José Luis Varela, jefe del Servicio de Bomberos de Almuñécar

José Luis Varela: "A muchas personas que estaban rescatando todo se les derrumbó encima"

José Luis Varela, jefe de Bomberos de Almuñécar, junto a Ibrahim Pérez, coordinador de la ayuda a Turquía.

José Luis Varela, jefe de Bomberos de Almuñécar, junto a Ibrahim Pérez, coordinador de la ayuda a Turquía. / José Velasco/ Photographerssport (Granada)

Se habla de terremoto de Turquía y Siria pero se debería hablar de terremotos. A las 4:17 de la madrugada (2:17 hora peninsular española) del 6 de febrero el suelo al Sureste de Turquía y el Norte de Siria empezó a temblar. Con epicentro a 34 km al Oeste de la ciudad de Gaziantep, el primero alcanzó una magnitud de 7,8 en la escala Richter, provocó el derrumbe de edificios y la muerte de miles de personas. Cuando los equipos de rescate trabajaban en la búsqueda de supervivientes, a las 13:25 hora local, un segundo sismo de 7,5 provocó el colapso de muchas estructuras que había conseguido aguantar la primera embestida cobrándose la vida de muchos de ellos y sepultando bajo los escombros a nuevas víctimas. En el lapso entre la primera hora de la mañana del lunes, cuando José Luis Varela, jefe del Servicio de Bomberos de Almuñécar, se reunió con sus compañeros; y las 17:00 horas, cuando su vuelo partía de Málaga en dirección a Estambul, ya sabían el calibre de la catástrofe y el peligro que corrían al intervenir en una zona azotada por constantes réplicas de inusitada intensidad. 

Lo cuatro rescatistas del servicio de Almuñécar compraron sus vuelos para viajar hasta Estambul y partieron acompañados por dos perros de rescate. De allí cogieron otro avión al Sur del país, al aeropuerto de Adana -"colapsado porque estaba lleno de bomberos de todo el mundo"- y tras diez horas de trayecto por carreteras secundarias (porque muchas de las principales vías estaban abiertas en canal) llegaron a Elbistán, donde empezaron a trabajar sin descanso desde el mismo momento en el que se instalaron. El Grupo de Especialistas en Rescate Canino en Catástrofes Método Arcón (GERCCMA)  es el nombre de la ONG a la que pertenecen y que les ayudó a gestionar la intendencia del traslado a la zona cero del seísmo. 

Allí estuvieron hasta el sábado 11, cuando regresaron a España porque las posibilidades de encontrar supervivientes en esa zona con temperaturas de 15 grados bajo cero era prácticamente nula. Pero su labor no terminó allí y este mismo viernes entregaban un cargamento con el materia de ayuda humanitaria que han estado recogiendo desde entonces para la campaña que coordina el Consulado Honorario de Turquía en Granada que finaliza este lunes. Se han asomado al abismo de desolación que han dejado los dos terremotos y saben que la supervivencia de millones de personas sigue en juego. 

-¿Cómo se consiguió gestionar todo para salir el mismo día de la catástrofe?

-Yo entré a trabajar a las ocho y me reuní con los compañeros de la unidad canina. Hablamos con el concejal y el alcalde y sobre las tres salíamos del parque. Llegamos de madrugada y empezamos a trabajar. 

-¿Tuvieron que pedir la autorización al Ayuntamiento? ¿Fuisteis como comisión de servicio o similar?

-En este caso no, fuimos como ONG en nuestro tiempo libro y sólo tenemos que comunicarlo. Como soy el jefe de servicio, hice los cambios de los turnos y pudimos salir ese mismo día. Tardamos más en llegar porque las carreteras estaban destrozadas, rajadas y con los coches metidos en las zanjas que se habían formado. 

-Con ese aspecto que presentaban las carreteras. ¿Tiene sentido detener a los constructores como ha hecho el Gobierno de Turquía? ¿Hay estructuras que puedan resistir un suelo que se abre en sus cimientos?

-Si es cierto que se veían construcciones hechas con hierro dulce, que aquí hace años que la legislación española ha prohibido su uso en edificación, pero es verdad que con la magnitud del terremoto, ni hierro dulce ni nada. Y lo peor es que hubo otra réplica de igual magnitud: a bomberos, grúas y a muchas personas que estaban rescatando, todo se les derrumbó encima. 

El estado en el que quedó un camión de bomberos siniestrado en el segundo terremoto. El estado en el que quedó un camión de bomberos siniestrado en el segundo terremoto.

El estado en el que quedó un camión de bomberos siniestrado en el segundo terremoto. / José Luis Varela (Turquía)

-¿Quién se encargaba de distribuir los bomberos de todo el mundo que iban llegando a Turquía?

-A nosotros en Adana nos mandaron a Elbistán y allí AFAD, como una protección civil a nivel nacional, nos mandó a un colegio que no se había caído y pudimos a alojarnos para soltar nuestras cosas y que descansaran los perros. Cada nos asignaban a unos voluntarios y con los coches de ellos mismos íbamos a los lugares en los que pensaban que podía haber personas dentro. 

-¿Cómo se procedía cuando los perros localizaban algún superviviente?

-En cuanto nosotros localizábamos a alguien con vida se lo comunicábamos a AFAD he inmediatamente nuestra intervención supone seguir buscando a personas. Esos momentos son primordiales y si nos quedamos allí sacando a esa persona perdemos un tiempo valioso para salvar otras vidas. 

Una de las actuaciones del equipo de rescate granadino en Turquía. Una de las actuaciones del equipo de rescate granadino en Turquía.

Una de las actuaciones del equipo de rescate granadino en Turquía. / J. L. V. (Turquía)

-Se volvieron el sábado. ¿Ya no había ninguna posibilidad de encontrar víctimas con vida entre los escombros?

-Trabajábamos en condiciones de menos quince grados. En una condiciones óptimas en los que los escombros protejan a la víctima del frío o tenga una manta, las posibilidades de supervivencia podrían llegar a las 72 horas. Hemos participados en 80 actuaciones pero al tocarnos una zona con esas temperaturas, han sido pocas las localizaciones con vida porque los que no murieron en el terremoto murieron de hipotermia. Por eso pronto metieron maquinaria. En mi opinión, tal vez demasiado pronto porque estando nosotros allí ya habían empezado a trabajar con máquinas para limpiar pronto. 

-¿Hay ahora mucho riesgo de epidemias? ¿Qué es lo más imprescindible ahora, porque imagino que habrá problemas hasta con las canalizaciones del agua?

-Claro, nosotros al principio teníamos electricidad en el colegio pero no agua. Necesitan comida, bebida y ropa abrigo. 

-¿Cómo sigue su colaboración con la zona ahora?

-Seguimos colaborando con la ONG. A través de Bomberos Almuñécar hemos hecho la recogido de alimentos, ropa... y la hemos traído al Consultado para que lo envíe a Embajada de Turquía. También pueden seguir colaborando con Gerccma a través del donativo de un euro al mes, porque cuando salen estos casos, con las administraciones se tarda mucho en hacer las gestiones. Nosotros nos fuimos a Turquía con nuestro dinero aunque en este caso hemos tenido suerte y la embajada nos pagó luego los vuelos. 

-¿Habían visto una catástrofe así?

-Tan grande no. Y eso que estuvimos en el terremoto de México y la explosión del puerto de Beirut. 

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