La compra de Transportes Rober por parte de Alsa, una de las empresas que compone el conglomerado de la multinacional británica National Express, levantó ciertas dudas entre los trabajadores de la concesionaria del transporte urbano de la capital durante la mañana del martes, cuando se anunció la operación. Sin embargo, la primera toma de contacto de Alsa con los trabajadores ha servido para transmitir tranquilidad a los empleados después de dos reuniones, una en la misma tarde del martes con el comité de empresa, y otra en la mañana de ayer ya con los sindicatos a nivel provincial e individualizado.

El comité de empresa remitió una circular interna a la que ha tenido acceso Granada Hoy en la que la nueva compañía transmitió a los trabajadores "tranquilidad" y en la que se expresó la intención de los nuevos dueños de realizar una "transición en la dirección con la mayor normalidad posible". En esa reunión estuvo presente el director de Alsa Andalucía, Valeriano Díaz Revilla, además de los representantes sindicales y la dirección saliente de Transportes Rober.

Ya en el anuncio de la compra de la empresa por parte de Alsa, la compañía anunció que se mantendrían los 580 puestos de trabajo de Rober y que se iban a respetar todos los convenios firmados con los empleados y con el Ayuntamiento de Granada. En esa línea se expresaron los nuevos gestores. El comité pidió a los trabajadores "paciencia, calma y sosiego" para "acostumbranos a la nueva situación con la mayor normalidad posible", además de y trasladó la intención de Alsa de "apostar mucho por la formación y por la tecnología", por lo que dan el "margen de confianza que toda nueva situación merece".

Las impresiones fueron positivas y entre los representantes de los sindicatos UGT, CCOO y CSIF destacaron la intención de Alsa de mantener todos los acuerdos firmados, incluido el que asumen la subrogación de los trabajadores de Alhambra Bus por Transportes Rober, suscrito meses atrás.

El desembarco de Alsa en Rober sigue adelante y la intención de la empresa es rotular lo antes posible los autobuses de la capital con la identidad corporativa. Además, la previsión es que a finales de año puedan empezar a llegar los primeros vehículos que renovarán la flota.

Estos movimientos se producen a la vez que ayer se celebró una nueva sesión de la comisión municipal de grandes contratos, y donde se presentó el informe externo encargado por la concejalía mediante en que se pretende guiar la decisión de que el nuevo documento sea una concesión o se remunicipalice el servicio. Y el informe levantó las críticas del grupo de Podemos-IU, que dice que solo habla de las bondades de un servicio privado y no de que vuelva a manos del Consistorio.

"Los planetas se han alineado para que la gestión siga siendo privada", comentó el concejal, Antonio Cambril, que añadió a este diario que Alsa anunció "sin ningún pudor grandes inversiones en la flota de buses y la renovación tecnológica, a pesar del pastizal de la compra en sí y la subrogación de 580 trabajadores con sus respectivas antigüedades, que si no logra hacerse Alsa con el nuevo contrato dentro de un año y medio cuando se produzca la extinción del actual, tendrá que recolocar en otros sitios de España o indemnizar". "Muy segura tiene que estar la multinacional británica de que va a ganar el concurso para asumir tanto riesgo", deslizó el edil.