Granada

Vecinos hartos del ruido llevarán el decreto de espectáculos al Defensor

  • Colectivos aseguran que el documento no ha sido consensuado y alertan del prejuicio que supondrá a los residentes de barrios turistificados

  • Los conciertos en directo sí son bienvenidos

En apenas dos años el histórico barrio del Realejo ha sufrido una auténtica transformación. Los pequeños comercios han sido sustituidos por bares y restaurantes con terrazas. Sus calles han pasado de ser tranquilas, a una zona de moda con las consecuencias que esto conlleva. El ruido de los granadinos y turistas que salen de cañas marca las noches. El tráfico de los veinte autobuses escolares que llegan a circular por la calle Molinos las mañanas. El boom parece imparable. Sin embargo, una nueva asociación vecinal ha decidido que esto no puede ir a más. Se trata de Todos somos Granada, un colectivo compuesto por unos 200 vecinos principalmente del casco histórico que nació hace apenas dos años ante la situación de desamparo que dicen sentir por parte del Ayuntamiento. Este movimiento vecinal empezó a reunirse en la ETS de Arquitectura y hace dos meses fue dado de alta como asociación. Desde ese momento sus integrantes están dispuestos a todo contra la turistificación y la mejora de su barrio.

Aunque ya han participado en algunas reuniones como el Observatorio de la Movilidad, lo primero que van a hacer tras constituirse oficialmente como asociación es enviar una queja ante el Defensor del Pueblo por la reciente aprobación del Decreto de Espectáculos públicos, actividades recreativas y régimen de apertura de la Junta de Andalucía. Este documento, que nació supuestamente con las principales demandas municipales, empresariales y vecinales, ha sido muy criticado por distintas asociaciones vecinales.

El decreto impulsado por la Junta de Andalucía se dio a conocer en julioCada ciudad tiene potestad para redactar su propia ordenanza dentro del límiteLa concejal de Turismo aseguró el mes pasado que se reunirá para debatir la normativa

Entre sus principales novedades está que los establecimientos de hostelería -bares y restaurantes- podrán acoger conciertos en directo entre las 15:00 y las 0:00 horas sin posibilidad de ampliar el horario. Se mantienen los horarios de los establecimientos públicos de hostelería y se establece que, como máximo, deberán cerrar a las dos de la madrugada en día laborables, aunque los locales especiales con música podrán abrir hasta las tres. Los ayuntamientos podrán ampliar una hora más el horario de fin de semana y vísperas de festivos en todos los establecimientos, y dos horas durante las fiestas navideñas, la Semana Santa y las fiestas tradicionales y populares de cada municipio. En cualquier caso, aunque se haya ampliado el horario, el de las terrazas y veladores no podrá exceder de las dos de la madrugada con media hora más para su recogida, salvo en los municipios turísticos o zonas de gran afluencia turística donde se puede extender otra media. No obstante, será cada Ayuntamiento el que decida cómo aplica la norma. La asociación Todos somos Granada ya ha anunciado que llevará este decreto al Defensor del Pueblo a nivel nacional. Según explica la presidenta, María Luisa Hernández, la administración autonómica lo ha aprobado de la noche a la mañana en pleno verano vendiendo un "falso consenso con las asociaciones y colectivos a los que no ha escuchado obviando todas sus alegaciones". Ante esta situación, están sopesando llevar el asunto ante el citado Defensor para evitar que el decreto se aplique en todo su esplendor en la capital permitiendo que, por ejemplo, las terrazas amplíen su horario de apertura hasta las dos de la madrugada. Pero sobretodo, lo que desean es mantener conversaciones con el Ayuntamiento de Granada para conocer hacia donde avanza la ciudad. "Este colectivo nació de la desazón de no saber hacia dónde vamos. Se ha creado una burbuja del turismo que, como ya pasó con la construcción, va a estallar", afirma Hernández, quien considera que el turismo se está disparando de tal forma que hay empresas que compran bloques enteros para alquileres turísticos. Esto, está provocando una progresiva despoblación de un barrio que se está convirtiendo en un escaparate para los turistas. "Van en el tren de la Alhambra y nos hacen fotos, por ejemplo, si estamos haciendo la compra... somos como monos" añade la presidenta.

La expansión de los apartamentos turísticos y la aplicación del decreto es un debate abierto ahora mismo en las calles. Los empresarios de hostelería reciben con más entusiasmo una norma más flexible en el caso de los horarios de apertura y cierre de la que los vecinos parecen estar dispuestos a soportar. Más aceptación causa la posibilidad de ofrecer conciertos en directo en los establecimientos.

Sergio Castillo, que tiene una cafetería cercana a la Plaza del Carmen llamada De par en par, opina, tras toda una vida dedicado a la hostelería, que cerrar las terrazas a las doce es demasiado temprano pero más allá de las dos puede resultar excesivo teniendo en cuenta la necesidad de asegurar el descanso de los vecinos. Respecto a los conciertos, considera que es una noticia positiva a la par que reflexiona sobre la tasa que supone la instalación de las terrazas, con las tasas más caras de Andalucía.

La encargada de Navas 14, Sofía Aguilar también cree que la ordenanza de las terrazas de Granada se queda corta. En alta temporada es frecuente que se vea obligada a levantar mesas enteras de clientes a quienes se les ha alargado el postre porque la Policía Local asoma y la multa es segura. "Tienes que meterlos dentro porque te pueden decir algo, quizás debería haber más flexibilidad en los meses de mayor afluencia como abril mayo septiembre u octubre".

En los negocios marcados por la música como el bar Loop el decreto ha sido bien recibido. Su propietario Pablo Rodríguez ya piensa en establecer una programación para deleitar con música en directo a sus clientes en un local decorado con vinilos. Sin embargo, Rodríguez tiene otras peticiones como la posibilidad de instalar un reproductor en casos de licencia de bares de tapas, algo que ahora mismo no es posible en la capital. Así, a pesar de que mucha gente acude a su bar para escuchar música, el sonido sólo puede salir de las televisores con la cuestionable calidad que los aparatos ofrecen.

Las asociaciones de vecinos Bajo Albaicín y Realejo también tienen opiniones variadas. La presidenta de la primera, Lola Boloix, cree que permitir conciertos en las terrazas es un error y considera que también se deberían frenar las actuaciones de artistas urbanos. "La placeta Nevot ha sido tomada y la Policía, en ocasiones, ni siquiera sabe dónde están las calles cuando llamamos para quejarnos", asegura Boloix crítica con el hecho de que ya no se puedan contemplar las vistas que ofrece el Albaicín en silencio.

Al igual que la presidenta del colectivo Todos somos Granada, Boloix lamentó que la Junta asegure que el decreto ha sido consensuado con los vecinos y pide al Ayuntamiento que no aplique la norma en toda su amplitud. Precisamente la edil de Turismo y Protección Ciudadana, Raquel Ruz, aseguró que la capital reunirá a empresarios de hostelería y vecinos para consensuar el modelo definitivo. "Dinamizar el turismo no implicar que haya un artista en cada esquina. Aquí vive mucha gente en las plantas bajas y hay negocios que incumplen la normativa. Se han creído que las ciudades se pueden vender", asegura Boloix que exige que se hagan encuestas serias para ver qué desean los ciudadanos.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Realejo, Alejandro Labella, asegura que la parte referida a la música en una ciudad en la que afloran tantos grupos es positiva. No tanto la posible ampliación del horario de bares y terrazas. "Esto necesita un debate bastante amplio. En días clave como en Semana Santa se podría analizar... en otros momentos... no".

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