Sucesos

Sierra Nevada, un macizo con un amplio historial de accidentes mortales

  • Las dos mujeres fallecidas con síntomas de congelación no son una excepción entre personas que se ven sorprendidas por un cambio de tiempo. La Guardia Civil rescata cada año a decenas de montañeros y excursionistas

  • Uno de los sucesos más trágicos fue el de la muerte de tres excursionistas holandeses en 2004

Rescate del Sereim en Granada tras el accidente de una familia inglesa

Rescate del Sereim en Granada tras el accidente de una familia inglesa / G. H.

Sucesos como el de las dos mujeres de nacionalidad húngara que han sido encontradas en Sierra Nevada con signos de congelación son demasiado comunes en este macizo. La montaña granadina, que en un primer momento puede parecer fácil para realizar paseos y excursiones, sobre todo para gente que no conoce el terreno, esconde los peligros de una climatología muy cambiante y de fríos repentinos que pueden causar problemas hasta a los alpinistas más experimentados.

El incidente más destacado fue el que acabó con el fallecimiento de tres excursionistas holandeses en mayo de 2004. Un grupo de doce visitantes extranjeros junto a una guía neerlandesa que nunca había estado en Granada realizaron una ruta desde Trevélez hasta el refugio de Poqueira en pantalón corto y zapatillas de deporte y sin consultar el parte meteorológico. Ese día nevó y las rachas de viento de hasta 80 kilómetros por hora fueron la causa de la hipotermia que acabó con la vida de estos senderistas.

La guía negó haber sido advertida de las malas condiciones meteorológicas que podría encontrar durante el trayecto, mientras que los trabajadores del refugio aseguraron haber avisado tanto a la guía como a los responsables de la empresa organizadora de los peligros.

Hay que remontarse más atrás, hasta el año 1989, para encontrar un suceso que conmocionó a Granada y a Francia. El 12 de febrero siete montañeros de nacionalidad francesa fueron sorprendidos por un alud quedando sepultados bajo la nieve de Sierra Nevada. Murieron seis miembros de la expedición del Club Alpino Francés de Cannes, que se encontraba practicando alpinismo en la zona del Mulhacén, a más de 3.000 metros de altura. El hecho alcanzó tal magnitud que se desplazó hasta Capileira el cónsul francés de Málaga.

Avalancha de nieve en 2008

Un bombero de Motril de 44 años también falleció a finales de febrero de 2008 sepultado por una avalancha de nieve en una zona fuera de pistas de Sierra Nevada, justo en la ladera del pico Cartujo, próxima al área de nieve de La laguna de las Yeguas. Experto en rescates y amante de los deportes de riesgo, hacía esquí de fondo hacia el cercano refugio del Elorrieta, donde tendrían previsto pasar la noche, cuando fue enterrado por más de cuatro metros de nieve.

Más recientemente, en los primeros días de diciembre de 2018 y en la misma semana, un escalador de 38 años natural de la localidad granadina de Darro murió tras caer desde unos 200 metros de altura, y un varón de 39 años natural de Murcia falleció al precipitarse por un barranco de 400 metros en el Puntal de Vacares, pico de 3.143 metros de altitud sobre el nivel del mar. Ambos eran muy experimentados en excursiones de alta exigencia en montaña. Se da la circunstancia de que el Parque Nacional, las fuerzas de seguridad, la Federación de Montañismo y los clubes de excursionistas de la provincia habían alertado sobre los peligros de salir esos días por culpa de la acumulación de hielo en las cumbres altas a causa de la lluvia engelante. 

Los peligros de la montaña granadina

El Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil de Granada realiza habitualmente multitud de rescates a lo largo del año en diferentes zonas de Sierra Nevada, la mayoría debido a negligencias de los senderistas o excursionistas, y por el desconocimiento sobre el terreno. 

La montaña nevada donde más sol hace de toda Europa puede cambiar de un momento a otro y convertirse en una trampa nevada. A esta situación ayuda la localización del macizo granadino, influenciado por su cercanía con el Mediterráneo.

Las personas a las que la Guardia Civil auxilia normalmente carecen de guía titulado que les acompañe y no suelen estar federadas. Estas decidieron realizar alguna actividad en la montaña, desconociendo los riesgos que puede entrañar o el equipo y la preparación necesarias para llevarla a cabo, por lo que quedaron en una situación vulnerable que hacía urgente acudir en su ayuda.

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