Las enfermedades crónicas, tales como el cáncer, conlleva además del menoscabo de la salud y la mente en el proceso de curación, también un perjuicio a la economía familiar. Los pacientes no solo han de enfrentarse a los gastos continuos de medicamentos, sino que además tienen que darse de baja en el trabajo, si es que lo tienen. 

En el caso de las personas paradas en Granada, según el último informe de la AECC llamado Impacto económico y laboral sobre el pasado año 2018, dice que el número de casos detectados de nuevos pacientes con cáncer que están desempleados es de 286. 412 por cada 100.000 habitantes. De ellos, el 49,1% son hombres y el 50,9%, mujeres. 

De estos granadinos, 125 no reciben ninguna prestación por desempleo. 

En Andalucía hubo el pasado año 2.597 y de ellas, 1.105 que no cuentan con ninguna prestación económica. Este dato los convierte por partida doble en personas en riesgo de exclusión. 

En otra franja de, como dicen desde la AECC, personas "en riesgo sociolaboral elevado" aparecen aquellos pacientes de cáncer con rentas menores o iguales al salario mínimo interprofesional, que es de 736 euros. 

De este colectivo hay en Granada 62 enfermos de cáncer y según el informe, 244 por 100.000 habitantes. En Andalucía el total se sitúa en 549, y de ellos el 70,14% son hombres y un 29,86% son mujeres.

El pasado año a un total de 273 autónomos se les diagnosticó un cáncer en Granada, un 71,94% hombres y el 28,06% son mujeres. Éstos por cierto han de seguir abonando su cuota mensual a la Seguridad Social de entre 200 euros y 300 aunque estén de baja médica y no ingresen dinero. Por su parte se le retribuirá a partir del cuarto día de baja en relación a la base de cotización del mes anterior.