Granada

Visita a los difuntos a ritmo de góspel

  • Miles de personas recorrieron ayer el cementerio de San José para cumplir con el ritual de dejar flores a los fallecidos el 1 de noviembre · Los accesos se colapsaron de vehículos

El cementerio de San José de Granada vivió ayer el día con más visitas de todo el año. Miles de personas abarrotaron sus estrechas calles durante todo el día para cumplir con la tradición de la visita a los difuntos, el arreglo de las tumbas y nichos y la entrega de flores. Esta tarea anual tuvo ayer un hilo musical especial, el góspel. Pasear por las proximidades del segundo patio a mediodía transportaba a los visitantes hasta las iglesias afroamericanas del siglo XVIII, donde surgió esta música tan espiritual que mezcla música y coros con letras evangélicas.

Era el coro Four Women Gospel y la iniciativa se incluía en la programación que el camposanto granadino realiza como miembro de los cementerios históricos de Europa. Así lo explicó justo antes del concierto la consejera delegada de Emucesa, María Francés, quien explicó que es el segundo año que se celebra el ciclo de música para el recuerdo, que está teniendo muy buena acogida.

La música fue el signo diferenciador de la celebración del día de Todos los Santos, una jornada en la que es casi inmutable la tradición de adecentar y adornar con flores las tumbas de los familiares fallecidos. Por eso, las flores son las grandes protagonistas del día. Además, este año, por un aspecto negativo como es el encarecimiento del producto por la subida del IVA del 8 al 21%, un incremento del precio que están notando, y mucho, en las floristerías del cementerio.

En el local 2 está Floristería Alicia, donde su dueña no para de hacer ramos y atender encargos aunque en menos cantidad que otros años. "Tenemos mucho trabajo pero estamos notando la crisis y sobre todo la gente se queja de la subida de los precios", relata la responsable del negocio. El precio de los claveles está a 8 euros la docena y la rosa a 3 euros la unidad. Y son las dos flores que más se demandan.

En el mostrador de fuera, rodeado de ramos, margaritas y una gran variedad de flores, Miguel Miralles confirma también los efectos de la crisis y de la subida de los precios, que hace que la gente se contenga más en el gasto o se decante por flores algo más baratas. "Las ventas han bajado hasta un 60%", matiza. Con todo, adornar una tumba puede ir desde los 20 euros hasta los 500.

Comprar las flores si no se traen de casa es lo primero que se hace antes de entrar al cementerio. Pero llegar se convierte cada 1 de noviembre en una odisea. Rober reforzó los autobuses y la línea 13 aumentó el número de vehículos y su frecuencia. Pero se sigue utilizando demasiado el transporte privado y a media mañana la cola de coches llegaba hasta la cuesta de acceso a la Alhambra. Los aparcamientos se colapsaron incluso con el espacio extra que había cedido la Alhambra para el estacionamiento de vehículos del cementerio.

"Es horroroso venir este día por lo que se lía de coches. Y en autobús se va como sardinas en lata. Mañana vienes y ya no hay nadie, se está más tranquilo. Y el resto del año, solo", explica tras bajarse del autobús Manuel Díez.

Ya dentro, la estampa se repite patio tras patio y pasillo tras pasillo: personas limpiando los mármoles de las lápidas y cambiando unas flores ya sin color y sucias por otras nuevas que tienen que durar otro año entero. Para eso, el trabajo lo apoyan varias decenas de escaleristas, que están por todo el cementerio para ayudar a acceder a los nichos más altos. Según Emucesa, sólo el lunes se utilizaron 700 servicios de escaleras. Y ayer seguro que fueron muchos más.

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