Granada

Del colapso y la clausura a la desescalada: así ha cambiado Granada en este abril de coronavirus

  • Solo los aplausos de cada tarde se mantienen, porque ni el sol, ni la perspectiva de pisar la calle, ni la vuelta al trabajo para muchos permiten olvidar la labor de quienes achicaban agua hace solo un mes  

Del colapso y la clausura a la desescalada: así ha cambiado Granada en el abril del coronavirus

Del colapso y la clausura a la desescalada: así ha cambiado Granada en el abril del coronavirus / Photographerssports

Llovía sobre las calles desiertas de Granada en el arranque de este mes que ahora termina. Los colapsados hospitales de la provincia sufrían sus momentos más críticos y los ciudadanos seguían en sus casas los días de máxima clausura decretada por el Gobierno. Ha pasado un abril histórico, que será recordado como el del coronavirus y que nos ha cambiado la vida. Llega a su fin de otra manera, con niños tomando el sol en las calles, aunque sea a ratos, y un horizonte inmediato para la desescalada.

Aquel primer día de abril en los hospitales de Granada el personal sanitario contenía la respiración al ver el ritmo de ingresos y la situación en las plantas y en las UCI. Con casi 600 pacientes de Covid-19 y más de 60 en las UCI (llegaron a ser 78 en esos días), el agua casi les llegaba al cuello. Pero como si alguien hubiera quitado el tapón de la bañera, el nivel comenzó a bajar después de la Semana Santa y Granada cierra hoy el mes de abril en condiciones muy diferentes: hay 158 personas hospitalizadas con coronavirus y 31 en UCI. Además, los centros sanitarios comienzan a recobrar sus rutinas para atender, operar y hacer pruebas a enfermos con otras patologías. 

En los titulares de ese primero de mes que ya parece tan lejano destacaban los planes de contingencia de la Junta de Andalucía para hacer frente a la saturación. En Granada ya se planificaba la instalación de un hospital de campaña en la feria de muestras de Armilla y se preparó la medicalización de varios hoteles, especialmente el Abades Nevada Palace, ubicado muy cerca del PTS. El principal problema eran las UCI, porque Salud previó un posible panorama en el que los pacientes graves duplicaban los recursos disponibles y esto se pensaba solucionar con la reconversión de los puestos de reanimación y el uso de respiradores localizados en otro tipo de servicios o centros.

Aquel hospital de campaña, al estilo del de Ifema en Madrid, ha quedado hoy relegado a la pesadilla de los peores pronósticos no cumplidos. Ni siquiera ha hecho falta el traslado de pacientes a los hoteles, que ya se preparan para su vuelta a la actividad turística, con mucha incertidumbre y preocupación, como en casi todos los ámbitos, pero al menos su futuro no parecer ser el de albergar a enfermos de coronavirus. 

Las muertes en aquellos primeros días de abril se contaban por decenas cada día, los velatorios se prohibieron y los entierros eran más tristes que de costumbre. Este panorama es quizás el que menos ha cambiado, porque Granada sigue registrando fallecidos cada día. Hoy han sido 3, ayer 4... El ritmo ha bajado, pero la muerte a causa del coronavirus sigue golpeando cada día a varias familias de esta provincia.

El mes empezó con la clausura más absoluta, con permiso para trabajar solo a aquellas personas que realizaran actividades esenciales. Los controles policiales para vigilar los movimientos de la población fueron los más rigurosos de todo el tiempo del estado de alarma. Ahora se mantienen las restricciones, pero muchos trabajos se han reanudado y un mero vistazo a las calles sirve para descubrir el cambio tan sustancial. Niños con bicis y patines, familias completas de paseo y hasta tráfico denso en algunas vías menos controladas por las fuerzas de seguridad.  

El tema de conversación estrella en los concurridos balcones ha dejado de centrarse en las víctimas conocidas o en la forma de conseguir levadura para sortear el aburrimiento en la cocina. Ahora los vecinos se preguntan cómo resolver el sudoku del plan de desescalada por fases y por territorios, dónde conseguir las mascarillas para salir o a qué hora tienen previsto ir al paseo infantil. Eso sí, los aplausos continúan puntuales cada tarde, porque ni el sol, ni la perspectiva de pisar la calle, ni la vuelta al trabajo permiten olvidar a nadie la labor de quienes achicaban agua hace solo un mes. 

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