La estación de esquí de Sierra Nevada ha tenido que cerrar sus remontes debido al fuerte viento que impera en el macizo, en una jornada en la que las precipitaciones de agua y nieve a causa de la calima que invade la provincia han teñido de marrón el manto blanco que desde hace dos semanas embellecía la montaña.
Ya ayer la estación de Sierra Nevada retrasó su apertura varias horas debido a las rachas de viento superiores a los cien kilómetros por hora que se registraron en la zona de Borreguiles, y que en las áreas altas superaban esa velocidad. Algo similar ha sucedido hoy.
Esto en una jornada donde Sierra Nevada había abierto con 63,2 kilómetros de superficie esquiables, 16 remontes, un desnivel de 925 metros y visibilidad total, con nieve calidad polvo-húmeda. Precisamente la humedad de la nieve en algunas zonas vino por las precipitaciones caídas en las últimas horas a causa de la borrasca Celia, y que han dejado algunas zonas teñidas de marrón y barro.
La imagen es muy similar en estos puntos a la que dejó la borrasca con polvo en suspensión sahariano que se produjo durante los Mundiales de snowboard y esquí artístico del año 2017, que pintó de marrón el macizo dejando una visión poco atractiva de la Sierra a pesar de la abundante nieve que había.
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