57.000 estudiantes de grado y posgrado, 3.600 docentes, 2.600 trabajadores de administración y servicios comenzarán el próximo 21 de septiembre un nuevo curso en la Universidad de Granada. Y lo harán bajo las normas que impone la denominada "nueva normalidad".

El Ministerio de Universidades ha publicado unas "recomendaciones" para ajustar la docencia a una "presencialidad adaptada". La riqueza del nuevo vocabulario es otra de las consecuencias del Covid-19 que, por lo pronto, obligará a hacer cuentas en la UGR. La institución debe elaborar un plan de contingencia por si fuera necesario volver a una situación de confinamiento y, como poco, deberá ajustar el número de personas que pueden estar en un aula a la medida que obliga a guardar un metro y medio de separación. Esta aplicación será un reto. En la UGR hay 21 facultades y escuelas. Ciencias tiene más de 5.400 alumnos. Odontología (que se encuentra en el Colegio Máximo junto a Comunicación y Documentación), 450.

La UGR deberá estimar los "coeficientes de ocupación" de cada actividad, el resultado de dividir el número de estudiantes entre la capacidad del espacio donde se desarrolle la actividad y donde se deberá guardar un metro y medio de distancia social. Debe hacer el cálculo teórico y el real (con los que efectivamente vayan a la actividad). Si el resultado del cálculo real es mayor al resultado del cálculo teórico (es decir, si a esa actividad hay prevista una asistencia que impida guardar el metro y medio de distancia social) "la actividad no podrá desarrollarse de forma presencial en su totalidad" y habrá que recurrir a la docencia virtual. Se debe guardar la distancia interpersonal en aulas, y también en laboratorios, despachos, espacios comunes y zonas de paso.

Toda la clase podrá seguir la docencia desde casa o bien rotar dentro del aula. Así lo recogen las recomendaciones del Ministerio: Si no se puede dar clase "deberían rotarse periódicamente entre los estudiantes que reciben la enseñanza presencialmente y aquellos que la reciben por videoconferencia". También se recomienda hacer uso de espacios "al aire libre".

No se prevé que se desdoblen grupos. Así, el Ministerio reconoce que "teniendo en cuenta la escasez de recursos docentes a corto plazo, no se considera conveniente doblar las clases por grupos para mantener la presencialidad, porque ello implicaría una sobrecarga insoportable para el cuerpo docente".

También se prevé que haya un rebrote, por lo que pide a la Universidad un "plan de contingencia que permita, en caso de que la situación sanitaria así lo requiera, un cambio masivo e inmediato a un sistema de docencia on line".

También se insta a "una mejora del equipamiento informático y redes telemáticas de las universidades, una capacitación del profesorado en el uso de la comunicación digital y una ayuda de la administración universitaria para la conectividad adecuada del conjunto del estudiantado, de forma que ningún estudiante sea discriminado por la persistencia de la brecha digital. Tenemos que evitar que nos sorprenda de nuevo cualquier circunstancia que interfiera en el normal desarrollo de la actividad universitaria". El Ministerio también reconoce que estas medidas tienen un impacto presupuestario, por lo que pide a las administraciones (en este caso la Junta) que lo tenga en cuenta. Por su parte, el Ministerio recuerda las transferencias que el Gobierno ha aprobado para ayudar al sistema educativo a superar la pandemia.

El documento recoge la necesidad de usar mascarilla y de evitar el acceso de personas con síntomas compatibles con el Covid-19. No se recomiendan guantes y se debe establecer un protocolo a aplicar si se detecta un caso. Se pide a los centros hacer los "ajustes" necesarios para evitar la "coincidencia masiva" de personas y se fomentará el teletrabajo.