Pilar Aranda. Rectora de la Universidad de Granada

"La desconexión de Granada también nos afecta: estamos perdiendo congresos"

  • Pretende una Universidad puntera en investigación y más rejuvenecida Para eso la rectora pide normas más flexibles, más autonomía y una financiación que premie los buenos resultados.

Pilar Aranda está a punto de comenzar su segundo curso al frente de la Universidad de Granada, una institución que es referente nacional e internacional en el ámbito del conocimiento y que en este momento podría ser clave para el desarrollo de importantes proyectos en la provincia. La rectora se ha marcado el objetivo de abrir la UGR a la sociedad.

-Al acto de inicio de curso acude otra vez este año el consejero de Economía y Conocimiento. El año pasado le reclamó el problema de la deuda y parece medio solucionado. ¿Qué le va a pedir esta vez? ¿Cuál es la prioridad?

-Sí, fue concedido. Había entonces 169 millones de deuda y ahora estamos en 25 o 30. Mi principal demanda ahora es un modelo de financiación nuevo, que atienda a los costes estructurales de las universidades, pero que también tenga una parte importante por competitividad, por resultados de cada universidad.

-Cada universidad busca sus intereses para este nuevo modelo. ¿Qué fuerza tiene Granada?

-Por lo que nos han adelantado, la música suena bien. Las demás universidades nos hemos reunido y todas queremos que nos aseguren los costes estructurales. Yo no me voy a pelear con los rectores andaluces, creo que esto tiene que ser una decisión política y ahí creo que la Consejería tiene las ideas claras sobre el modelo de financiación por el que quiere apostar. No estaremos totalmente de acuerdo, es muy difícil, somos universidades diferentes. Creo que el sistema universitario andaluz tiene que aprender a aprovechar esas diferencias para complementarnos unas a otras.

-¿Se uniría a la reivindicación de cambiar el modelo universitarios nacional? ¿Hay que romper corsés?

-Totalmente de acuerdo en esa petición, el capítulo de investigación es muy potente y ese modelo de justificaciones nos está constriñendo mucho y está impidiendo el crecimiento. Las universidades públicas tenemos un modelo en el que la captación de fondos privados hay que hacerla de una determinada manera, no podemos tener ahorros, la ley de estabilidad presupuestaria ha hecho que los remanentes no existan, que tengamos que estar en déficit cero... Hay leyes y normativas estatales que hacen que sea complicada la gestión universitaria. Y también normativa autonómica que lo complica.

-La UGR tiene una plantilla de edad muy elevada, ¿se van a recuperar los incentivos a la jubilación?

-Ahora mismo es muy complicado, porque a parte de las contrataciones que estamos haciendo, tenemos que ver en el personal de administración y servicios, cómo vamos a avanzar ahí con la promoción horizontal, que va a tener un coste. A mí me encantaría volver a ese plan, porque permite rejuvenecer, pero mientras podemos ponerlo en marcha otra vez, nosotros estamos apostando por los ayudantes doctores, queremos tratar de que la figura de sustituto interino se use cuando no haya más remedio que utilizarla. Y estamos en la vía abierta de ayudantes doctores por investigación, que nos va a permitir que en todos los departamentos, en todas las áreas de conocimiento, en estos años pueda entrar alguien joven.

-El vicerrector de Investigación dice que hace falta un salto cualitativo, nuevos niveles de excelencia. ¿Hay que pedir más a los que ya están en la UGR o traer gente de fuera?

-Como servicio público no debemos de olvidar la docencia, pero para dar formación adecuada tenemos que tener una investigación puntera. Y para eso hay que trabajar dentro, con el personal que tenemos, facilitándoles movilidad, captación de recursos, promoción... Y también hay que captar talento, recuperar el que se formó en esta universidad, pero también captar nuevo. Porque la gente que viene trae nuevas líneas de investigación, fortalecen las que ya hay. Esa inyección de conocimiento nuevo, que complementa, es beneficiosa. Eso rompe esa idea de universidad endogámica.

-Es una lástima que el tejido productivo local y nacional no absorba el talento que sale de la UGR. ¿Debe ser el propio sistema universitario el que sirva de semillero empresarial?

-Hemos hecho una apuesta importante por el emprendimiento y la inserción profesional. El antiguo edificio de Medicina se va a convertir en el gran centro de estudiantes y lo primero que se va a trasladar va a ser todo lo de emprendimiento. Es un área nueva, que queremos que tenga unos espacios donde esas ideas de emprendedores tengan cabida y podamos buscar ayudas públicas y privadas para desarrollarlas. Es una nueva visión de la Universidad.

-Con Pilar Aranda la UGR tiene una política de ladrillo nuevo cero. ¿Qué se hará con todo lo que se ha quedado en cola?

