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La UGR anuncia su primer eco campus que se unirá a Granada a través de un corredor verde

La Universidad de Granada anuncia su primer eco campus vinculado al corredor verde de la ciudad

La Universidad de Granada anuncia su primer eco campus vinculado al corredor verde de la ciudad / G. H.

La Universidad de Granada ha presentado su proyecto para la Azucarera de San Isidro, el inmueble industrial abandonado durante 40 años, símbolo de la pujanza del sector agrícola durante finales del XIX y primeros del XX y, ahora, germen del primer eco campus de la institución granadina. La inmensa finca, de 100.000 metros cuadrados, se enlazará con la ciudad a través de un corredor verde que partirá desde la estación de tren.

El vicerrector de Extensión Universitaria y Patrimonio de la Universidad de Granada, Víctor Medina, detalló que era el "momento" de presentar "este templo". El inmueble, en estado ruinoso, fue adquirido por 2,7 millones de euros a la inmobiliaria Aliseda por la Universidad de Granada a finales de 2021. En este año y medio se ha trabajado en un proyecto que permita levantar un centro investigador, un campus sostenible y un entorno singular y que pueda financiarse. Medina reconoció que poner en marcha esta iniciativa "requiere de la concurrencia de todos", en referencia a la necesidad de contar con instituciones públicas -presentes en el acto- y también de empresas privadas. "Las grandes empresas constructoras tienen que estar", aseguró en su intervención la rectora, Pilar Aranda, que detalló que "hay financiación para proyectos innovadores". Y la Azucarera se plantea como tal.

Representantes de la Universidad y de las instituciones, en la nace central de uno de los edificios de la Azucarera. Representantes de la Universidad y de las instituciones, en la nace central de uno de los edificios de la Azucarera.

Representantes de la Universidad y de las instituciones, en la nace central de uno de los edificios de la Azucarera. / antonio l. juárez / PS

El encargado de detallar qué se plantea en este complejo industrial abandonado desde hace cuarenta años fue el arquitecto Juan Domingo Santos. Quedó abandonado en 1984, después de cien años de funcionamiento. Las actuaciones realizadas tras la compra fueron vallado y desbroce. También se tuvo que ejecutar tareas de reparación de las patologías acrecentadas por el enjambre sísmico que comenzó ene enero de 2021 en la chimenea, la capilla y la destilería. También se trabaja en adecuar algunas naves donde se instalarán los primeros grupos de investigación -concretamente la Unidad de Investigación de la Madera Estructural de Andalucía de la Universidad de Granada (UIMA-UGR) del profesor Antolino Gallego- y también se desarrolla un trabajo para documentar el inmueble en sí, como bien de interés cultural (BIC). Se trata de un inventario de elementos singulares y sistemas constructivos, especificó Santos.

Estas tareas se realizan ya, pero el objetivo es crear un campus que ya tiene nombre Campus UGR Sostenibilidad. Se plantea, en palabras de Santos, de un lugar universitario flexible, configurado a través de unidades de gestión y que únicamente se acometerán cuando sean sostenibles en función del principio de sostenibilidad económica que rige todo el proyecto. El dinero vendrá de las convocatorias a las que concurra la UGR y de la alianza con entidades públicas y privadas. "Es un proyecto de concertación de uso, de interés público y social", resumió el catedrático del Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica y en la Ingeniería de la UGR y director del equipo redactor del proyecto de rehabilitación de la Azucarera de San Isidro.

Para dar a luz este campus se plantea un proyecto con "tres escalas"; la primera, enumeró Santos, supone relacionar la Azucarera con la ciudad a través de un corredor verde que debe nacer de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y que enlace la ciudad desde la estación de tren hasta la Vega. La segunda escala es la del entorno, ya que el campus de la Azucarera se ofrece como un parque "ecológico, paisajístico y desde la memoria". La idea es similar a la del campus de Fuentenueva, que es un espacio "abierto" a los vecinos de la zona. Este nuevo entorno en la carretera de Málaga sería la "transición entre la ciudad y la Vega". La tercera escala es la de los usos concretos que se le dé al entorno que finalmente se cree en este espacio, desde extensión universitaria hasta investigación a uso residencial.

El eco campus cuenta además con el agua como un elemento clave. La idea del proyecto trabajará en explotar el geotermalismo de la zona. Se ha sondeado el lugar y la posibilidad de explotar el agua caliente del subsuelo se prevé factible. Se prevé además una "gran sala de congresos" y un "atrio" que sean elementos singulares del campus.

Todo ello, dijo Santos, permitirá la "regeneración urbana del occidente de la ciudad", el lugar por donde crece la urbe. Para ello el arquitecto adelantó que será necesaria la "concertación mixta, público privada" y la colaboración institucional. El proyecto ya cuenta con el visto bueno tanto de la Junta como del Ayuntamiento de la capital.

El vicerrector de Investigación y Transferencia de la UGR, Enrique Herrera Viedma, detalló las distintas líneas que han permitido a la Universidad romper las costuras. Las investigaciones en nuevos materiales han cristalizado en el acelerador de partículas y los trabajos en inteligencia artificial en iniciativas como la Fundación AI Research and Innovation. Ahora se plantea que la ciencia relacionada con la sostenibilidad -que "tiene músculo" en la UGR, según Herrera- se riegue a través del proyecto de la Azucarera. "Necesitamos espacios y qué mejor sitio que éste".

Herrera avanzó que lo que se haga en la Azucarera "puede ser un modelo de recuperación del patrimonio" y, aunque reconoció que "costará mucho esfuerzo", ya hay una idea, una "guía" de lo que la Universidad "quiere hacer". Y además de la idea, la UGR necesita "actores que colaboren con esta recuperación". El objetivo es "un centro de investigación e innovación que sea faro de Andalucía" y para ello se requiere, según el vicerrector, de la colaboración empresarial.

Uno de los puntos singulares es que se plantea un campus con coste cero de energía gracias a la geotermina -la explotación del agua caliente que hay bajo tierra- y la capilaridad que lo que se haga en este centro puede tener para distintos ámbitos, desde explotación de acuíferos al desarrollo rural. "Estoy entusiasmado", finalizó Herrera.

El delegado de la Junta en Granada, Antonio Granados, recordó que "la Gran Vía sale de lo que se generó aquí", la producción de azúcar de remolacha de la Vega. "De las cenizas de este inmueble tenemos la oportunidad de apostar por el talento", exhortó el representante de la Administración andaluza. El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, habló también de la "oportunidad" que representa este inmueble. En el acto también intervinieron la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro, y el presidente de la Diputación, José Entrena.

La intervención final fue para la rectora, Pilar Aranda. "Es un sueño que tuvimos hace años", rememoró Aranda sobre cómo se fraguó la adquisición y el proyecto que ahora se ha presentado. "Ha sido gracias a los fondos logrados por la investigación, que se han incrementado un 30%, lo que han permitido la compra de la Azucarera", advirtió, para reconocer que ahora tocaba devolver parte del esfuerzo hecho por la comunidad científica. La rectora quiso compartir ese momento con el recientemente elegido rector Pedro Mercado. Éste, muy emocionado en su primer acto como máximo responsable de la UGR electo -todavía no ha tomado posesión- habló del "compromiso con los proyectos transformadores" planteados por la Universidad y el "compromiso" de la institución con la ciudad y la provincia. "Hay que gestionar el presente y mirar al futuro", resumió Mercado sobre el papel transformador de una Universidad que ya cuenta con los campus del PTS, Cartuja o Fuentenueva como elementos que ya forman parte del escenario urbano.

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