Un bus para 180 pasajeros cada 3 minutos

El Plan de Movilidad cambiará en un año la fisonomía de Gran Vía al perder un carril de circulación Dividirá su calzada en dos sentidos de 3,30 metros de ancho y tendrá un arcén para bicis, que volverán a pasar por la céntrica vía

Ana González Vera Granada

22 de marzo 2013 - 07:31

El Ayuntamiento de Granada ha empezado a remover los cimientos del transporte público de la ciudad, envuelto en una espiral de cambios que transformará por completo la movilidad de la capital y su Área Metropolitana en apenas un año. El Plan de Movilidad Urbana Sostenible giró abismalmente la filosofía del transporte en Granada y ahora, tras la aprobación en pleno del documento, toca perfilar los flecos de un proyecto que todavía dará mucho que hablar.

Hablaron las asociaciones y los usuarios de la bicicleta, que no entendieron la prohibición municipal de circular en bici por las calles Reyes Católicos y Gran Vía. La decisión tenía un trasfondo... y un argumento. Una bicicleta por mitad del carril entorpece el trayecto de los autobuses de alta capacidad: vehículos de entre 18 y 24 metros de longitud y 180 plazas que tienen que ser ágiles y rápidos y que deben cumplir escrupulosamente una frecuencia de tres minutos si quieren dar un servicio puntero a los ciudadanos. Claro que, además de priorizar el transporte público, el Plan de Movilidad también quiere cuidar al máximo a los ciclistas y esta decisión no se caracterizaba por mimarlos especialmente, así que la concejal de Movilidad, Telesfora Ruiz, anunció ayer un cambio en el proyecto que permitirá que los ciclistas transiten por los 800 metros de Gran Vía.

La céntrica vía dejará de tener tres carriles y pasará a tener dos, uno en cada sentido, de 3,30 metros de ancho cada uno. En los laterales de ambos carriles habrá un espacio de 1,20 metros con preferencia para los ciclistas pero permeable con otros medios de transporte. Una de las alegaciones más repetidas por parte de los taxistas al Plan de Movilidad del Ayuntamiento de Granada ha sido la posibilidad de poder parar en Gran Vía en mitad del trayecto para soltar a los clientes. Este carril da así la posibilidad de que los taxistas puedan parar en este espacio sin entorpecer la marcha de los autobuses de alta capacidad.

"No es un carril bici segregado. Los dos carriles amplios y el carril bici tendrán líneas discontinuas que permitirán el juego entre el autobús, los taxis y los vehículos autorizados", apuntó la concejal de Movilidad, Telesfora Ruiz. De esta forma, los taxis podrán invadir este carril y parar, mientras que el ciclista podrá salir de su espacio y adelantar al taxi; todo sin entorpecer a la línea de alta capacidad que, al disponer de un carril tan ancho, podrá maniobrar sin problemas.

Los técnicos municipales están trabajando en la elaboración de nuevas paradas para los taxis a lo largo de este recorrido y, aunque todavía no han fijado definitivamente los puntos de las paradas, el Ayuntamiento ya sabe que habrá un punto de estacionamiento en la plaza del Carmen. No ocurrirá lo mismo con los autobuses, que en su trayecto de bajada al centro volverán a parar, como hasta ahora, en la catedral y en Puerta Real, mientras que en las subidas hacia el Triunfo habrá paradas en Acera del Casino y en Isabel la Católica.

La propuesta de reservar estos espacios en los laterales de Granada dispone, según la concejal de Movilidad, del beneplácito de la Gremial del Taxi y la asociación Granada al Pedal. No ha sido tan bien valorada por los integrantes de la asociación Bici escuela Granada. Su presidente, Jordi Tata, cree que esta solución es "extremadamente peligrosa" para el ciclista puesto que no se respetan las distancias de seguridad para realizar un adelantamiento. "No hay distancia de seguridad con el autobús de alta capacidad que nos pasará pegado, casi nos dará con el retrovisor en la oreja. Cuando un autobús de 24 metros nos adelante generará un remolino de aire que puede provocar muchos accidentes", opina el presidente de Bici escuela.

El representante de la asociación, que ha recogido firmas para revocar la prohibición a las bicis de pasar por Gran Vía, cree ahora que, para esto, es mejor circular por la calzada con el resto de vehículos. "Al circular por la calzada, si tienes que hacer un adelantamiento puedes ocupar el carril contrario, pero en ese nuevo carril no puedes escaparte", añade el presidente de Bici escuela.

Eliminada la prohibición de circular en bici por Gran Vía, Telesfora Ruiz reconoció que esta solución no se podrá habilitar en Reyes Católicos, por lo que recomendó a los ciclistas utilizar itinerarios alternativos por la calle San Matías, por ejemplo, para evitar circular junto a las líneas de alta capacidad. Eso sí, quiso dejar muy claro que será una opción del ciclista y que no habrá prohibición alguna ni multas para quienes opten por usar estas vías.

El proceso que ahora encara el Plan de Movilidad del Ayuntamiento de Granada es el más laborioso de todos. Ha llegado el momento de adaptar el marco teórico a los proyectos concretos. En algunos casos, estos proyectos necesitarán incluso obras en la ciudad. "La idea final es conseguir una ciudad con un tráfico mucho más amable, volcado en las personas, en la reducción del transporte motorizado y en la apuesta por el transporte público", recordó la concejal de Movilidad.

La puesta en marcha de las líneas de alta capacidad obligarán a sacar del centro más de 15 líneas de autobús que actualmente se solapan una tras otra en este recorrido, relanzando considerablemente el tráfico. Cuando se instalen los nuevos vehículos de alta capacidad se conseguirá reducir el tráfico en un trayecto de 7,2 kilómetros.

"Con este nuevo modelo conseguiremos que desde la Caleta al Palacio de Congresos desaparezcan los atascos. Eliminaremos la coincidencia de 5, 6 autobuses en el mismo punto haciendo el mismo trayecto de forma que, nunca de manera simultánea sino sucesiva, pase un vehículo por la Gran Vía", explicó la concejal del área.

Junto a los ciclistas, los trabajadores de la empresa de transportes Rober han mostrado estos días la cara más preocupante del Plan de Movilidad. La eliminación de 15 líneas de autobús y la reducción del 26% de los kilómetros abre la puerta a una posible reducción de plantilla puesto que harán falta menos conductores para prestar el servicio. La concejal de Movilidad reiteró ayer que el Ayuntamiento hará lo "posible y lo imposible" porque no haya pérdidas de puestos de trabajo.

Al margen del Plan de Movilidad, la situación para los trabajadores de Rober es complicada de por sí. La puesta en marcha del Metro el año que viene supondrá la pérdida de ocho millones de pasajeros que cambiarán el autobús por el Metropolitano. Lógicamente habrá que reordenar el transporte público para que no se solapen ambos vehículos, de lo contrario no tendría sentido poner a funcionar un Metro en la ciudad. Este transporte recogerá gente del campus universitario de Ciencias, del Camino de Ronda, el Zaidín, y el PTS. "Aunque no cambiáramos los autobuses por las LAC el transporte urbano de Granada tendría que adecuarse; habría que suprimir líneas e intentar hacer compatibles los dos medios. No es coherente que autobús y Metro estén en pugna sino que sean complementarios buscando lo mejor para la ciudad", declaró la concejal responsable del área de Movilidad.

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