Transporte

Crónica del viaje más catastrófico en AVE entre Granada y Madrid

Pasajeros, en el momento en el que fueron bajados del tren en Atocha

Pasajeros, en el momento en el que fueron bajados del tren en Atocha / M. T.

El jueves 16 de febrero se convirtió para los pasajeros de los trenes AVE Granada-Madrid y Madrid-Granada en una auténtica odisea para llegar a su destino, e incluso algunos no lo consiguieron. Una avería técnica en ambas conexiones provocó horas de retraso en los trayectos de Renfe, que derivaron en cientos de inconvenientes a los pasajeros y en una experiencia que difícilmente podrán olvidar.

Un problema que dejó sin luz ni agua por momentos a los vagones de ambas conexiones. Durante gran parte del tiempo que estuvieron abandonados los pasajeros no obtuvieron ningún tipo de respuesta, según denunciaron a este periódico y a través de las redes sociales, aunque Renfe niega que no se informara de los problemas. Los retrasos provocaron que algunos de los ocupantes perdieran las conexiones que tenían previstas, debiendo pasar la noche en Madrid contra su voluntad. 

El AVE que debía llegar a Madrid a las 19:11 llegó hasta la estación de Atocha a las 23:41 tras cuatro horas y media de retraso y después de tener que ser recogidos por un tren enviado especialmente a por ellos. Por su parte, el AVE que debía llegar a las 23:06 a Granada entró en la estación de Andaluces a las dos de la mañana, con casi tres horas de retraso.

Este jueves, solucionadas las averías, los trenes AVE entre Granada y Madrid están funcionando con normalidad. Según Renfe, la avería técnica afectó "puntualmente" a sus servicios en estos trenes. Los usuarios afectados podrán reclamar a partir de este sábado la devolución del total del coste del billete, en el marco del "compromiso de puntualidad" de la compañía.

El tren parado en Calatrava

El AVE que salió a las 15:33 horas con puntualidad de la Estación de Andaluces de Granada no llegó con la misma puntualidad a Madrid. Su entrada en Atocha estaba prevista a las 19:11 horas, pero esta nunca se llegó a producir a esa hora.

El comienzo del viaje fue como se esperaba, sin incidencias. El convoy se enganchó junto al AVE procedente de Málaga en el intercambiador de Antequera, y ambos prosiguieron su marcha hasta la capital de España a toda velocidad sin mayor incidencia. 

Sin embargo, en torno a las 18:45 horas, cuando el tren circulaba por la vía cercana a la ciudad manchega de Calatrava, este se detenía. Una avería dejaba a los cientos de pasajeros encerrados en el tren, a la espera de poder continuar su viaje, mientras Renfe informaba por megafonía del problema.

Las horas pasaban y, según los viajeros, no había más información, pese a que Renfe ha asegurado que daba información por megafonía y a través de correo electrónico y SMS. Sobre la marcha, los viajeros tenían que cambiar sus conexiones hacia otros destinos e informar a sus familiares, pues el tiempo pasaba y no había respuesta desde la empresa. Las colas en la cafetería eran eternas, mientras que, según denunciaron algunos pasajeros varios de los servicios del tren se quedaron sin agua desde las 20:00 horas.

Renfe envió a recoger a los pasajeros a otro tren, que llegó hasta el punto en el que se encontraba la avería ya pasadas las 22 horas. Los revisores abrieron las puertas de los trenes y comenzó a producirse el trasbordo. Al no haber una estación cerca, se tuvo que hacer en plena vía, requiriendo algunas personas de ayuda para moverse de tren a tren. 

Según denunciaron a este periódico, este nuevo tren ya venía con pasajeros en su interior, por lo que los nuevos ocupantes no pudieron disfrutar de asiento y muchos de ellos tuvieron que realizar el viaje sentados en el suelo. Este extremo ha sido desmentido por Renfe, que asegura que el tren iba vacío y se llenó de los propios pasajeros que viajaban en el convoy Málaga-Granada.

