La Universidad de Granada (UGR) contará con un centro de restauración para abordar la recuperación y tratamiento de sus bienes patrimoniales. Así lo aseguró esta mañana la rectora, Pilar Aranda, en la presentación de la exposición La Universidad de Granada restaura (2015-2019), que reúne una selección de unas 160 piezas tratadas a lo largo de estos años por el Secretariado de Conservación y Restauración, dirigido por Teresa Espejo y que se integra en el Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Patrimonio.

Este centro de restauración se ubicará junto al área de reserva que ya existe en el Edificio V Centenario –antigua Facultad de Medicina– y se dotará con el personal previsto en la relación de puestos de trabajo (RPT). La idea, según el vicerrector de Extensión Universitaria y Patrimonio, Víctor Medina, es “montar una infraestructura con carácter permanente” que se ligue a la actividad que la Universidad pretende desplegar con motivo de su quinto centenario, en 2031.

Hasta ahora, el cuidado de las piezas patrimoniales –adquiridas en su momento para uso docente o administrativo, pero que con el paso del tiempo se han resignificado– dependía de la voluntad de personal o departamentos. “Se ha venido haciendo de forma voluntarista”, concedió Medina, que alegó que “nuestra visión es hacer un trabajo de catalogación” y también de difusión del patrimonio universitario. En esta tarea está implícito el trabajo de mantenimiento y restauración.

Algunas de las piezas ya han sido expuestas.

Este anuncio se hizo público en el acto de presentación de la nueva exposición en el crucero del Hospital Real, sede del Rectorado. A lo largo de los cuatro años que van de 2015 a 2019 se han tratado más de 3.000 piezas pertenecientes al ingente patrimonio mueble de la Universidad, objetos que fueron en su momento empleados en la docencia y que ahora aparecen revelados como joyas. Uno de los ejemplos es la tabla periódica de 1942 que luce en la muestra. Fue recuperado con motivo del aniversario de los estudios de Química en la Universidad de Granada.

Uno de los puntos de interés de la muestra está en el taller donde dos restauradores recuperan las actas de claustro de 1779 que fueron dañadas en incendio de 1886. Las cubiertas y los lomos que guardaban estos documentos se perdieron. Ahora María Trigo y Adrián Pérez los recuperan “página a página”, brocha en mano, con un inmenso cuidado. Ambos se formaron en la Universidad de Granada –Trigo es graduada en Restauración y Pérez licenciado en Historia del Arte– y ahora recuperan para su estudio estas actas. En unas cubetas de agua caliente y frío sumergen los papeles centenarios, debidamente protegidos con un forro, para eliminar la suciedad. Quedará el soporte, el papel, y el contenido, la primorosa caligrafía con la que se puso, negro sobre blanco, cómo era la Universidad del siglo XVIII.

Este oso hormiguero forma parte de las colecciones de la UGR.

También forman parte de la exposición el oso hormiguero gigante, aves embalsamadas, maquetas en pasta de papel de animales y partes del cuerpo, ceroplastias empleadas en la enseñanza de la Medicina. Algunas piezas ya han sido exhibidas anteriormente –como el sillón de obstreta o el interior de la Farmacia Zambrano, que se mostraron en Ciencia, ciudad y cambio– o el esqueleto de un avestruz, que formó parte de Selección natural.

Teresa Espejo señaló sobre la muestra que “es un recorrido a través de las piezas por todas las fases de la conservación del patrimonio”, desde la que únicamente interviene en el entorno a la que implica reparar –o restaurar– una pieza. Aranda señaló, sobre los bienes de la Universidad, que “está inventariada la mayoría” de las piezas, y agradeció la labor que desempeñan tanto los departamentos como titulares particulares que acceden a ceder bienes para incrementar el patrimonio universitario.

La muestra La Universidad de Granada restaura (2015-2019) –abierta de lunes a viernes de 11:00 a 14:00 horas y de 17:30 a 20:30 horas–, puede visitarse hasta el 5 de enero.