El coronavirus ha puesto todo del revés. Hasta la enrevesada política del Ayuntamiento de Granada ha experimentado un sorprendente giro con el anuncio y escenificación de un pacto crucial para el futuro de la ciudad que sus protagonistas han tenido que sellar con un toque de codo, en lugar del tradicional apretón de manos. El acuerdo para sacar adelante los primeros presupuestos en cinco años ha contado con un grupo de socios inesperado e impensable hace sólo un año, tras los resultados de las elecciones municipales de mayo de 2019 y la investidura de un alcalde, Luis Salvador, que sólo contaba con 4 concejales. 

Aquel acuerdo de gobierno entre Ciudadanos y PP, que tanto ha dado que hablar por las discrepancias sobre la supuesta alternancia en la Alcaldía, requería un voto adicional para salir adelante y ahí estuvo Vox, que sin llegar a entrar en el ejecutivo dio su apoyo a la investidura de Salvador y ha sido el "socio preferente" durante todo este tiempo cada vez que ha hecho falta un acuerdo de pleno.

Un año más tarde la foto es otra: Cs, PP y... PSOE. Paco Cuenca, el candidato más votado en aquellas elecciones, parecía a años luz de este equipo de gobierno y de un alcalde con el que tiene diferencias claras desde hace muchos años, cuando su pasado político fue más coincidente. Hasta el grupo municipal de Podemos-Izquierda Unida, con Antonio Cambril a la cabeza, ha tenido más sintonía con el ejecutivo de derechas para alcanzar acuerdos en los que son coincidentes, como las medidas de peatonalización o en contra de la contaminación en la ciudad. 

Los presupuestos que el equipo de gobierno presentó a primeros de año, en los que ha trabajado sobre todo el concejal del PP Luis González, tenían entonces un tortuoso camino que recorrer, con el habitual ambiente municipal de crispación y la necesidad de llegar a acuerdos a tres bandas por lo menos. Pero la crisis del coronavirus lo ha llenado todo de realidad y ahora más que nunca resultaba evidente la urgencia de contar con unas cuentas renovadas, más acordes con la actualidad que las vigentes, aprobadas por el gobierno de José Torres Hurtado en 2015 y prorrogadas desde entonces año a año. 

El socio preferente, Vox, no ha estado por la labor de tragar con un documento que hace sólo unos días calificó de "presupuesto del paripé". Tanto si era un farol para conseguir cambios en las cuentas como si su postura era una firme negativa, el gobierno no tardó en buscar un plan alternativo. Lo han llamado acuerdo del Rasillo porque las últimas reuniones se han celebrado allí, en las dependencias policiales... Muy representativo de un pacto alcanzado durante el estado de alarma. 

Ahí estaba el PSOE, que dijo tener la mano tendida, pese al resquemor del pasado reciente. Y es que hace poco más de un año, los socialistas aún gobernaban y no consiguieron el apoyo del PP para sacar adelante unos presupuestos que le habrían dado mucho aire fresco para gestionar la ciudad antes de las elecciones municipales. Pero los protagonistas eran otros y el nuevo PP, el que ha participado en estas negociaciones, poco tiene que ver con los concejales populares de la anterior corporación. 

Esta es otra cuestión que llama la atención del nuevo pacto del 'codo'. Las caras de quienes han salido en la foto. Por parte del PSOE, Paco Cuenca, una sorpresa por la participación de su grupo municipal, pero no por él mismo, que sigue ejerciendo el claro protagonismo socialista. Por el PP, César Díaz ya hace tiempo que desplazó a un casi desaparecido Sebastián Pérez en el liderazgo de su grupo. Y por Ciudadanos otra novedad a medias: Manuel Olivares en lugar del propio alcalde, Luis Salvador. 

Es cierto que los negociadores han sido ellos y que quizás ésa es la clave del éxito de esta nueva geometría de pactos que suma 21 de los 27 votos en el Ayuntamiento de Granada. Cuenca, por ejemplo, no oculta que prefiere a Díaz en el PP y a Olivares o a cualquiera que no sea Luis Salvador. El alcalde se ha ido esta mañana lejos del Ayuntamiento, a una visita de barrios, mientras se ha representado en público la firma del pacto en el salón de plenos. ¿Casualidad?

Y el resto de grupos de la oposición, Vox y Podemos-IU, tienen que valorar ahora si quieren ser añadidos ahora en los extremos de esa foto, aunque sea con photoshop.