El crimen de Los Yesos se salda con las primeras condenas de prisión permanente en Granada

El asesinato y la agresión sexual a una de las víctimas hacen que el magistrado considere "inexorable" la imposición de esta pena a los dos acusados de origen marroquí

A los otros dos, ambos españoles, el tribunal los considera cómplices pero no les impone la misma condena

El jurado declara culpables a los cuatro acusados del doble crimen de Los Yesos en Granada

Dos agentes de la Policía Nacional escoltan a uno de los acusados en la primera jornada del juicio. / Francisco Neyra / Picwild

15 de diciembre 2025 - 12:07 Actualizado: 15 de diciembre 2025 - 14:24

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a prisión permanente revisable a dos de los cuatro procesados por el crimen de Los Yesos, en la Costa de Granada, convirtiéndose en los dos primeros condenados que reciben esta pena máxima en la provincia. Se trata, según se detalla en la sentencia a la que ha tenido acceso este medio, de los dos jóvenes de 29 años de nacionalidad marroquí, que durante el juicio reconocieron el asesinato del dueño de la finca y de su compañera sentimental, aunque negaron haberla agredido sexualmente, en abril de 2022.

El asesinato de la mujer, que respondería a las siglas de C. J. A., ha sido lo que ha llevado a imponer la pena máxima para estos dos acusados, al considerar que concurren las circunstancias de "específica agravación" recogidas en el Código Penal, si no también el delito de agresión sexual previo al crimen, por lo que el magistrado considera "inexorable" la imposición de esta pena, la máxima del régimen jurídico español. Al mismo tiempo, se le impone la pena de inhabilitación absoluta por el tiempo de la condena y a la medida de libertad vigilada por 10 años. Además, se le prohíbe acercarse a menos de 500 metros a los familiares de las víctimas durante 24 años.

Por el delito sexual han sido condenados a seis años de prisión, con accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio e inhabilitación especial para cualquier profesión que conlleve "contacto regular y directo con personas menores de edad".

Respecto al asesinato del dueño de la finca, la sentencia impone una pena de 24 años de cárcel, además de inhabilitación absoluta por el mismo tiempo, libertad vigilada durante diez años, y la prohibición de acercarse a las víctimas, de nuevo, a menos de 500 metros.

La Audiencia también considera cómplices a los otros dos procesados, españoles de 32 y 22 años, y le impone penas de cárcel por el asesinato del dueño de la finca (J. A. V. ) y su pareja, aunque considerando "su menor protagonismo en el hecho respecto de los otros dos acusados", se le impone 22 años y seis meses de cárcel por este último asesinato, además de otro año y medio más al considerarlos cómplices de un delito de agresión sexual.

Respecto al asesinato de J. A. V., el tribunal impone a cada uno 21 años de prisión, con pena de inhabilitación absoluta por dicho plazo, y libertad vigilada durante 10 años, a lo que se suman otras penas por tenencia ilícita de armas o detención ilegal, hasta sumar 59 años y tres meses para el mayor de los dos, y 52 años y nueve meses para el más joven.

La sentencia de la Audiencia surge tras el veredicto de culpabilidad emitido por el jurado popular el pasado noviembre por la comisión de delitos de asesinatos, detenciones ilegales y robo con violencia en casa habitada, agresión sexual, y tenencia ilícita de armas, todos ellos con la agravante de disfraz. También de un ilícito contra la seguridad vial por el que a uno de los condenados a prisión permanente revisable se le condena a pago de 2.160 euros de multa. El grueso de los hechos fueron cometidos según se desprendió de su lectura en la Real Chancillería de Granada "de común acuerdo".

Dos bloques durante el juicio

El juicio por el crimen de Los Yesos arrancó el pasado noviembre en Audiencia Provincial e inmediatamente se formaron dos grupos para responsabilizar a los otros y así reducir sus condenas. Esos grupos estaban formados, por un lado, por los dos acusados de origen marroquí ahora condenados a prisión permanente, y los dos españoles.