Una vez todas las personas y maletas se encontraban en el nuevo tren, se reemprendió la marcha a las 22:45, tras varias horas de parón y tras el retraso obligado por el cambio de vagones. El trayecto concluyó en Atocha a las 23:41 horas, tras más de ocho horas de viaje.

El tren averiado en Atocha

Por otra parte, el AVE que debía haber salido puntual a las 19:35 horas de la Estación de Atocha no lo hacía. Los viajeros comenzaron a subirse a los vagones minutos antes de la hora prevista de salida, pero eran desalojados por los revisores. "Las luces de dentro parpadeaban, y los carteles informativos de las puertas no mostraban la información del viaje", comentaban a este periódico viajeros de esta conexión.

Mientras, se repartió agua entre algunos pasajeros y la gente comenzó a sentarse sobre su equipaje y a esperar a una solución. Los pasajeros estuvieron cerca de una hora esperando en el andén de Atocha a que los problemas se solucionaran. Tras ello, el tren comenzó a funcionar, los pasajeros volvieron a subir, y el viaje comenzó.

El trayecto siguió su curso hasta llegar a la estación de Ciudad Real, momento en el que el tren se paró nuevamente. Tras varios minutos de silencio y sin información, Renfe, a través de la megafonía, aseguró que debido a la avería de otro convoy en Calatrava debían esperar hasta que el ferrocarril averiado fuera retirado, puesto que todos los trenes circulan por ese punto en vía única.

Al haber parado en la estación, el tren pudo abrir sus puestas para que los pasajeros que quisieran pudieran bajar al andén, al contrario de lo ocurrido con el otro tren averiado. El paro se prolongó casi dos horas, que los viajeros aprovecharon para informar de la situación a familiares y cancelar otras conexiones con otros puntos.

Tras solucionar el problema con el tren que debía llegar a Madrid, el procedente de la capital siguió su camino hasta Granada, ciudad a la que llegó finalmente a las 01:56 horas de la madrugada, seis horas y media después de su teórica hora de salida.

Los problemas no acabaron ahí para los viajeros, puesto que a su llegada a Andaluces, los servicios de transporte urbano de la ciudad no estaban activos, por lo que no pudieron hacer uso ni de autobuses ni del Metro para llegar hasta su destino final. Las colas para poder hacer uso de los taxis fueron interminables, mientras que quienes tenían la suerte de contar con familiares o amigos les pedían ser recogidos.

Otras averías

Hace un mes, concretamente el pasado 17 de enero, varios trenes que unen Madrid con Granada sufrieron retrasos significativos debido a un fallo eléctrico a la altura de Toledo. Un problema del que no se libró ni el presidente de la Junta, Juanma Moreno, uno de los pasajeros que se vieron afectados por este problema.

Una avería en el sistema de electrificación de la infraestructura entre La Sagra y Mora y Orgaz, en Toledo, afectaba a 44 trenes que circulaban por la línea de alta velocidad. Adif abría una investigación sobre las causas, aunque los primeros análisis apuntaban al efecto de las fuertes rachas de viento que se producían en la zona como la causa más probable del incidente.

Miles de personas perdieron sus conexiones y otros llegaban tarde a los actos de la Feria Internacional de Turismo (FITUR), que esa semana reunía en la capital a este sector para celebrar uno de los eventos que más movilidad genera en la capital cada año.

Se da la casualidad que también este 16 de febrero varios problemas técnicos de tensión afectaron en Madrid al túnel de Cercanías entre Atocha y Chamartín, lo que provocó grandes retrasos en plena hora punta al afectar a la circulación de cinco líneas que atraviesan el centro de la capital.

La incidencia, que afectó a miles de viajeros durante más de tres horas, se desencadenaba a las 6:00 horas por falta de tensión en la catenaria en la vía 1. Según los testimonios, las luces también se apagaron y permanecieron dentro de los convoyes durante más de una hora, hasta que otro tren se situó en la vía paralela y pudieron ser transbordados y sacados del túnel.

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