Granada año a año

1980: El año en el que cantamos por primera vez el himno andaluz

Mitin en Bibrramba a favor de la autonomía. De izda. a dcha.: Jerónimo Páez, López Calera, Manuel Clavero, José Cazorla y Juan López Martos Mitin en Bibrramba a favor de la autonomía. De izda. a dcha.: Jerónimo Páez, López Calera, Manuel Clavero, José Cazorla y Juan López Martos

Mitin en Bibrramba a favor de la autonomía. De izda. a dcha.: Jerónimo Páez, López Calera, Manuel Clavero, José Cazorla y Juan López Martos

Resulta que en febrero de 1980 las ocho provincias andaluzas fueron a examinarse sobre Autonomía, una asignatura que se nos había atragantado en nuestro proceso histórico. Seis provincias aprobaron el examen, pero dos de ellas (Almería y Jaén) se quedaron en las puertas, rozando el aprobado. Hubo un examen de repesca y estas dos provincias consiguieron pasar al curso siguiente. Este podría ser el resumen metafórico y sucinto de lo que pasó aquel 28 de febrero de 1980, cuando los andaluces fuimos llamados a las urnas para votar si queríamos autonomía o no.

Recordemos que partido en el Gobierno, UCD, había hecho campaña a favor de la abstención o del voto en blanco porque quería canalizar el proceso autonómico por la vía del artículo 143. Y es que para UCD, Andalucía no era considerada comunidad autónoma 'histórica' como el País Vasco, Cataluña y Galicia, que habían conseguido el estatuto de autonomía política durante la Segunda República Española. Alianza Popular apoyaba esa abstención. Los partidos de izquierdas, muy subidos de moral después de las elecciones, querían la autonomía plena por la vía del artículo 151. El argumento político del gobierno era que la autonomía política de Andalucía estaría garantizada tanto por la vía del artículo 143 como por el artículo 151, pero que esta última daría el control del proceso autonómico a los partidos de izquierda. Éstos, en cambio, defendieron que el resultado positivo del referéndum y el consiguiente acceso a la autonomía por vía del artículo 151 nos pondría a la altura de los vascos, los catalanes y los gallegos. Para conseguir esa autonomía todas las provincias debían votar a favor la mitad más uno de los electores. Y si esto no se conseguía, el proceso se estancaba y no se podría hacer otra nueva consulta hasta pasados cinco años. La pregunta era: "¿Da usted su acuerdo a la ratificación de la iniciativa prevista en el artículo ciento cincuenta y uno de la Constitución a efectos de la tramitación por el procedimiento establecido en dicho artículo?". Total, que se votó y, como venía diciendo, en todas las provincias se consiguió esa mitad más uno menos en Jaén y Almería. Lo de Jaén se solucionó tras la impugnación de los resultados y lo de Almería porque la voluntad del pueblo provocó un amplio debate político que alcanzó a las Cortes y logró que se modificase la Ley de Referéndum para permitir la incorporación de la provincia al proceso autonómico. Fin de la película. A partir de ahí no había acto público en el que no se cantara el himno de Andalucía: "La bandera blanca y verde / vuelve, tras siglos de guerra / a decir paz y esperanza / bajo el sol de nuestra tierra…". Himno que la mayoría de los andaluces lo tarareamos porque después de cuarenta y tantos años aún no nos hemos aprendido la letra. Por lo menos yo.

Rafael Alberti recibe en el Arco de Elvira las llaves de la ciudad. Rafael Alberti recibe en el Arco de Elvira las llaves de la ciudad.

Rafael Alberti recibe en el Arco de Elvira las llaves de la ciudad.

Tres días antes del referéndum, el 25 de febrero, entró en Granada Rafael Alberti para cumplir la promesa que le había hecho a su amigo Federico García Lorca. Alberti había escrito La balada del que nunca fue a Granada en homenaje al poeta asesinado durante la guerra civil. Tuvieron que pasar muchos años para que la balada quedara obsoleta porque a partir de 1980 Alberti visitó varias veces a la ciudad de la Alhambra. En la primera de ellas fue recibido en el arco de Elvira por el alcalde Antonio Jara, que portaba una bandera andaluza, como no podía ser menos. Allí se le hizo entrega de la llave de la ciudad. Al cruzar el arco, Alberti inclinó la cabeza y desde lo alto del muro se lanzaron banderitas verdiblancas. Todo muy bonito. Luego subió a la Alhambra y después fue aclamado junto a Santiago Carrillo en un mitin en la plaza Bib Rambla en el que pidió el 'sí' para el referéndum andaluz. Casi diez mil personas le escucharon recitar La balada del que nunca fue a Granada, que hizo que a muchos se les pusiera el vello de punta.

Alberti vendría después varias veces a Granada a reunirse con jóvenes poetas (Egea, Luis García Montero, Luis Muñoz, Álvaro Salvador…) y para ser investido doctor honoris causa por la Universidad de Granada. Y para la inauguración del primer monumento público dedicado a García Lorca, de donde salió zapeao. Fue en junio y en Fuente Vaqueros. El escultor era Cayetano Aníbal y el coste (unos diez millones de pesetas) fue sufragado por una suscripción pública.

