Política

Rubalcaba, el político “en estado puro” que sufrió un escrache en la UGR

  • Regresó en 2017 a la UGR para impartir por fin su charla 'La contribución de la Química en la política'

Momento del escrache a Rubalcaba en la UGR, en el año 2013

Momento del escrache a Rubalcaba en la UGR, en el año 2013 / EFE

Era el año 2013 y lo que entonces se conocía 15-M abarcaba todo. Cualquier protesta o escrache (palabro argentino que adoptó España en esa época) se envolvía en el quincemismo. Por eso, este periódico, tituló la noticia como "El 15-M revienta la conferencia de Rubalcaba a la Universidad".

El entonces secretario general del PSOE había venido a Granada para impartir una charla con motivo del centenario de los estudios de Química en la UGR, pero tras veinte minutos con miembros de Stop Desahucios recriminándole los recortes del anterior Gobierno socialista, el rector Francisco González Lodeiro suspendió la charla. No sin antes haber intentado, junto al decano de Ciencias, que se marcharan de la sala y gritar poderosamente un "¡ya está bien!".

Rubalcaba, por su parte, lamentó profundamente no poder impartir su conferencia a los asistentes y manifestó su compromiso con el acto, a pesar de sabía que podía haber un escrache, por su creencia "irrenunciable" en la libertad de expresión.

Conferencia marchándose de la conferencia en 2013. Conferencia marchándose de la conferencia en 2013.

Conferencia marchándose de la conferencia en 2013. / G. H.

Las imágenes dieron la vuelta a España y desgraciadamente forman parte de la historia de Rubalcaba con esta ciudad. Aunque hubo resarcimiento. En 2017, y ya retirado de la política (aunque de eso difícilmente se sale), el histórico socialista regresó al mismo lugar, al Aula Magna de Ciencias, y pudo dar su charla con el sugerente título de La contribución de la Química en la Política, dos de sus dos grandes pasiones junto al Real Madrid.

"Lo del escrache fue duro", recuerda Elvira Martín, la profesora de la UGR que lo trajo las dos ocasiones –2013 y 2017– y que tras la interrupción de la primera vez no dudo llamarlo una segunda diciéndole "Alfredo, vuelve ya que no estás en el candelero". Martín rememora "lo simpático" que era y cómo por fin pudo dar su charla ante un auditorio casi lleno que escuchó a un político "en estado puro" y que en los consejos de ministros pintaba bencenos para relajarse.

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