IES Veleta de Granada, el instituto que se mueve contracorriente
Educación Granada
El centro público reivindica su singularidad ante los planes de Educación de integrarlo en el Colegio Gallego Burín
Que un instituto sea capaz de ofrecer lo que tenemos es uno de los mayores logros de la educación pública”. Eugenia Moreno, directora del IES Veleta, acaba así el repaso por los proyectos que mantiene el centro, ubicado en el límite entre el Zaidín y el PTS, y que ahora está en vilo por figurar en los planes de la Consejería de Educación como posible centro del que se trasvasarían alumnos a uno de los primeros CEIPSO (Centro de Educación Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria) de Granada, el que se prevé que podría desarrollarse en el CEIP Gallego Burín. El colegio asumiría progresivamente al alumnado de Secundaria del Veleta, cuyas instalaciones se emplearían para ofertar formación en la rama sanitaria que en la actualidad se imparte en el Centro Integrado de FP Aydanamar.
Los planes de Educación –que el delegado territorial, Antonio Jesús Castillo, supeditada al “consenso” con la comunidad educativaconsenso– han provocado el rechazo de la directiva del IES Veleta. Poco después de darse a conocer la posibilidad de perder alumnos en favor del colegio se creó una petición en el portal Change.org. Ahora quieren mostrar los motivos por los que este centro es necesario.
“Si se saca primero de ESO no se puede seguir con el proyecto educativo” que se desarrolla en el instituto, arguye su directora. Derivar esos alumnos al futuro CEIPSO dejaría cojo a su centro, que progresivamente desaparecería. En la actualidad cuenta con unos 90 alumnos repartidos entre los cuatro cursos de la ESO y Formación Profesional Básica (FPB). Moreno también admite que “no nos cerramos en banda” a posibles cambios “siempre que se nos respete nuestro proyecto educativo”.
¿Y por qué? “Lo hemos creado para darle respuesta a todo el alumnado que entra por esa puerta. Ellos lo dicen, nos dicen que nunca les han tratado como les tratamos aquí”.
El reducido número de alumnos hace que la atención sea personalizada. Cada docente tutoriza de forma muy cercana a cinco alumnos, “a los que les lleva el día a día”. Son una veintena los profesores que trabajan en la actualidad en el Veleta. “Los que llegan se implican una barbaridad. Pueden hacer cosas que en otros centros no pueden. Y aquí se les anima y motiva” para hacer esos proyectos. Aquí no se imparte Bachillerato, una cuestión que, según la directora, encorseta a los centros en los sí se imparte, ya que tienden a enfocar el trabajo diario a la consecución de objetivos académicos.
Movilización antes de la reunión con las familias
Las comunidades educativas de los centros Zaidín Vergeles y Veleta tienen previsto movilizarse antes de la reunión del sábado entre el delegado de Educación, Antonio Jesús Castillo, y los representantes de las AMPAS de los centros a los que se quiere explicar los posibles cambios en la estructura educativa de Granada. Estos cambios, que el delegado supedita al "consenso", se realizarían en los Semi D (colegios rurales en los que se imparte primero y segundo de la ESO) y en los denominados CEIPSO, en los que se integraría Infantil, Primaria y Secundaria.
“Tenemos proyectos para que los niños aprendan de otra manera”, insiste Moreno. Uno de ellos es No me libres de los libros y muestra el grado de implicación del centro. Un ejemplo: Todos (desde los alumnos al personal de administración o limpieza, de docentes a padres) leen a lo largo del curso cuatro libros, uno por evaluación –aquí no son tres, como en la mayoría de centros– y esta lectura da pie a una tertulia a la que asisten los lectores y, si el autor es granadino, también el escritor.
Además de proyectos de emprendimiento, recreos activos, trabajar la integración de alumnos con necesidades educativas o formar parte del programa Erasmus+, han desarrollado iniciativas como la mediación entre iguales. “Son tres alumnos o alumnas de cuarto de la ESO las que se dedican, dos recreos a la semana, a mediar con sus compañeros”. Aconsejan, quitan hierro a asuntos, refuerzan la autoestima de sus compañeros... También asisten una hora a la semana al Colegio Gallego Burín, donde prestan apoyo a los maestros. “Ahí algunos han descubierto que quieren ser profesores”, reseña la directora, que pide que, antes de acometer cambios, se valore y conozcan los centros implicados.
También hay clases de educación emocional y robótica, que se oferta como optativa y que está detrás de los éxitos que el centro suma en la First Lego League. En todas las clases, todas las asignaturas comienzan con diez minutos de lectura. “Y aquí tenemos desde alumnos con altas capacidades a nepalís que llegaron hace un mes”, indica la secretaria del centro, Puri Manzano.
La mayoría de los alumnos son de fuera. De hecho, lo excepcional es encontrar a matriculados del Zaidín. “Vienen de La Zubia, de Padul, Atarfe...”, destaca la directora, que recuerda que cuando llegó al centro, hace 16 años “nadie quería traer a sus niños aquí”. “Como sabemos que del Zaidín no va a venir nadie, nos pusimos a hacer cosas para que venga alumnado de otros sitios”, asegura la directora.
“Aquí hay niños que han llegado rebotados de otros sitios, desahuciados...” y se les ha reconducido, dicen, por el “trato” que reciben estos alumnos. “Es la auténtica Secundaria. Llegan, les reforzamos la autoestima y se dan cuenta de qué es lo que les gusta”, asevera Moreno. ¿Por qué en la pública no puede existir algo así?”, se pregunta sobre el camino recorrido y la posible supresión del centro.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por el Circo Encantado
Contenido ofrecido por el Colegio de Veterinarios de Granada
Contenido ofrecido por Aguasvira