Granada año a año

1994: El año en el que se busca agua hasta debajo de las piedras y en el que se indulta a ‘Marquito’

Diaz Sol y Antonio María Claret se felicitan tras el polémico congreso del PSOE. Diaz Sol y Antonio María Claret se felicitan tras el polémico congreso del PSOE.

Diaz Sol y Antonio María Claret se felicitan tras el polémico congreso del PSOE.

Estamos en 1994 y Granada pasa por su tercer año de atroz sequía. Los embalses están bajo mínimos. El del Negratín se encuentra al 7,5% de su capacidad. El de Colomera está en la agonía con el 0,8% de agua. En Andalucía el nivel de los pantanos llega de media al 15%. Emasagra recomienda que se aproveche el agua de cocer huevos y el de las peceras para regar las plantas. En algunos pueblos hay restricciones y solo se permite para el consumo humano. Las piscinas se convierten en infraestructura malditas y comienzan a proliferar en Granada las empresas dedicadas a abrir pozos. Nada más que en la Vega se abrieron catorce. Ilegales se abrieron muchos más. Había que buscar agua hasta debajo de las piedras. La terrible sequía se amplió un año más, hasta hacer que se suspendiera el Campeonato Mundial de Esquí previsto en Sierra Nevada, aunque de eso ya hablaremos en el próximo capítulo.

Por lo demás, 1994 también fue un año pródigo en conflictos políticos y sociales. En Granada se vivió con mucho apasionamiento la confrontación abierta en el seno del PSOE andaluz entre los llamadores ‘renovadores’ y ‘guerristas’. Estos últimos convocaron en Granada un congreso en abril para elegir su propia ejecutiva, al que no asistió el 47% de los delegados, todos ellos del sector renovador. El partido quedó partido en dos, justo antes de las elecciones andaluces y dos semanas después del triunfo renovador en el congreso regional. Los seguidores del secretario andaluz y candidato a presidir la Junta, Manuel Chaves, impugnaron el congreso granadino al entender que se desobedecía una resolución de la ejecutiva federal que ordenó su aplazamiento hasta después de las autonómicas. Los militantes socialistas de Granada revivían así la escisión que se había producido once años antes cuando un grupo de dirigentes de los pueblos de la provincia se opuso a la elección de Javier Torres Vela como presidente de la Diputación de Granada en lo que se denominó lrebelión de los catetos. En aquella ocasión, Javier Torres era el candidato renovador a la secretaría. El congreso guerrista de Granada proclamó a Antonio María Claret García como nuevo secretario provincial. Los renovadores pidieron la impugnación del congreso porque, al no haber asistido al mismo, quedaron excluidos de la ejecutiva provincial. Los problemas se agudizaron cuando el comité director tuvo que elaborar las listas con los candidatos al Parlamento regional que se iban a celebrar el 12 de junio. El asunto llegó hasta la llamada Comisión de Conflictos y en julio se celebraría un congreso extraordinario que puso fin, al menos de cara al exterior, a la división interna del PSOE.  La herida se cerró, pero no del todo.

Este enfrentamiento abierto hizo que el Partido Popular de Granada lo superara en votos en las elecciones europeas y en las autonómicas, celebradas ambas el 12 de junio. En efecto, en las europeas los socialistas sufrieron una pérdida de cincuenta y cinco mil sufragios y su diferencia con los populares quedó reducida ya a siete mil papeletas escasas, según apunta el historiador Roberto Villa García en su análisis político de aquella época. Izquierda Unida también se beneficiaría de la pérdida de apoyos del PSOE logrando catorce mil votos más que en las generales. En ese descrédito del PSOE también tuvo mucha importancia la fuga de Luis Roldán, aquel director de la Guardia Civil que se quedaba con el dinero del arreglo y construcción de çcuarteles.  La cuantía de lo robado por este personaje al Estado fue de 14 millones de euros, de los que no se consiguió rescatar ni el diez por ciento. Con este socialista se acuñó la frase ‘La España del pelotazo’, una cultura basada en el rápido e ilícito enriquecimiento utilizando los recursos públicos. La fuga de Luis Roldán se produjo el 31 de abril, arrastrando consigo al ministro de Interior, Antonio Asunción, que no tuvo más remedio que dimitir. A Roldán lo trincarían un año después en el aeropuerto de Bangkok. El político, que se convirtió en un símbolo de la corrupción en España, murió el pasado año en su ciudad natal, Zaragoza.

Aunque la sorpresa vino en las elecciones autonómica cuando, contra todo pronóstico, los populares lograron alzarse con la victoria en la provincia, ganando a los socialistas por tres mil sufragios de diferencia y copando seis escaños frente a los cinco del PSOE y a los dos de Izquierda Unida. En esas elecciones, la Coalición Andalucista entre el PA y el nuevo partido Andaluz del Progreso de Pedro Pacheco, que presentaba por Granada al histórico dirigente de UCD Arturo Moya Moreno, perdió la representación obtenida cuatro años antes.

