AVE a Granada | Los trenes

Así son los Serie 102 y 112 que cubrirán las rutas a Madrid y Barcelona

  • Renfe destina dos de sus modelos más reconocidos, llamados 'Los Patos', para los servicios AVE desde la estación granadina

Que Granada se suba al tren del AVE también supone dar un salto de calidad hasta ahora nunca visto en tecnología y comodidad en el transporte ferroviario de la provincia. Renfe pondrá para la línea Granada-Madrid y Barcelona sus trenes de las Series 102 y 112, dos composiciones exactamente iguales salvo por pequeñas especificaciones técnicas.

Cada una de estas composiciones mide 200 metros de largo, o lo que es lo mismo, casi dos veces el estadio de Los Cármenes, y se componen de dos cabezas tractoras, de 20 metros cada una, y 12 coches ampliables incluso hasta los 23. Las composiciones del Serie 102 cuentan con seis vagones de clase Turista (del 7 al 12) y 193 plazas, dos de ellas para personas con movilidad reducida, otro de cafetería (el 6), cinco de Preferente (del 1 al 5). El total de plazas por coche en clase Turista, la más barata, es de 36.

Esta distribución se cambia en el 112, la evolución posterior de este tren, que amplía sus plazas hasta las 365, con ocho vagones de clase Turista, tres de Preferente, y el de cafetería.

Por lo demás, cuentan con asientos abatibles, con reposapiés y giratorios para adaptarse al sentido de la circulación, con dos canales de vídeo y cuatro de audio salvo en la clase exclusiva, donde cada plaza cuenta con pantalla propia. En el tren, cada sitio tiene luz individual y mesa abatible, aunque sólo cuenta con enchufes eléctricos en Preferente.

Tampoco se trata precisamente dos modelos modernos. El 102, fabricado por un consorcio entre Talgo y Bombardier, empezó a operar en 2005, mientras que su evolución posterior lo hizo en 2010. Aún así, son trenes cómodos y tecnológicamente muy avanzados. Ya en su momento, el salto cualitativo que dieron los trenes AVE españoles con este modelo adelantó varios años las modernizaciones posteriores. Además, es un tren ligero con una relación entre potencia y peso que le hacen ágil y cómodo por su bajo centro de gravedad.

Su gran característica es el morro, con forma de cabeza de pato y por el que estos trenes toman su sobrenombre. Este diseño aerodinámico permite disminuir las olas de presión que se producen cuando el vehículo atraviesa túneles o se cruza con otro tren en paralelo, y además reduce el efecto de los vientos laterales. Esta menor resistencia al aire, unida a la construcción de estos trenes, con materiales ligeros, soldaduras de aleación de aluminio, permite un ahorro del 15% del consumo energético.

Es más, a través de los sistemas de frenado de estos trenes, parte de la energía generada cuando se activan puede incluso ser devuelta a la red pública. El freno regenerativo, que así es como se llama, en lugar de disipar la energía en resistencias, se puede reutilizar y emplearse en alimentar los servicios auxiliares del propio tren, regresar a la catenaria para que la use otro tren, usada por la propia infraestructura (señalizaciones), o incluso devolverse a la red pública.

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