiene 18 libros en la calle. El primero fue el de Mercedes Rodríguez del Castillo (Los amados robados) y el último es un denso volumen sobre la evolución de la Medicina en los últimos cincuenta años.

-Por aquellos años, nuestra promoción médica adolecía en su formación de los mismos defectos que la de nuestros maestros, salvo la de los profesores de Histología y de Farmacología procedentes de Madrid o aquellos que, como Pumarola, Balcells y Usandizaga, venían de grandes hospitales de Barcelona.

En los años trascurridos desde la finalización de nuestros estudios, el desarrollo de los hospitales, el aumento de los presupuestos económicos dedicados a ellos y las estancias en centros extranjeros de numerosos postgraduados, permitieron la mejora o recuperación de algunas escuelas desaparecidas por causa de la Guerra Civil o que se crearan nuevas, que unidas al desarrollo de una red hospitalaria moderna y al hito magnifico de la formación MIR, hicieron aumentar la aparición de patentes, unidades y centros de excelencia al máximo nivel, enteramente comparables a los de los países más desarrollados de nuestro entorno, en el que finalmente España se ha integrado. Cuando acabamos la carrera eso entraba dentro de lo quimérico, pero ahora tiene su desarrollo normal.

La editorial lleva funcionando cuatro años y Alfonso Herruzo dice que seguirá trabajando en ella hasta que le queden fuerzas.

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