Otra huelga general

En cuanto a la conflictividad social, en 1994 hubo otra huelga general, está vez contra la reforma laboral que estaba preparando el último gobierno de González. Se produjo el 27 de enero y fue convocada por UGT y CC.OO. sumándose la mayoría de sindicatos minoritarios. Los antecedentes económicos y laborales previos a la reforma laboral que planteó el PSOE eran lamentables. El glorioso año 1992, de las Olimpiadas, Expo y grandes inversiones en infraestructuras, había pasado una factura importante y España se encontraba sumida en una crisis bastante aguda. En Granada la tasa de paro seguía superando el 20%. Los tipos de interés estaban en niveles del 16%. Muchas de las conquistas sociales se estaban perdiendo. Un panorama muy chungo contra el que había que protestar. En Granada la jornada no transcurrió con la esperada tranquilidad ya que en un enfrentamiento entre la Policía y los asistentes a una manifestación acabó con tres heridos y cinco detenidos.

Manifestación en Granada tras la huelga general en la que resultaron tres heridos. Manifestación en Granada tras la huelga general en la que resultaron tres heridos.

Manifestación en Granada tras la huelga general en la que resultaron tres heridos.

En materia de infraestructuras pasa algo muy importante en 1994: el comienzo en nuestra provincia de las obras de la autovía Bailén-Motril, tan ansiada como cacareada por los políticos que la llevaban prometiendo desde que había comenzado la democracia. Era una asignatura pendiente. Venir desde Jaén a Granada por la carreta nacional 323 constituía todo un ejemplo de esfuerzo y paciencia, sobre todo en los tres puertos que había que coronar: el Zegrí, el Onítar y, sobre todo, el Carretero. Si en este puerto llevabas por delante a un camión pesado, te podían dar las uvas. En las décadas de los setenta y ochenta se tardaba más de dos horas en recorrer 70 kilómetros. Por eso era tan necesaria una autovía y por eso a los políticos se les llenaba la boca anunciando este proyecto que nunca se hacía realidad. Por fin en 1994 se iniciaron las obras en la provincia de Granada en cuatro tramos. Ya en 1990 se habían iniciado las obras para unir Bailén y Jaén.

El cuatro de mayo los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, visitaron la Alpujarra. Primero estuvieron en la localidad almeriense de Berja, donde el rey recibiría la primera Medalla de Oro de la Ciudad. Almorzaron en la Villa Turística de Bubión con todos los alcaldes de la comarca y terminaron la jornada en Ugíjar, coincidiendo con el centenario de la concesión del título de ciudad por la reina María Cristina, la bisabuela del rey. Desde entonces dos de las habitaciones principales de la Villa Turística llevan el nombre de los padres de Felipe VI. Separadas, claro.

Dos sucesos para recordar

Bomberos intentan sacar a sus compañeros de las ruinas_ Bomberos intentan sacar a sus compañeros de las ruinas_

Bomberos intentan sacar a sus compañeros de las ruinas_

En el capítulo de Sucesos, ese año hay que destacar la muerte de dos bomberos bajo los escombros de una vieja fábrica de harina de Albolote, que se desplomó sobre ellos cuando se aprestaban a sofocar un incendio que se había declarado unos 15 minutos antes de su intervención. La parte central de las dos plantas del inmueble sepultó a Ángel Moreno y Miguel Ángel Abril, de 31 y 29 años respectivamente, mientras estaban planeando la estrategia más adecuada para atajar el fuego. Los cadáveres de los dos bomberos fueron localizados varias horas después. El hallazgo de los cuerpos produjo momentos de dramatismo, ya que familiares de uno de los fallecidos se encontraban contemplando los trabajos de rescate.

Otro suceso que conmovió a la sociedad granadina fue el hallazgo en una arqueta de Emasagra de Cenes de la Vega del cadáver de una niña de seis años. Fue en el mes de mayo. La pequeña, llamada Nerea, fue con su hermanastro, de 14 años, a buscar caracoles por el campo y nunca más regresó a su domicilio. El hermanastro dijo al llegar a casa que la había perdido, por lo que se organizó en el pueblo un amplio dispositivo de búsqueda. El cuerpo sin vida de la pequeña apareció quince horas después en un pequeño pozo de agua. Tenía un golpe en la cabeza, aunque los forenses determinaron que había fallecido ahogada. La Policía sospechó del hermanastro y después de detenerlo durante el funeral de la niña, éste confesó su crimen. En el juicio dijo que lo había hecho por celos: no podía soportar que su propio padre fuera más atento con la hija de su compañera sentimental que con él. Al ser menor, fue condenado a pasar dos años en un correccional con la idea de que pudiera reinsertarse después en la sociedad. Pero no fue así. La condescendencia de la Justicia falló en este caso. José Antonio Molina, pues así se llamaba el hermanastro de Nerea, se convirtió en hombre y también en un asesino. Según señala César Girón en un amplio reportaje publicado en La Voz de Granada, el individuo hoy día cumple condena por la comisión de al menos otros tres homicidios cometidos en 2001, cuando asesinó a balazos a dos hombres y dejó mal herido a otro por una discusión en torno a una dosis de cocaína. Y en 2015, tras quebrantar la condena, apuñaló alevosamente a un hombre conocido como El Chimeneas, un conocido con el que había compartido prisión.

