"A Granada le falta resituarse en el mapa turístico"
juan Molas. presidente de la confederación española de hoteles y alojamientos turísticos
Juan Molas sabe de lo que habla y no le da miedo decir las cosas tal y como las piensa. Lejos de tener un discurso complaciente, el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), que ha visitado esta semana Granada para participar en la asamblea de la Asociación Provincial de Hospedaje, asegura que la provincia debe 'olvidarse' de la Alhambra y luchar por ser un destino que se defina por algo más que el monumento nazarí si quiere seguir escalando puestos y dejando atrás a la competencia en el disputado ranking turístico .
-En el último año los datos turísticos han sido extraordinarios, ¿ha salido el sector de la crisis o todavía está inmerso en ella?
-Hay una gran diferencia entre lo que representa el turismo extranjero y el nacional. Nosotros desde la Cehat hemos definido el año 2013 como un año de luces y sombras. Luces por lo que representa la llegada de turismo internacional, que ha batido todos los récords establecidos hasta la fecha, pero que fundamentalmente ha ido dirigido a una zona de sol y playa. La sombra ha sido el turismo nacional, el doméstico, que sigue muy atenazado, sufriendo la crisis económica general y que ha perjudicado notablemente a todas aquellas zonas donde el turismo extranjero no tiene tanta presencia. Tenemos grandes preocupaciones, sobre todo por la rentabilidad de los establecimientos hoteleros.
-¿Es esa la gran asignatura pendiente del turismo, recuperar la rentabilidad? Porque en términos de llegadas de viajeros, al menos aquí en Granada, se han batido récords históricos...
-Bueno, me gustaría matizar el tema de los récords, porque hay que recordar que el aeropuerto de Granada en 2007 recibió cerca de un millón y medio de pasajeros y en 2013 no ha llegado a los 400.000, con lo cual las cifras son preocupantes. Hay una política aeroportuaria en España que no favorece nada la conectividad. El aumento desmesurado de las tasas aeroportuarias y la política de monopolio que ejercen algunas compañías, como en Granada, donde las tarifas de vuelos y la conectividad con Madrid y Barcelona está a unos precios fuera de mercado, retrae y perjudica muchísimo a los destinos. También es cierto que en los años de bonanza la planta hotelera creció de forma exponencial, quizá no se establecieron los parámetros o los estudios económicos suficientes, y eso ha llegado a que tengamos una disponibilidad de plazas, que aunque excelente, nos tiene preocupados, ya que las rentabilidades están lejos de ser las adecuadas.
-¿Es esa sobreoferta uno de los obstáculos para recuperar la rentabilidad?
-Yo no diría que sólo la sobreoferta. La rentabilidad hay que conseguirla mediante la captación de nichos de mercado, de nuevos productos turísticos... Granada no puede vivir sólo de la Alhambra. El monumento tiene más de dos millones de visitantes, pero si todos pernoctaran en Granada la ocupación sería del 120%. Y no es así. La ocupación media ha estando en torno al 60%, lo que significa que la mayoría de los visitantes de la Alhambra no visita la ciudad, sino que hace la visita y se aloja en otras poblaciones. Turísticamente la Alhambra tiene un gran atractivo, pero Granada no puede vivir sólo de un ejemplar monumento histórico como la Alhambra. Hay que buscar alternativas, nuevos productos turísticos, y eso se tiene que hacer de la mano del sector público y el sector privado. Se hace muy necesario una colaboración mixta público-privada con un ente de promoción que esté participado al 50% por los dos sectores, con una apuesta clara por parte de las organizaciones públicas por un programa de desarrollo turístico que conjugue varias alternativas. Tenemos que descubrir cuáles son los nichos de mercado que requieren la captación de nuevos clientes. Y tienen que ser de mercados de proximidad, del territorio nacional y de países limítrofes como Francia, Italia, Inglaterra o Portugal. Hay que pensar en otros tipos de clúster turísticos, como el sanitario, el deportivo, el de salud, el gastronómico... Nos encontramos con ejemplos de otras ciudades que están haciendo los deberes. Hay dos muy claros: Málaga, que está haciendo una apuesta por el turismo cultural de alto nivel mientras aquí nos encontramos con el caso del Centro Lorca, todavía pendiente después de que fuera un proyecto largamente acariciado; y Valencia, que ha conseguido atraer un nuevo nicho, el italiano, con más de diez conexiones diarias con distintas ciudades italianas, lo que la he llevado a ser uno de los destinos preferidos de este mercado. Hay que analizar cuáles son las posibilidades de Granada, dónde hay que ir a buscar esos mercados, con qué tipo de productos y hacia qué públicos hay que dirigirlos. Pero esto necesita promoción y requiere un ejercicio de inteligencia y de voluntad política por parte de la administración, que tiene que hacerlo de forma conjunta con los empresarios. Nadie mejor que nosotros conoce las carencias que en estos momentos tiene la ciudad.
