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Nuevas observaciones de la constelación de Orión han revelado la presencia de ondulaciones en la superficie de su nube molecular, similares a las olas que se forman en el mar, cuyo origen se debe a los vientos estelares producidos por las estrellas masivas jóvenes que allí se encuentran.
Las imágenes obtenidas en un estudio, en el que han participado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han sido obtenidas por el radiotelescopio de 30 metros de diámetro del Instituto de Radioastronomía Milimétrica, en Sierra Nevada, que registró emisiones de monóxido de carbono.
El CSIC explicó que las estrellas masivas jóvenes de la constelación de Orión emiten una intensa radiación que interactúa con la nube de gas y polvo en la que se han formado.
A pesar de que los científicos sospechaban desde hacía tiempo que el enorme flujo de fotones ultravioletas generado por estas estrellas tenía un gran impacto sobre la evolución química de la nube de gas, hasta ahora no existían evidencias precisas de la presencia de ningún tipo de onda causada por los vientos estelares.
Según el investigador del CSIC y coautor del trabajo, José Cernicharo, las observaciones radioastronómicas "han aportado información sobre la velocidad de las partículas de gas que forman la nube, esencialmente moléculas de hidrógeno y de monóxido de carbono". Estos datos, señala el CSIC, han sido "fundamentales" para comprender el origen de estas ondas, ya estudiadas en otros ambientes como la superficie del mar, el plasma solar o las nubes de la atmósfera. "La similitud entre las estructuras observadas en las nubes de la Tierra y las de la nebulosa de Orión es impresionante", señaló Cernicharo.
En este sentido, explicó que las condiciones físicas entre ambos tipos de objetos son muy diferentes, pero los mecanismos que generan dichas inestabilidades son idénticos: "dos fluidos con diferentes densidades y velocidades que interaccionan produciendo estructuras periódicas en la zona de interfase".
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