Iglesia

El arzobispo de Granada decreta el cierre del Instituto Diocesano de Filosofía por falta de alumnos

  • La insuficiencia de matrículas hace imposible sostener al personal necesario para una educación de calidad

  • El instituto fue creado por el anterior arzobispo, Javier Martínez, en 2005

  • Gil Tamayo recibe el palio arzobispal

El instituto se ubicaba en el Seminario de Granada.

El instituto se ubicaba en el Seminario de Granada. / G.H.

El arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, ha firmado un decreto de extinción del Instituto Diocesano de Filosofía Edith Stein del Arzobispado de Granada. Según ese decreto, firmado el 30 de septiembre, Gil Tamayo, "de acuerdo a las facultades que se me han conferido como arzobispo de Granada, procedo a tomar una decisión con respecto a la continuidad del funcionamiento" de este instituto, creado por el anterior arzobispo, Javier Martínez, en 2005.

"A pesar de los esfuerzos realizados para mantener la calidad educativa y fomentar la captación de estudiantes, no se ha podido atraer nuevos alumnos, lo que ha generado una disminución sustancial en los ingresos destinados al sostenimiento y funcionamiento del mismo", recoge el decreto. 

Gil Tamayo advierte de que por "la insuficiencia de alumnos matriculados se ha vuelto insostenible mantener el personal necesario para garantizar una educación de calidad". Por eso, ha procedido a decretar la extinción de este instituto, ubicado en el Paseo de Cartuja, en el Seminario Diocesano de Granada.

En la página web de este instituto se informa de la formación que imparte, que el curso pasado se centró en cuatro cursos de posgrado y de su nómina de profesores, nueve en total (cuatro de Filosofía, una de Historia, un profesor emérito y tres no residentes).

Según su información, el instituto nació "con la certeza de que el hecho cristiano, tal y como se profesa en la Iglesia Católica, es la respuesta a las preguntas y a las aspiraciones más profundas del hombre, también en nuestro tiempo. Por ello es capaz de suscitar el amor a la sabiduría y la humanidad verdadera que en el fondo todos los hombres anhelan". Y perseguía una triple finalidad: "científica, en cuanto promueve la investigación; didáctico-formativa, en cuanto se preocupa de proporcionar a sus alumnos la mejor formación posible y de difundir la filosofía que nace del Hecho cristiano; y pastoral, en cuanto que trata de transmitir al cuerpo mismo de la Iglesia y a la sociedad que el amor a la verdad y a la razón es un rasgo inherente a la fe católica".

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