-Desde su punto de vista, ¿el hecho de tener la Alhambra, de tener asegurado un flujo de visitantes constante, ha hecho que nos durmamos en los laureles como destino turístico?
-No sé si es un problema de dormirse en los laureles, pero no es suficiente. Una ciudad como Granada históricamente tan importante, con una situación tan privilegiada desde el punto de vista geográfico, cultural y gastronómico, tiene atractivos que tienen que estar muy por encima del producto Alhambra, que es un producto que no puede ser el único.
-El problema de la rentabilidad está directamente relacionado con la bajada de los precios...
-La política comercial de cada empresa es privada y no debemos ni siquiera entrar en ella. Pero en cualquier caso los empresarios tienen unas obligaciones contractuales, ya sean financieras o estructurales y laborales, que tienen que cumplir. Cuando se ven sometidos a la presión de los compromisos, tienen que poner en marcha todas las medidas. Lamentablemente, no sólo a base de precio se pueden conseguir estos objetivos. En una ciudad en donde el paro es casi del 35%, hay que buscar medidas alternativas de urgencia que incentiven a los empresarios. Y estas medidas deben tener forma de bonificaciones fiscales, de no incremento de impuestos, cuando nos encontramos con una presión fiscal alarmante. Hay que buscar soluciones que incentiven que el empresario se vea capacitado y sin la tenaza de contratar personal por la incertidumbre en el futuro.
-En esta incertidumbre y pérdida de competitividad tiene mucho que ver la oferta de alojamientos ilegales...
-Es gravísimo, ya que se ha extendido de forma alarmante por toda España. Hay cientos de web que ofrecen alojamientos que no están reglamentados, sobre todo en la zona del Albaicín. Es escandalosa la oferta que hay de plazas mal llamadas turísticas, por lo que hacemos un llamamiento a la administración pública: esto requiere un control, porque se está cometiendo fraude, porque son alojamientos que no están reglamentados, que no tienen control fiscal y no pagan impuestos mientras nosotros sí lo hacemos, con una gran inseguridad medioambiental y sanitaria. Hay que controlarlo y buscar una salida. En Granada desconocemos cuántas plazas hay, pero nos atreveríamos a decir que varias miles. Es un problema de competencia desleal que provoca que haya una sensación de injusticia y una guerra de precios que hace perder competitividad a las empresas y que afecta a su calidad.
-Además, la competencia desleal también influye en la calidad del destino...
-Claro, da una imagen de destino no conveniente, porque no ofrece ningún tipo de garantía.
-En el éxito de esta oferta tiene mucho que ver la poca conciencia del cliente sobre estos alojamientos...
-El cliente tiene que saber la importancia de ir a un establecimiento reglado, que cumple una normativa y unas leyes. Pero ahí nosotros poco podemos hacer excepto denunciarlo. Las administraciones tienen que tener la capacidad suficiente de inspección y crear las normativas adecuadas para perseguir a los que cometen fraude. Yo no puedo coger mi coche, ir al aeropuerto y recoger a un cliente como si fuera un taxista. Pues eso es lo mismo. Una persona no puede poner cualquier habitación libre en un circuito turístico.
-Ya se han comenzado a dar pasos con la creación de la Mesa de la Competencia Desleal...
-Sí, desde la Federación estamos empezando a hacer cosas. Entendemos que las cosas de palacio van despacio, pero hay temas que son verdaderamente urgentes. Hay que atacar el origen y el final: a quienes lo promueven y a quienes se benefician de ello.
-¿Cuál es el diagnóstico de la oferta hotelera de Granada? ¿Qué ventajas tenemos sobre nuestros competidores?
