El 13% de todos los contratos que se firman son de camarero
Durante la crisis, el campo y la hostelería se han convertido en el refugio de miles de trabajadores que se vieron expulsados de sectores como la construcción. Esta situación, más aún cuando el ladrillo difícilmente será lo que fue, tiene efectos permanentes en la estructura del mercado de trabajo. La agricultura y la restauración se han convertido en las dos actividades con mayor nivel de contratación, tanto por la elevada demanda que registran como por la extraordinaria temporalidad ligada a los dos sectores.
Los datos del Informe del Mercado de Trabajo realizado por el Sepe indican que la ocupación que más contratos generó en 2016 fue la de peones agrícolas sin cualificación, oficio en el que se firmaron 107.202 contratos, un 21,9% de los 487.744 que se formalizaron a lo largo de todo el ejercicio. Los bares, por su parte, formalizaron 62.402 contratos de camareros, lo que significa que este oficio -sujeto como casi ningún otro a la temporalidad y la estacionalidad- concentró el 12,8% de todos los contratos que se firmaron en la provincia.
¿La característica común de estas profesiones? La escasa cualificación, una nota que se repite en el ranking de ocupaciones más contratadas de la provincia. El tercer oficio con mayor capacidad de generación de empleo -aunque no estable ni de calidad- es el de peones de huertas. Le sigue el sector de la limpieza, los dependientes de comercio, los albañiles, los peones de industrias manufactureras, los peones de obras públicas, los monitores de actividades recreativas y, por último, los ayudantes de cocina. Prácticamente todas son profesiones que no requieren una elevada formación ni especialización.
El propio informe elaborado por el Ministerio de Empleo llama la atención sobre el "progresivo deterioro en la calidad de las ocupaciones que se han contratado en Granada". Porque el caso es que en los últimos años de crisis, en la provincia "han ganado peso las ocupaciones más elementales en detrimento de otras que exigen un nivel de cualificación más alto". El "nuevo orden socioeconómico" se traduce en que las ocupaciones elementales concentren el 50,3% de la generación de empleo, con 245.136 contratos a lo largo del año. En 2007, sin embargo, el peso de las ocupaciones elementales en la contratación de la provincia era de un 36,3%.
El Sepe indica que esta realidad está en consonancia "con el escaso peso de la industria en el tejido económico provincial". De hecho, el peso de las contrataciones en las industrias manufactureras y la construcción ha pasado de un 14% en 2007 a un 6,8% en 2016.
Los datos interanuales también reflejan el avance de las ocupaciones con menos formación, que son las que más tiran del empleo. El gran grupo de trabajadores de servicios de restauración y comercio ha incrementado el número de contratos un 12,5%, con 118.302. Frente a esto contrastan los datos de contratación de directores y gerentes (-12,7%), de empleados administrativos (-2,9%), de trabajadores agrícolas cualificados (-11,4%) y de los trabajadores cualificados de industria y construcción (-6,7%).
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