Eric Jiménez: “Soy el cofrade más ateo que hay en Granada”

Semana Santa de Granada 2008. El Personaje

El batería de Los Planetas, Eric Jiménez, es un cofrade que va por libre y para el que los pasos procesionales son una “experiencia artística”. En resumen, proclama una Semana Santa alternativa.

G. Cappa

Granada, 19 de marzo 2008 - 00:00

Un ateo declarado que no se pierde un paso de Semana Santa. Eric Jiménez, batería de Los Planetas, se interesó por los pasos procesionales en los “aburridos” setenta, cuando vivía en la calle Santa Paula. “Me llamaba mucho la atención el ruido de los tambores cuando en Viernes Santo pasaba La Soledad por mi calle”, recuerda el músico. “Cuando llegaba Semana Santa solía escaparme a los barrios de Granada para ver esas figuras que me llamaban mucho la atención”.

Pero nada de persignarse devotamente al paso de una imagen. “Siempre he visto los pasos desde un punto de vista artístico y con mucha melancolía de saber que muchas imágenes las habían visto antepasados míos y gente como Lorca o Melchor Almagro”.

Luego están las ‘estaciones de penitencia’ más paganas, como el perrito en las bodegas La Mancha y el helado en Los Italianos. También los sonidos. “Me gusta una Semana Santa alternativa”, afirma. “No me gusta ver a las cofradías ni en tribuna ni en silencio, me gusta ver ciertas salidas, ciertos encierros envueltos en olores y de sonidos. Si ves el Silencio casi a las cuatro de la mañana por el Darro, cuando no queda casi nadie, y te sientas y escuchas el río Darro, la Torre de la Vela, es algo asombroso”.

De hecho, como batería de Los Planetas, su afición a la música no le viene de los Sex Pistols, sino de las bandas. Estuvo en la Organización Juvenil Española “y eso que no soy falangista, precisamente”, se defiende. “Pero era un imbécil y me metí ahí porque no tenía criterio”. Para colmo, tenía tan poca edad que no podía llevar tambor, con lo que le pusieron de mascota con un cornetín de órdenes que no sabía tocar. “Iba como de niño pequeño, pero ya tenía 11 años, con lo que no tenía gracia alguna. Ese fue mi paso por Falange”, recuerda.

Estos días intenta aligerar su agenda de conciertos y grabaciones “para estar todo el día viendo los pasos antes de que salgan y encerrándolos, y eso con una bota de vino y unas zapatillas”. En cuanto al sentimiento religioso cuando una imagen de un Cristo cruza por su mirada, Jiménez se declara “el cofrade más ateo que hay en Granada”. Lo suyo es más bien una experiencia artística.

“Cuando estoy viendo al Silencio por San José reflejarse en ciertos callejones, veo las sombras que provoca en la pared con una estética que me recuerda al expresionismo alemán como El gabinete del doctor Caligari o Nosferatu.

Un único pero: “Me sobra de las procesiones el himno nacional”. Para el batería de Los Planetas, en 2008 sobra encerrar un palio con esta marcha. “Aunque seamos españoles está bien suprimirla para evitar malos recuerdos”.

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