En el barranco de la zorra
barrio de bola de oro3 Distrito Genil
Vivir en plena naturaleza a 15 minutos de la Virgen de las Angustias es posible en la Bola de Oro Los vecinos reclaman más seguridad, arreglo de los jardines y limpieza de las arquetas
Al lado de la ruta del colesterol que discurre a la vera del río Genil existe un barrio donde las casas blancas, los árboles y las flores son protagonistas. Está distribuido en diferentes alturas y su nombre es Bola de Oro. Un lugar donde la tranquilidad y la naturaleza se unen a escasos metros del Centro de Granada, o como dice María Carretero, vecina del barrio: "A quince minutos de las Angustias".
Quienes viven aquí sienten una auténtica devoción por el espacio de gran belleza que los vio nacer. Todavía recuerdan cómo los alrededores del río Genil se convertían cada tarde en la zona de juegos y travesuras y cómo también en 1968 perdieron la vida un abuelo y un nieto agarrados de la mano durante las riadas. A ambos se les dedicó una escultura que todavía sigue instalada en el entorno de la fábrica de harinas San Patricio, en cuyos bajos se encuentra ahora la asociación de vecinos de Bola de Oro. Su presidente es José Uribe. Un hombre que, aunque no reside ya en el barrio ha vivido aquí toda su vida y no duda en pasear por sus calles cada día para prendarse de su belleza, pero también para escuchar las preocupaciones de los vecinos que lo paran para contarles sus problemas pero también para recordar viejos tiempos.
Lo primero que aclara este hombre antes de empezar la entrevista son los límites del barrio, que en ocasiones se confunde con la urbanización con el mismo nombre que entra dentro de los límites del Camino de los Neveros. Según explica el presidente, y también detalla la periodista Gloria Fernández en su libro Nueva Granada, destrozo de un paisaje, la Bola de Oro originaria está situada en el Barranco de la Zorra. Es aquí donde nació un asentamiento que tiene un nombre "que puede proceder del reflejo del sol en los montes o de los coloristas carnavales que se celebraban antes", y que posteriormente se expandió.
Es fácil de localizar si caminando por la agradable ruta del colesterol se mira a la izquierda a la altura del pabellón deportivo de Bola de Oro, que ofrece la vista de un monte salpicado de casas blancas de gran belleza. Entre estas edificaciones destaca la antigua fábrica de lanas San Patricio, que cerró en el año 80 y fue reformada por el Ayuntamiento, que la convirtió en el centro de formación IMFE. Tiempo después, tras el cierre de este organismo, el edificio, de gran belleza, alberga las oficinas de Gegsa y en la planta baja la asociación de vecinos. También en este barrio se encuentra la Escuela Infantil Virgen Madre.
La paz y la tranquilidad que respiran los vecinos que aquí viven solo se rompe cuando se les pregunta por el cableado eléctrico que cruza sus calles a través de precarios postes de la luz, o sobre el mantenimiento de las zonas verdes. Tanto la vecina María Carretero como el presidente de la asociación de vecinos detallan que se ha reclamado en varias ocasiones la limpieza de las arquetas, el arreglo de las jardineras de la fábrica de harinas o las que se encuentran en el pabellón polideportivo. Sin embargo, de momento sus quejas han tenido poco éxito. La falta de presupuesto municipal choca con el arreglo de estos jardines, que en algunas zonas están asalvajados.
Además, también les gustaría que se cambiasen los árboles de la plaza de la fábrica de harinas que vierten una resina sobre los bancos haciéndolos inutilizables y se coloque otra vez lavanda en lugar de las plantas que ahora hay. Otra de las peticiones es el fumigado de las alcantarillas para evitar que las cucarachas campen a sus anchas y se cuelen en las casas.
Lo que se ha logrado y era también muy necesario es que el Ayuntamiento acometa las obras de la Cuesta de la Plata, que estaba en muy mal estado y con el cableado entrelazado en peligrosos postes.
Entre 1.500-2.000 personas residen en este espacio, de las cuales alrededor de 200 familias forman parte de la asociación de vecinos que también organiza numerosas actividades como pintura al óleo, baile o pilates además de viajes culturales. También celebran con gran éxito su propia Cabalgata de Reyes y el día de la Cruz.
Sobre las infraestructuras y los comercios del barrio, Uribe destaca que es un barrio con pocos servicios pero por suerte queda todo a mano. Y, aunque quedan cosas por mejorar, este hombre, al que le apasiona su barrio, destaca la evolución de una zona humilde y que ahora ha ido avanzando progresivamente convirtiéndose en uno de los mejores sitios de la capital en plena naturaleza y con unas vistas impresionantes. En todo ello también coincide María Carretero, que lleva también toda la vida en la Bola de Oro. A la pregunta de qué es lo que más te gusta, ella lo tiene claro: "Este sitio es precioso, y como me he criado aquí, me encanta".
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