"Vamos a asistir a más decisiones caprichosas y arbitrarias". La concejal de Urbanismo, Isabel Nieto, teme que los cambios que se avecinan en el sistema de control de las actuaciones patrimoniales por parte de la Delegación de Cultura sean contraproducentes y generen más confrontación con el Ayuntamiento de la capital.

Los últimos cambios introducidos en la Ley de patrimonio prevén un cambio importante en la gestión de Cultura, pues en el momento en que entre en vigor, la Comisión Provincial de Patrimonio se verá claramente mermada, tanto en su composición como en sus competencias. Sólo tendrá que decidir para asuntos relacionados con los monumentos o los jardines históricos. Cualquier actuación propuesta por un ayuntamiento o un particular en un entorno histórico o arqueológico como el barrio del Albaicín o Medina Elvira será autorizada o no directamente por el delegado de Cultura, Pedro Benzal. Aunque estará respaldado por informes de los técnicos de la Delegación, lo cierto es que serán decisiones que ya no se debatirán en un órgano participado por muchos sectores como es la Comisión de Patrimonio.

La concejal de Urbanismo criticó ayer esta medida y consideró muy negativo que se prescinda de la opinión del técnico del Ayuntamiento de Granada o del representante del Colegio de Arquitectos, entre otros. "Esto va a generar menos seguridad jurídica", agregó la edil.

Este cambio de competencias hace temer al gobierno local (PP) los peores augurios en cuanto a la confrontación, dado que en los últimos meses ya se ha producido un cambio importante entre las relaciones entre el Ayuntamiento de la capital y la Delegación de Cultura. Después de acuerdos importantes como el del Paseo del Salón, ambas administraciones han iniciado una guerra dialéctica que mantiene aparcada media docena de asuntos relacionados con el patrimonio. Cultura asegura, incluso, que ha abierto ya expedientes sancionadores contra la capital.