CajaGranada llega al final del largo camino a la fusión

CajaGranada ya formaba parte con todas las de la ley del Grupo Banco Mare Nostrum (BMN), la entidad que empezó a operar a principios de año como fruto de una alianza integrada también por una caja balear (Sa Nostra), otra catalana (Caixa Penedés) y una cuarta murciana (Caja Murcia). Pero la fusión, que acarreaba un sinfín de matices, era como esa mudanza que se hace interminable, porque hay que llevar las cosas de la casa de soltero a la nueva, más grande y más ocupada.

Algunos de esos matices podrían ser considerados superfluos, pero no es el caso de la segregación de los activos y pasivos de cada entidad en favor del grupo matriz, y eso precisamente fue lo que aprobó ayer, por abrumadora mayoría, la asamblea general de CajaGranada: con 133 votos a favor, cinco abstenciones (de IU) y sólo un voto en contra (de CGT). Asimismo, y con cinco abstenciones, también se aprobó la modificación de sus estatutos para "adaptarlos a la normativa vigente y al ejercicio indirecto de la actividad financiera derivada" de esa segregación, según informó la caja en una nota tras la reunión.

De acuerdo con los balances del pasado 31 de diciembre, la valoración del patrimonio neto de las cuatro cajas que integran BMN asciende a 2.660,192 millones de euros. A cambio, las cajas recibirán acciones del grupo por ese valor y sus participaciones en el banco se mantendrán en función de su participación: un 41% para Caja Murcia, un 28% para Caixa Penedés, un 18% para CajaGranada y un 13% para Sa Nostra.

La caja resaltó en el comunicado que de esa segregación de los activos y pasivos quedan excluidos expresamente los correspondientes a la Obra Social, que en consecuencia seguirá dependiendo en exclusiva de la caja granadina y no del grupo.

Fue el punto más importante del orden del día y, tal y como estaba previsto, se aprobó sin contratiempos. La mayoría estaba garantizada de sobras gracias al acuerdo entre los representantes de PSOE y PP, que, dejando al margen algunas escaramuzas habidas durante la campaña electoral, han sabido mantener la unidad porque ambos han estado de acuerdo siempre en que la operación era positiva.

Fue el punto más importante, pero no el único. La asamblea también aprobó la modificación de sus estatutos para adecuarlos al Real Derecto-Ley 11/2010, emitido el 9 de julio del año pasado y relativo a los órganos de gobierno y otros aspectos que deben regir en el régimen jurídico de las cajas de ahorro, así como para su adaptación "al ejercicio indirecto de la actividad financiera derivada de la segregación".

Además, como en todas las asambleas generales, se presentaron los informes de la presidenta de la comisión de control, del presidente y del director general.

Antonio Jara, presidente de la caja, aprovechó su intervención para detallar todo el camino que se ha recorrido desde que, allá por abril de 2010, comenzaron las conversaciones con los futuros socios y que fructificaron en el acuerdo definitivo.

Recordó que BMN es la décima entidad financiera española, con 71.000 millones de euros de activos y un 8,4% de capital principal (o capital core). Jara agradeció el esfuerzo realizado por toda la plantilla "por posibilitar la consolidación de un sólido grupo, conformado por 1.674 oficinas, presente en el 42% de las provincias españolas y compuesto por 8.643 profesionales que prestan servicio a 3,6 millones de clientes".

Todo lo dijo como cosa que ya se ha hecho. Es el fin del camino.