Historia | Crisis del coronavirus

Granada sabe de epidemias

  • El cólera vino de la India y entró por Motril en 1833; mató a 6.500 granadinos

  • El primero en la ciudad fue un bombero de la calle Ventanilla

  • Suspendido el curso académico en 1834

Escenas de de la Pestre Negra del siglo XIV.

Escenas de de la Pestre Negra del siglo XIV. / G. H.

Fue hace casi 200 años, pero las epidemias siguen de moda; aunque las antiguas no afectaban a todos por igual. Esta nueva que ahora sufrimos, coronavirus, se ceba con los mayores, pero en las antiguas eran los pobres los que pagaban el pato. Y, salvo excepciones, la soportaban mejor las llamadas "clases acomodadas" y las sufrían los mendigos y gentes con hambre, viciosas, desaseadas y consumidoras de vino malo. El cólera fue calificado como la enfermedad de los pobres

El cólera fue una verdadera pandemia que vino de la India, alcanzó Portugal, entró por Huelva y llegó a Granada a finales de 1833 desde Motril y Alhama. La documentada información que nos brinda el doctor Rodríguez Ocaña en su obra sobre el cólera (1983) nos pone los pelos de punta.

Causó verdaderos estragos. Tuvo su momento álgido en julio y desapareció en enero de 1835. Se creía que era por contagio debido al hacinamiento y la insalubridad de las calles y viviendas, por la falta de alcantarillado y agua potable y sobre todo por la miseria de las llamadas "clases menesterosas". Llegó a pensarse que el cambio en las condiciones atmosféricas, una alteración en las propiedades del aire, estaba favoreciendo la propagación de la enfermedad en Europa. Lo del cambio climático vemos que viene de lejos.

Del cólera al coronavirus. Del cólera al coronavirus.

Del cólera al coronavirus. / G. H.

Fue el dos de enero de 1834 cuando se registró el primer caso en Granada ciudad; se trataba de un bombero del Batallón de Zapadores que vivía en la calle Ventanilla, cercano precisamente al Hospital de San Juan de Dios. Todo el barrio estaba alarmado aunque las autoridades no reconocieron oficialmente la epidemia hasta el 12 de febrero. Se limitaron las concentraciones en los mercados y hasta fue suspendido el curso académico.

Imposible vivir en Granada, aunque era una ciudad rica en aguas por los aportes de los ríos Darro y Genil, pero estaban mal encauzadas y con un pésimo alcantarillado. No se podían aguantar los malos olores, ni los continuos redobles de campanas tocando a muerto. Se contabilizaron más de 40.000 granadinos contagiados, siendo los vecinos de las parroquias más afectadas los de San Ildefonso, Las Angustias, La Magdalena y El Sagrario.

El Gobierno obligaba a las autoridades a permanecer en sus puestos, pero como son muy listas, el Capitán General, el Subdelegado de Fomento y el Intendente con sus familiares se marcharon a Albolote; había que "ponerse a seguro" y buscar mejores aires.

Escenas de de la peste negra del siglo XIV. Escenas de de la peste negra del siglo XIV.

Escenas de de la peste negra del siglo XIV. / G. H.

Se recomendaba "estar al sereno"

Se prohibió el hacinamiento sobre todo en las cárceles, las escuelas, los seminarios y los cuarteles. Había que limpiar las calles y las viviendas mediante campañas de fumigación y controlar los enterramientos. Se obligó a instalar letrinas para evitar ensuciar en la vía pública o en el río Darro. Se recomendaba comer frutas, tomar una planta anticolérica llamada guaco, tomar el fresco de noche, lo que entonces se decía "estar al sereno", y elevar plegarias al cielo. El 16 de marzo Capitanía General honró a la Virgen de las Angustias con una rogativa en la Catedral.

Se habilitaron tres cementerios: el de Almengor, en pleno casco urbano; los cadáveres se hacinaban por las calles apareciendo algunos devorados por los perros. Luego se instalaron dos más: en el Cercado Bajo de Cartuja y en el Beiro, donde se arrojaban los cadáveres del Hospital de San Juan de Dios.

Pronto surgió la confusión. Las diferencias entre la Real Academia de Medicina y el Ayuntamiento agravaron la situación; los médicos no se ponían de acuerdo y por si fuera poco aparecían los sanadores y curanderos aconsejando yerbas, bebedizos y caldos de gallina. Aunque uno de los remedios que se aconsejaba fue el de sangrías utilizando sanguijuelas. Y al final, no sabemos qué sería peor, si el cólera o las sanguijuelas aplicadas en el ano.

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