Granada

Empleados del Granada CF aseguran que activaron la alarma antes del robo

  • Un directivo del club deportivo dice que le "llamó poderosamente la atención" la poca iniciativa del jefe se seguridad

Prácticamente todo el personal de la oficina del Granada CF sabía que existía una caja fuerte en las dependencias que tiene el club en el Estadio Los Cármenes. Era de "hierro macizo" y hacían falta "dos personas como mínimo" para poder trasladarla. Así lo explicaron ayer los distintos trabajadores del club que testificaron en la segunda sesión del juicio por el robo de la recaudación del partido que jugó el equipo granadino con el Barcelona el 25 de octubre de 2011. La sustracción ocurrió días antes, el 18 de octubre por la noche, después de que los trabajadores del Granada abandonaran las dependencias, apagaran las luces, activaran la alarma y cerraran todas las puertas que iban dejando tras de sí.

Los últimos en salir antes de que las personas que cometieron el robo accedieran al pequeño almacén donde se encontraba la caja con los 130.000 euros sustraídos -y no recuperados- fueron María José B., encargada de las taquillas, y Antonio H., responsable de la tienda oficial del Granada CF. Ambos, según aseguraron, abandonaron la sede sobre las 21:15 horas, unos tres cuartos de hora después de que se cerrasen las taquillas. En concreto fue ella fue quien conectó la alarma, mientras que él iba asegurándose de que las puertas quedaban cerradas. Al bajar al hall -las oficinas están en la tercera planta- María José se encontró con un empleado que hacía las veces de vigilante.

Ese empleado "no" era, según dijo la testigo, Juan Carlos C.S., jefe de seguridad de Gegsa y acusado en el caso por haber creado la denominada 'tarjeta 300', de acceso general, con la que los ladrones se movieron por el estadio. Tampoco vio esa noche María José B., que declaró mediante videoconferencia, a los otros dos procesados en el recinto: los hermanos Daniel y Jonathan L.G., socio y comercial, respectivamente, de la empresa que instaló las alarmas del Granada: Tecnimatic Security.

En la caja se solía guardar "siempre" el dinero de la recaudación de los partidos, según la encargada de taquillas, que manifestó que, "por lógica", el personal de Gegsa -la empresa municipal encargada del mantenimiento del estadio- tenía conocimiento que normalmente se realizaba un traslado de lo recaudado desde las taquillas a la oficina del club. Y ello pese a que existían instrucciones de que el dinero se ingresara inmediatamente y "no se tuviera en efectivo" en las oficinas. Así lo indicó por su parte la directora financiera del Granada CF., que precisó que aunque en el registro informático figuraban unos 160.000 euros de venta de entradas ese día, el dinero recaudado realmente fue de unos 130.000. El motivo: no todos los billetes que figuraban vendidos habían sido abonados en el momento; había también de venta 'on line' y de patrocinio.

La directora financiera, que se enteró del robo "por la Policía", comentó que aquella noche, cuando se marchó, le llamó la atención "que estaba abierta la puerta de acceso al ascensor" en la Planta 0, pues normalmente estaba cerrada. Esa puerta, como detalló, solo se puede abrir "con una tarjeta" que "no todos" en el Granada CF tenían. A las oficinas del club, según aclaró, se accedía con un mando y luego había una alarma con unas claves "genéricas", si bien "eran diferentes la de conexión y la de desconexión". El personal tenía además unas tarjetas de acceso limitado para poder entrar en el recinto y era el encargado de solicitarlas Ángel González Segura, hermano del secretario del Consejo de Administración del club.

Ambos también fueron interrogados ayer como testigos y coincidieron en poner de relieve la extrañeza que les causó que las cámaras del sistema de videovigilancia del campo se hubieran desactivado el día antes del robo, el 17 de octubre, por decisión del jefe de seguridad. Luego, a Ángel le sorprendió también la "pasividad" con la que actuó el acusado tras el suceso. Esta supuesta actitud no pasó inadvertida tampoco para su hermano, Pedro González Segura, a quien le "llamó poderosamente la atención", una vez analizó los hechos con posterioridad, la falta de iniciativa de Juan Carlos C.S. a la hora de indagar, pues colaboró con la Policía, según dijo, únicamente en lo que los agentes le iban pidiendo. Y ello pese a ser "un trabajador muy meticuloso".

Por su parte, Fernando C. y José Miguel S., dos oficiales de control y mantenimiento de Gegsa, y compañeros del jefe de seguridad en el estadio, indicaron que en el recinto todo el mundo sabía cómo se solían llevar el dinero del Granada CF. "Se lo llevaban en bolsas y mochilas, de la taquilla a un coche, a la calle; yo lo he visto varias veces", reveló el primero de ellos. Los dos señalaron que Juan Carlos C.S. sólo tenía funciones de seguridad en los partidos y confirmaron que la noche de autos vieron que la puerta corredera del aparcamiento "estaba abierta" y que, sobre las 21.35 horas, "había luz" en las oficinas del Granada y ocho vehículos en el parking. Asimismo, dijeron que sabían que las cámaras no estaban funcionando por las obras previstas en los focos y confirmaron cierta falta de precaución en materia de seguridad por parte del personal del Granada FC, en tanto que en ocasiones no se cerraba bien la referida puerta corredera. Además "se pasaban las tarjetas" de unos a otros. "Nosotros -agregó Fernando C.- teníamos miedo porque pudiera venir alguien a amenazarnos, pues allí se hacía mucho dinero".

También declaró el gerente del Granada, Pedro David Navarro, que precisó que las dimensiones de la caja fuerte eran 40x50 centímetros, por lo que consideró, coincidiendo con otros empleados del club, que era "humanamente imposible" que fuera trasladada sólo por una persona. Por su parte, el que fuera responsable de prensa del equipo en aquellas fechas aseguró que "menos de la mitad" de la gente conocía la clave de la alarma. El juicio continuará mañana jueves con una pericial propuesta por la defensa y los informes finales de las partes.

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