Salud

Los profesionales de la sanidad piden un botón del pánico contra las agresiones

  • Granada acoge una protesta para condenar los últimos actos de violencia en el ámbito sanitario y en la que se ha reclamado una mayor seguridad en el entorno laboral

Un botón del pánico similar al que han instalado los taxistas. Es una de las propuestas que reclaman los profesionales de la sanidad para hacer frente a las agresiones, un grave problema que se ha convertido en un denominador común de su actividad laboral.

De esta forma,representantes de la Junta de Personal de los Distritos Granada y Metropolitano acompañados del Sindicato Médico han condenado las tres agresiones físicas y verbales que se han registrado esta Navidad en la provincia de Granada.

La protesta se ha celebrado ante la entrada principal del Distrito Sanitario para denunciar las agresiones que han sufrido facultativos sanitarios en los centros de salud en Zafaraya, Huétor Tájar y Gran Capitán los días 12, 22 y 25 de diciembre respectivamente.

El presidente del Sindicato Médico de Granada, Francisco Javier Cantalejo, ha exigido que la Junta se persone de oficio contra el agresor, "víctima que cuando sufre la agresión lo hace como un funcionario en el ejercicio de sus funciones en un centro público, en el que trabaja para la sociedad".

La primera de las agresiones tuvo lugar el 12 de diciembre en Zafarraya, donde un equipo de urgencia domiciliaria fue amenazado e insultado por una paciente que incluso le lanzó una botella de agua que golpeó a una enfermera.

Más tarde, el 22 de diciembre en Huétor Tájar, otra mujer con una crisis de ansiedad y posiblemente embriagada lanzó improperios, insultos y apretó y retorció el brazo de una enfermera en las urgencias del centro de salud.

La última agresión ocurrió el pasado 25 diciembre después de que un equipo del centro de salud de Gran Capitán fuera activado para atender una urgencia en un domicilio de la zona norte de la capital, donde varios jóvenes golpearon, abrieron la puerta de una ambulancia e hicieron que una enfermera tuviera que bajarse "prácticamente del tirón" del vehículo.

Según la Junta de Personal, ante esta situación el técnico conductor y la médica de familia bajaron de la ambulancia y el equipo se dirigió hasta el domicilio indicado bajo amenazas de muerte, insultos e improperios varios.

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