La Universidad de Granada (UGR) ha puesto en marcha el programa de Atención a Estudiantes en Riesgo de Abandono (Aera), una iniciativa que pretende ‘repescar’ a los estudiantes que estén en riesgo de abandonar sus estudios. En total, según los datos facilitados por la propia Universidad, son un millar los estudiantes que, tras la primera convocatoria, están con un pie fuera de los estudio de grado al no haber aprobado al menos seis créditos. De estos 936 estudiantes no todos son susceptibles de formar parte del programa por cuanto que queda todo el segundo semestre por delante y las convocatorias extraordinarias.

Con los datos del pasado año, tras finalizar el curso completo, son unos 200 los estudiantes que pueden beneficiarse de esta iniciativa, que fue presentada por la rectora de la UGR, Pilar Aranda, el vicerrector de Estudiantes y Empleabilidad, José Antonio Naranjo, y el director de la Unidad de Orientación Académica y Acceso, Juan Luis Benítez. Esta iniciativa culmina ahora, pero ya se esbozó en el claustro universitario de noviembre de 2017.

La iniciativa que ahora se presenta ya fue adelantada en 2017 como medida para ayudar a los alumnos con bajo rendimiento

Este programa prevé recabar información sobre los alumnos a los que, por sus resultados académicos, les podría ayudar esta iniciativa. Desde el Gabinete Psicopedagógico de la UGR se establece una primera conexión entre los centros y con los coordinadores de grado y los tutores se determinará la posibilidad de orientación para que estos estudiantes con malos resultados académicos refloten antes de abandonar. La normativa establece que en el primer curso es necesario aprobar un mínimo de 6 créditos, y 18 desde el segundo año en el grado.

Desde la Universidad se analizará las particularidades de los estudiantes, “se les hablará de normativa y de los servicios” que se ofrecen, indicó Benítez. Sucesivos filtros determinarán el asesoramiento necesario.

Según explicó en la presentación del programa Juan Luis Benítez, para el próximo curso se prevé la figura del alumno mentor, “que pueda ofertar orientación” a los matriculados de primer año. También se podría aplicar los talleres sobre hábitos de estudio que se han programado como experiencia piloto en varios centros “con resultados positivos”. También se prevé la posibilidad de derivar a los estudiantes que lo necesiten a servicios externos. El fin último es lograr la “inserción académica”.

El vicerrector de Estudiantes de la UGR destacó que la de Granada es una universidad pionera en orientación y que programas como el presentado ahora han suscitado el interés de otras instituciones.

Por su parte, la rectora, Pilar Aranda, incidió en que la Universidad es un servicio público y que es “fundamental” que la confianza que atesoran como instituciones se pueda demostrar, entre otras cuestiones, con resultados académicos.

Sobre las actuaciones que prevé el Aera, Aranda destacó que “necesitamos conocer para poder actuar”. También defendió el cambio de calendario académico por la incidencia que el adelanto del inicio de las clases había demostrado en los resultados académicos de otras universidades y avanzó en la necesidad de tener menos alumnos por grupo y una “actuación individualizada”.

Por materias, del millar de alumnos que podrían ser susceptibles de participar, un 32,7% son de los grados del área de Ciencias Sociales y Jurídicas –donde también hay un mayor número de alumnos matriculados en la UGR–, un 21,8% de Ingenierías, un 17% en Artes y Humanidades, un 17% en Ciencias y el resto, de la rama de Ciencias de la Salud.