"Ayer me dijeron que el Hotel Luz tiene tanta potencia como la del Hospital Virgen de las Nieves". Los trabajadores de Endesa tienen datos como para dar titulares demoledores sobre hasta dónde llega el alcance del fraude al fluido eléctrico que impera en la zona Norte de Granada en cada frase. El último es el del Hotel Luz, ese edificio de una decena de plantas completamente destartalado y que cada dos por tres es objeto de redadas policiales para acabar con las plantaciones de marihuana que hay en su interior cuando se realizan las operaciones. Otro de los más llamativos ya lo dio este diario en marzo de este año: solo 18 de los 1.125 transformadores eléctricos que hay en la ciudad de Granada generan el 97% de las incidencias con el fluido eléctrico de la capital. Todos ellos, en la zona Norte de la capital. 

Por eso Endesa se afana en defender su actuación para acabar, ya no con el fraude al fluido eléctrico, sino lo más importante: acabar con los cortes de luz en la zona Norte de la capital. Hace unas semanas, el ya exalcalde de la capital, Paco Cuenca, decía literalmente que este problema tenía "nombre y apellidos", y ese era el de la compañía eléctrica. Y esta contraataca. "Tenemos que ir a una todas las administraciones", explican algunas de las personas responsables sin demasiada beligerancia. Esto es poner de acuerdo a Ayuntamiento, Junta, Gobierno central, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, asociaciones de vecinos y la propia Endesa.

La cuestión va más allá de la infraestructura. Endesa defiende haber invertido desde el año 2019 un total de 11,2 millones de euros en la zona Norte de Granada capital, "partidas muy elevadas", de las cuales 5,039 millones fueron para mejoras tecnológicas, y 6,18 millones a la reparación de la red, ya sean "instalaciones saboteadas" u otras que han tenido que ser completamente reconstruidas a causa de incendios por la "sobretensión" del sistema, según explica la suministradora en un informe. Una sobretensión creada por las plantaciones de marihuana indoor.

Trabajos de modernización de un transformador con telemandos

La primera parada es un centro de transformación subterráneo junto al campo de fútbol de la calle Molino Nuevo. Un camión y varios equipos trabajan en modernizar la instalación y asegurar su funcionamiento. Esto se hace mediante telemandos que permiten "controlar de forma remota la red a través de la inteligencia artificial y el big data". Esto además implica que un técnico no tenga que acudir al lugar y que la reparación se haga de forma más rápida y efectiva.

La suciedad campa a sus anchas. El trabajo para limpiar los escombros parece imposible de abordar. Un camión de Inagra y dos operarios recoger basura pero esto no tiene nada que ver con el centro de la ciudad ni con el barrio más descuidado. Parece un escenario de guerra que una escena cotidiana para lo que es el barrio hace incluso más amable: una gran televisión de plasma en la calle y sillas y sillones alrededor. La pantalla emite imágenes pero nadie las ve.

Al final de una calle, segunda parada en un transformador de media a baja tensión. De ahí parte una línea subterránea, se supone que más segura, hacia el interior del barrio bordeando la plaza Rey Badis. Endesa cuenta que en una de las calles del Polígono de Cartuja un transformador abandonado es usado como gallinero y otro aún en funcionamiento tiene un problema de inundación de aguas fecales, por lo que se plantea cambiarlo de sitio a un suelo del Ayuntamiento.

Es el corazón de la zona Norte. En todo momento el cableado es denso, grueso. De cada transformador salen decenas de conducciones eléctricas. Esto tampoco se ve en el resto de la ciudad. La inversión por cliente de Endesa en la capital es de 18 euros por persona. En los barrios de la zona Norte asciende a los 1.500 euros. La red cuenta con hasta cinco veces más potencia de la necesaria en función del número de habitantes. Tanta potencia como un polígono, pero industrial.

Se pasa por la puerta del Hotel Luz. Apenas hay gente en las calles. Junto a las tapias de la Ciudad Deportiva del Granada CF, uno de los tres transformadores que ha instalado Endesa. También se pasa revista y todo está en orden. También los técnicos pasan por un transformador más antiguo en una calle de La Paz, que ha requerido de la instalación de un ventilador de mayor tamaño para evitar sobrecalentamientos del sistema, que son los que provocan los cortes de luz. "Este hace ruido, hay que mirar lo que pasa", dice un técnico en voz baja. Todas las conversaciones son en voz baja.