Esta misma división siguieron los abogados de sus defensas, que presentarán a cada uno de sus representados como los cómplices de los otros, ya que todos incluyeron las atenuantes de miedo insuperable como descarga de su responsabilidad y han apuntado al otro par como autores materiales de los hechos.

En sentido, la sentencia recoge, a partir de las declaraciones de los distintos acusados en el plenario, cómo los ahora condenados a prisión permanente, admitieron todos los hechos del escrito de acusación salvo la agresión sexual, afirmando que los cuatro acusados "estuvieron de acuerdo en todos y cada uno de ellos". Por su parte, prosigue la sentencia, los otros dos acusados admitieron "que su propósito común era tan solo cometer un robo, y admiten que para ello fueron al cortijo", pero se desentendieron "de las conductas violentas ejercidas contra ambos fallecidos", mostrándose sorprendidos ante la agresividad de los marroquíes "quienes les obligaron a presenciar, prácticamente decapitado, el cadáver y les dijeron que a ellos les pasaría lo mismo si no les obedecían o si les delataban".

Ante esta contradicción, la Audiencia considera que los jóvenes marroquís "asumen los hechos sin autoexculparse", lo que sumado al resto de pruebas presentadas hacen optar por la idea de un común acuerdo entre los cuatro más allá de la obligación por parte de un grupo a otro.

Un crimen cometido hace tres años

Los hechos por los que se ha condenado a estos cuatro hombres tuvieron lugar en abril de 2022, cuando J. A. V. denunció varios robos en su finca y acusó a los condenados, ya que conocía a uno de ellos por ser el hijo de una expareja. Este acusado, que tenía entonces 18 años, fue a declarar a la Guardia Civil por esos robos y contó el doble crimen, por lo que cuenta con atenuante de colaboración con la justicia.

Esa misma tarde, desde el domicilio de los dos marroquíes "salieron sobre las 18:30 horas a bordo del vehículo de un amigo de estos últimos", recoge la sentencia, que añade que los cuatro vestían ropas oscuras para pasar desapercibidos e iban provistos de "pasamontañas, guantes, cinta adhesiva, dos machetes, un revólver y una pistola artesanal, objetos que portaba en una mochila uno de estos dos últimos y "de cuya existencia eran todos ellos conocedores".

Al llegar al cortijo, que estaba vacío, los cuatro entraron y comenzaron a buscar por todo el lugar "con la finalidad de hacerse con dinero o con cualquier objeto de valor". Poco después, llegó el dueño y su pareja y los ya condenados "salieron a su encuentro, forcejando con aquel para obligarles a que entrasen en el inmueble", todo ello tapando su cara y armados.

Ya dentro, "sentaron a ambos en sendas sillas, los ataron de pies y manos y permanecieron en esa situación durante aproximadamente dos horas bajo la custodia de los cuatro acusados", expone la Audiencia en su sentencia.

Tras asesinar al dueño de la finca, de nuevo entre los cuatro "envolvieron en el cuarto de baño su cadáver en un edredón y lo trasladaron a la parte trasera de la furgoneta". Con su pareja, y "a fin de no dejar testigos de los hechos cometidos y así evitar ser descubiertos", y tras agredirla sexualmente, decidieron "acabar también con su vida" en similares términos, esto es, degollándola. Tras esto, "los acusados limpiaron el cortijo para evitar que quedase en la vivienda cualquier rastro de sangre o indicios de su presencia" y "sustrajeron los móviles y la documentación personal".

Para deshacerse de ambos cadáveres, los acusados condujeron la furgoneta "durante un kilómetro aproximadamente. Se detuvieron en un barranco ubicado en una zona superior del cortijo. Desde allí, manteándolos, lanzaron los cuerpos por una pendiente muy pronunciada, dejándolos abandonados".

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