-Granada es una de las ciudades con una de las ofertas hoteleras con mejor relación calidad-precio. Disponemos de unos establecimientos excelentes que tienen muchas ventajas, aunque inconvenientes también. Una de las ventajas es la propia situación de la ciudad, el atractivo en sí mismo que ofrece por su proximidad a la Sierra, a la Costa, a otras ciudades de un circuito turístico importante. Esta es una de las ventajas, pero también la calidad humana, la oferta comercial... Ahora tenemos algunos serios inconvenientes, sobre todo relacionados con las conexiones aéreas por un lado, y la no llegada del AVE por otro, que también provoca una disfunción, una situación de diferencia clara con ciudades como Córdoba, Sevilla o Málaga. Esto le resta competitividad a Granada.
-Si no fuera por el déficit de infraestructuras, ¿Granada sería un destino turístico diferente?
-A Granada le falta resituarse en el mapa turístico, le falta desarrollar un concepto de una nueva/vieja ciudad turística. Como no se puede vivir sólo de la Alhambra, hay que buscar qué otras virtudes, qué otras ventajas, qué otros servicios y capacidades turísticas tiene la ciudad. Hay que replantearlo y saberlo promocionar. En cuanto a los recursos económicos no estamos en una de las mejores épocas, pero hay que tener la inteligencia y la voluntad suficientes para rediseñar esta política turística nueva y saber dónde hay que buscar mercados alternativos.
-¿Y por dónde debería ir ese nuevo diseño?
-No soy un experto, pero basta con definir un plan de marketing turístico de la ciudad, analizar y valorar sus características y salir a captar estos mercados. Hay que resituar la ciudad en el mapa turístico internacional.
-Pero tenemos posibilidades, ¿verdad?
-Claro, pero hay que tener voluntad por parte de todos de crear un organismo público-privado, de gestión privada. Tenemos modelos que se pueden replicar, como el de Barcelona o Tenerife. Hay que buscar motivos para que visiten la ciudad y que sean lo más amplios posibles, que no tengan nada que ver ni con la climatología ni con ninguna otra cosa. Que cuando un viajero piense en España y Andalucía, piense en Granada. Y esto crearlo no es baladí y no es cosa de un día. Se tiene que pensar, se tiene que desarrollar y ver las alternativas. Para eso necesitamos más compañías aéreas, hay que meditar qué países son más convenientes... También hay que fomentar la conexión con las capitales de España y Portugal. Hay que pensar en la alternativa Sierra Nevada-Granada, en el mix con la Costa del Sol... Granada tiene muchas posibilidades, pero hay que desarrollarlas.
-Puede que los que estemos fuera del negocio turístico no seamos conscientes, ¿pero cuál es la importancia de la oferta hotelera para definir la calidad del destino?
-Es importantísimo, básico. Un destino turístico se basa en tres claves: la comunicación adecuada, la planta hotelera y unas actividades que sean atractivas. Estas son las tres virtudes de un destino. Luego está la oferta complementaria, una buena oferta gastronómica y de ocio, una buena oferta sanitaria, de seguridad... Un destino tiene que tener una serie de particularidades y Granada las tiene todas, excepto en este caso la conectividad, que es tremendamente importante. Hay que darle facilidad al cliente para que llegue. No sirve de nada tener una buena planta hotelera, unos buenos servicios y una buena oferta si el cliente no puede llegar. Es fundamental una política de comunicación. Y es importante que la oferta complementaria esté adaptada a las expectativas del cliente. El cliente viene a buscar experiencias, no piensa dónde va a ir, sino qué va a hacer. Esta es la clave del desarrollo de un producto turístico.
-Si 2013 ha sido el año de las luces y sombras, ¿será este 2014 el de la recuperación? ¿Cuáles son las previsiones?
-En términos generales hemos empezado bien, hemos tenido un mes de enero con más de tres millones de visitantes, un 13% más, destacando sobre todo Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid. La temporada de nieve está funcionando bien, mejor que el año anterior, y las previsiones que tenemos de los mercados extranjeros son buenas, sobre todo en los mercados británicos, alemán y francés. De los nuevos mercados nórdico y ruso también esperamos un crecimiento importante. Vemos con cierta esperanza los mercados europeos tradicionales, pero nos sigue preocupando muchísimo el mercado español, que está atemorizado. La gente gasta poco, no sólo los que no pueden. Nos falta una clientela nacional doméstica que es importantísima. Los anuncios por parte del Gobierno central de la mejora en los índices macroeconómicos todavía no la vemos trasladada a la microeconomía. No estamos percibiendo que el consumo mejores entre otras cosas porque tenemos un grave problema de financiación. Echamos en falta la salida de la crisis y la vuelta a la normalidad de los mercados españoles.
No hay comentarios