Albaicín, Patrimonio de la Humanidad

En 1994 Rafael Guillén obtiene el 14 de noviembre el Premio Nacional de Literatura en su modalidad de Poesía por su obra Los estados transparentes. La obra es un poemario plenamente inscrito en la modernidad. La intención del poeta al escribirla era la de establecer puentes entre las humanidades y las ciencias. Rafael Guillén tiene ese año dos alegrías, la del Premio Nacional y la de saber que han nombrado Patrimonio Mundial de la Humanidad a su querido Albaicín, que tanto había disfrutado con sus amigos Pepe Ladrón de Guevara y Paco Izquierdo. El Albaicín fue inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial en1984 por representar una realización artística única de la humanidad y constituir un extraordinario ejemplo arquitectónico que ilustra la etapa de presencia islámica en España. Pero hasta diez años más tarde no se ampliaría la lista.

Paco Izquierdo y Rafael Guillén, en el Albaicín. Paco Izquierdo y Rafael Guillén, en el Albaicín.

Paco Izquierdo y Rafael Guillén, en el Albaicín.

En esta declaración tuvo mucho que ver Miguel Carrascosa, amigo personal del director general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, vecino del barrio e importante promotor de la idea. Carrascosa, que fue nombrado presidente del llamado Centro Unesco Andalucía, trabajaría para defender que el Albaicín conservara tanto la fisonomía urbana original como diversas construcciones medievales armoniosamente fusionadas con la arquitectura tradicional mediterránea. El Albaicín es un ejemplo inestimable de las residencias reales islámicas de la época medieval y mantiene sus principales características respecto a la forma, materiales y color de la arquitectura propia de esa civilización. Y por ese se merecía ser Patrimonio de la Humanidad.

En este año el cartel de Corpus lo pinta Juan Vida, se crea el Archivo Histórico Provincial de Granada y la biblioteca pública, Enrique Morente recibe un homenaje del mundo flamenco con la participación de los mejores cantaores del momento y en el Festival Internacional de Música y Danza la protagonista será la música hispano-árabe. En el patio de los Arrayares (rescatado desde entonces para selectos eventos) se oyó la música que durante siete siglos se interpretó en el Reino de Granada.  Sólo 500 espectadores pudieron asistir a una de las veladas más esperadas del Festival.

En 1994 la Universidad de Granada compra el antiguo Hospital Militar para transformarlo en la Escuela de Arquitectura. Le daba así otro uso al llamado Palacio de los Mendoza, un edificio renacentista que después de varias modificaciones de su estructura en 1776, pasó a albergar el Hospital Mayor de la Encarnación. Después, en 1835, fue la Escuela Normal de Maestros y en 1865 fue adquirido por el Ministerio de Defensa para albergar el Hospital Militar de Granada. El proyecto de remodelación para ser escuela universitaria fue galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura. Este bello edificio, conserva un elegante patio con cenadores platerescos, un alfanje mudéjar en el salón principal y una capilla barroca. Aunque lo más vistoso está en su fachada con una portada adintelada del siglo XVIII y a su lado la capilla con la portada de mármol negro. Testigos mudos todos ellos de su intensa historia.

Cabello gana una etapa del tour de Francia. Cabello gana una etapa del tour de Francia.

Cabello gana una etapa del tour de Francia.

Y en el apartado de los Deportes, en el año que nos ocupa hubo una alegría para los aficionados granadinos al ciclismo. El día 6 de julio, Francis Cabello, ciclista de la Zubia entró con los brazos en alto en la meta de cuarta etapa del Tour de Francia. Después entraría en escena Induráin y eclipsaría a todos los demás, pero aquella tarde los focos fueron todos para el granadino que remató una galopada de más de 100 kilómetros atacando de lejos a Magnien. Tenía 25 años y, a la postre, ese iba a ser su momento de mayor relevancia como ciclista. Sumó un total de 10 victorias como profesional en una trayectoria de 16 años, casi siempre enrolado en las filas del Kelme. 

En los toros también hubo una noticia destacada: el indulto de un toro llamado Marquito al que había toreado José Ortega Cano durante el Corpus. Fue el 4 de junio. Esa tarde, los toros de la ganadera Ana Romero dieron tal juego que un reputado crítico taurino escribió en su crónica: "Fue la apoteosis. El espectáculo taurino en su más bello esplendor. Fue una explosión de emociones, una radiante e incontenible alegría, una indescriptible pasión la que se vivió en Granada. Los tendidos, abarrotados y puestos en pie, despidieron con cánticos a los toreros y al mayoral, agradecidos porque habían vivido, quizá, la corrida de su vida, la corrida soñada, irrepetible y casi siempre imposible". A Marquito se le perdonó la vida después de que protagonizara junto a Ortega Cano una de las más hermosas páginas de la historia del toreo. Marquito sería destinado a pacer tranquilamente y a cubrir hembras, el sueño dorado de cualquier toro. Y de cualquier hombre. 

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