Juan de Loxa en la inauguración del monumento a Federico García Lorca. Juan de Loxa en la inauguración del monumento a Federico García Lorca.

Juan de Loxa en la inauguración del monumento a Federico García Lorca. / Juan Ortiz

Asistieron al acto alrededor de 10.000 personas y el mismo sirvió también para hermanar a Neruda y a Lorca. Estuvieron, además de todas las autoridades locales, el presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo. Aunque el principal invitado a la ceremonia, el poeta Rafael Alberti, se sintió postergado por los organizadores y se fue a mitad del acto. Parecido rebote pilló el poeta Gabriel Celaya, que consideró que la actividad estaba manipulada y acompañó a Alberti en su huida de Fuente Vaqueros. Adiós muy buenas. Por lo demás, todo bien. Hubo recital de poetas y música a cargo de Carlos Cano, Enrique Morente, Raúl Alcover y el grupo chileno Quilapayún.

Empresas con problemas

El 15 de junio los trabajadores de Portinox se encierran en la basílica de la Virgen de las Angustias (ya saben, estaba de moda elegir los templos para las reivindicaciones laborales) ante el temor de una regulación de plantilla. Portinox era la factoría más importante del sector siderometalúrgico de la provincia granadina, así como la de mayor número de trabajadores. La empresa quería regular la plantilla porque decía que no era rentable y los trabajadores decían que era mentira, que la empresa tenía beneficios. Lo de siempre. Sería que tuvieron efecto los rezos de los empleados a la Virgen porque la Delegación de Trabajo desestimó en febrero de 1981 el expediente de regulación presentado por la empresa. Las plegarias le llegaban a la patrona también a través de los buenos bebedores de la cerveza, ya que Portinox fabrica los barriles de acero inoxidable que la contienen: "¡Virgencita, que se pongan pronto de acuerdo!", era la plegaria de los aficionados a la cerveza.

Pero no era el único colectivo con problemas. Uno de los daños colaterales de la quiebra del Banco de Granada (por el que que pagó el Banco Central 3.000 millones de pesetas), fue Cetursa, la empresa que gestionaba Sierra Nevada. La empresa arrastraba deudas y no ofrecía un servicio de calidad, a la altura de las grandes estaciones de esquí. En mayo se habló de una posible venta, pero la Junta de Andalucía, por entonces con dinero nuevo, dijo de hacerse cargo de la gestión de la estación. Hasta hoy.

En 1980 se eligió Granada para ser sede de un gran centro de producción de TVE, pero al final el centro se lo llevó Sevilla y aquí dejaron una pequeña sucursal. Más de lo mismo. El 27 de mayo de ese año se crea la Confederación Granadina de Empresarios, que no se circunscribe solo al turismo. Paco Galindo sería su primer presidente.

Mayo sangriento

El mes de mayo de ese año estuvo cubierto de sangre. En un periodo de solo cuatro días aparecieron dos jóvenes violadas y asesinadas por un sádico al que nunca se apresó. Uno de los cadáveres se encontró en Cúllar de Baza y otro en Píñar. Presentaban los mismos signos de estrangulamiento y varias puñaladas en diferentes partes del cuerpo, lo que hizo sospechar a la policía que había suelto en Granada un maníaco sexual con tendencias asesinas. Pero es que el día 10 de ese mes, un preso que iba a ser enjuiciado en la Audiencia Territorial, en Plaza Nueva, aprovechó la distracción los policías que lo escoltaban y se zafó de ellos. Cuando corría, uno de los policías sacó su arma y disparó, causándole la muerte. Se llamaba Manuel Córdoba y tenía 26 años.

El día 20 de septiembre era asesinado por ETA el guardia civil accitano Miguel Hernández Espígares. Tenía 23 años y fue tiroteado en un restaurante de Marquina cuando comía con tres de sus compañeros. Un mes antes, en agosto, la reina de las fiestas de la localidad de Loja murió al caerse de la carroza que la transportaba. Se llamaba Angustias López, tenía 19 años y era sobrina del alcalde, Manuel Martín. El accidente se produjo cuando el sillón donde iba sentada la reina se volcó hacia atrás, tropezando sus pies con unos cables, lo que le hizo perder el equilibrio y caer al vacío, con tan mala fortuna que se golpeó en la cabeza y quedó inconsciente. Aunque la muchacha fue trasladada de inmediato a un hospital de la capital, allí sólo pudieron certificar su muerte.

Una chica desnuda en la Alhambra

En enero de ese año la revista Interviú publica uno de sus famosos reportajes fotográficos en el que se ve a una chica que se pasea desnuda por varias estancias de la Alhambra. Era cuando la revista vendía con ese tipo de reportajes casi el millón de ejemplares. La revista que se leía con una mano. Manuel Orozco escribe al presidente del Patronato de la Alhambra quejándose de que el monumento nazarí hubiera quedado "envilecida por tal reportaje". "Nuestra Alhambra no puede ser pasto de mercaderes, independientemente de la belleza de la moza que se desnuda en el Palacio Real, en el Patio de los Leones y en donde le dio la gana", dice el profesor en su protesta. Pero otro sector de la población no vio mal que se utilizara la belleza de la Alhambra para resaltar la desnudez de la muchacha. O viceversa. El caso es que en Granada se agotaron los 'interviús'. El texto al margen, corto pero efectivo, estaba escrito por el periodista granadino Luis Cantero, que resaltaba al alimón al monumento y a la moza.

En enero, el día 10, vienen los reyes de España, pero esta vez no a esquiar, sino a inaugurar el complejo deportivo de La Cartuja y la residencia de ancianos de Huéscar. Era la primera visita a Granada con carácter oficial y protocolario. Llegaron en helicóptero desde Baeza y visitaron la Basílica de la Virgen de las Angustias y hubo cena de gala en el Alhambra Palace. En esos días había huelga de taxistas y el Ayuntamiento consiguió que hubiera unos servicios mínimos para atender la visita de los reyes.

Andrés Segovia, en La Herradura. Andrés Segovia, en La Herradura.

Andrés Segovia, en La Herradura. / Juan Ortiz

Cuenta Entrala que ese año vino a visitar Granada el poeta Odysseas Elytis, que había sido nombrado premio nobel de Literatura un año antes. Pues bien, el poeta griego lo primero que hizo al llegar a Granada fue viajar a Fuente Vaqueros para visitar el sitio en el que había nacido su admirado Federico García Lorca. Fue a la hora de la siesta y no le abrieron la puerta. Normal.

A quién sí se le homenajea por todo lo alto en junio de ese año es a Andrés Segovia, que es nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Granada. Hasta vino el presidente Leopoldo Calvo Sotelo, que se sumó en nombre del Gobierno al homenaje. El guitarrista recordó en su discurso "la dura infancia que he sufrido aquí" y dijo que nunca antes le había emocionado tanto un homenaje como el que le estaba haciendo Granada. El birrete celeste de la Facultad de Filosofía se lo impuso el rector Antonio Gallego Morell. Por aquellos años, a Andrés Segovia le llovían los homenajes. En la Herradura le dedicaron el paseo principal y a varios colegios de la provincia le pusieron su nombre.

Pero en 1980 pasaron más cosas. Se inaugura el hotel Maciá Cóndor y el núcleo de Cuevas del Campo se independiza de Zújar. Se pone en marcha un festival flamenco que será el orgullo de los granadinos. Me refiero al de Los Ogíjares, cuya primera edición se celebró el 13 de septiembre de 1980 y contó con un cartel tan importante que jamás se superó: Camarón, Luis de Córdoba, Chiquetete, Diego Claver, Calixto Sánchez y Fosforito. A la guitarra, Enrique Melchor y Tomatito. Y como presentador el inefable Juan Bustos. Lo más representativo en esos años de lo jondo.

Otro festival, el de Música y Danza, trajo ese año al pianista y director Daniel Baremboin, que interpretó las Variaciones de Diabelli. También nace ese año el Festival de Jazz de Granada y vienen figuras como Stephane Grappelli, Dannie Richmond, Sugar Blues Band y Booker T. Laury. Todo un lujo.

Estrella Morente en el festival flamenco de los Ogíjares. Ella y el festival nacieron el mismo año. Estrella Morente en el festival flamenco de los Ogíjares. Ella y el festival nacieron el mismo año.

Estrella Morente en el festival flamenco de los Ogíjares. Ella y el festival nacieron el mismo año.

En 1980 cierra el cine Apolo, pero se inauguran las salas de verano del cine Los Vergeles. Nace el grupo Lombarda, que se dedicará a recuperar la música tradicional andaluza. También se crea el centro de retiro budista O'Sel Ling, situado en las montañas alpujarreñas cercanas al barranco de Poqueira. Un centro que daría mucho que hablar porque de allí salió el niño granadino en el que se había reencarnado un tal lama Yeshe. Un despropósito del que hablaremos cuando llegue su turno.

En 1980 nacieron la artista Marina Rodríguez Vargas, el bailaor Manuel Liñán, el poeta Fernando Valverde y las cantaoras Marina Heredia y Estrella Morente. Buena cosecha.

En cuanto al Granada CF, fue en la temporada 1980-81 cuando el equipo descendió a Segunda B. Al no renovarle el contrato a Ben Barek, se pensó en el que había sido una estrella del fútbol para entrenar al equipo: Paco Gento, el inolvidable 11 del Real Madrid. Gento no debía de tener otra cosa mejor que hacer que dijo que sí. Y aquí se vino, pero no tuvo tiempo ni de deshacer las maletas. Duró menos que diez euros en la puerta de un colegio. Los malos resultados del equipo hacían presagiar su relevo. Se despidió a Gento pero el que le sustituyó no lo hizo mejor porque al final de temporada, como venía diciendo, el equipo se fue a la Segunda B. Y después a Tercera División. Más bajo no se podía caer. Y en ese pozo estuvimos 22 años sin que nadie viniera a rescatarnos.

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