-Sí, en estos primeros momentos, ladrillo cero. Pero vamos a hacer cosas. Hay una prioridad importante en el campus de Melilla. En Granada queremos actuar pronto en la Facultad de Bellas Artes y empezaremos a estudiar la ampliación de la biblioteca de Letras, se va a hacer el traslado del Departamento de Música al Observatorio. Y empezaremos el estudio de la Escuela de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones. No doy plazos. Sí empezamos ya con la antigua Facultad de Medicina, que tiene menos coste. Tenemos también la comisaría [la antigua comisaría de Policía de Plaza de los Lobos] en el horizonte para ir viendo cómo actuamos en el campus centro.

-Reválidas, 3+2... ¿Hay temas de suma urgencia a tratar con un Gobierno que no esté en funciones?

-En el tema de la reválida, la idea es que sea muy similar a lo que tenemos, porque además lo hemos hecho muchos años. Si alguna experiencia tenemos en las universidades es en preparar estas pruebas. En cuanto al 3+2 o 4+1 estamos empezando a llegar a acuerdos de mínimos. Pero nosotros mantenemos agenda, incluso con este Gobierno en funciones seguimos trabajando. No podemos pararnos porque la moratoria que teníamos de aplicación de la Ley Wert se está acabando y tenemos que ir tomando decisiones. Pero necesitamos una estabilidad para estos temas.

-La 'desconexión' ferroviaria y otros déficits de infraestructuras ¿están debilitando también la competitividad de la UGR?

-Ha perjudicado a la Universidad porque es sociedad. Vienen muchos estudiantes y profesorado, la organización de congresos, de seminarios y de eventos es una de nuestras actividades, porque es la comunidad científica en contacto con la ciudad. También nos afecta, estamos perdiendo congresos. Pido que lleguemos a acuerdo rápido, que seamos conscientes de que no podemos ser la única ciudad española que está incomunicada por tren. La Universidad estuvo en la manifestación.

-Ha pedido discreción en la candidatura de Granada para albergar el acelerador de partículas, pero ante la tradicional desidia política con esta provincia ¿le extraña la desconfianza en el éxito de las gestiones que se puedan realizar en la sombra?

-Hay que dejar muy claro que éste es un proyecto del Estado español. Y ahí tenemos a la cabeza a Carmen Vela, la secretaria de Estado, que lo está apoyando. Tiene al lado al CIEMAT, que ellos fueron los que se fijaron en Granada. Este proyecto estatal requiere de una serie de fondos que deben venir de la Comunidad Autónoma. Y están de acuerdo ya. Ahora nosotros, la Universidad, en la parte científica que nos corresponde, tenemos que coordinar, porque en el tema de fusión hay áreas que nuestra Universidad tiene pero otras no y, por tanto, esto afecta a la comunidad científica global y, en concreto, a la comunidad científica andaluza. Ahí tenemos tratando de organizarlo al vicerrector de Investigación. Por otra parte, hemos estado trabajando con los empresarios y estamos de acuerdo. En estos tiempos tan difíciles, las instituciones que deben de estar de acuerdo en este proyecto se han puesto de acuerdo. Ahora bien, ¿qué ocurre? Este es un proyecto científico, un proyecto empresarial y esto requiere una cautela a la hora de trabajar. Estamos en competencia con otros países, ¿les vamos a enseñar todas las cartas? Por eso hemos pedido durante un tiempo prudencia. Éste es un proyecto de liderazgo nacional y ahí está Carlos Alejaldre, un excepcional científico, que es el que está coordinando.

-Otro postulado para Granada, la Agencia del Medicamento. ..

-Creo que fui la persona que en cuanto vio lo del Brexit, rápidamente con teléfono en mano, me puse a tocar por todos lados para solicitarla. Porque tenemos un aval muy importante, tenemos el PTS, ya hay empresas farmacéuticas trabajando allí, tenemos un potencial muy alto en la Facultad de Farmacia, Ciencias de la Salud, Medicina, Ciencias, experiencia en ensayos clínicos, fortaleza en aspectos sanitarios, a parte de que nosotros ya tenemos grupos en atención farmacéutica que trabajan con las agencias del medicamento y con la industria farmacéutica. Nosotros no hemos querido entrar en competencia, sino sumar. Hay un entorno más que amable, amabilísimo.

-¿Es partidaria de una candidatura en solitario o apoya una propuesta conjunta en Andalucía?

-Ahora mismo la Comunidad Autónoma la solicita y ya se iría defendiendo. Soy persona de sumar, no de restar. Me gustaría que esté en Granada porque el PTS es su fortaleza, pero es interesante hacer conexión. Creo que debe ser un proyecto nacional y autonómico. Yo defiendo que sea un proyecto autonómico porque, siendo así, estoy segura de que Granada gana. Nosotros tenemos el PTS, pero lo mismo que trabajamos con Málaga, con Córdoba, con Sevilla, Jaén o Almería, tan cercanas a nosotros con los grupos de investigación... Siempre he dicho que la ciencia no tiene fronteras.

-Se cierra el botellódromo pero el botellón no desaparece de repente. La ciudad siempre ha mirado a la UGR...

-Eso es un error muy grande. El botellón no es un problema de la Universidad, es de la ciudad, de la provincia y, por tanto, implica a nuestra institución en el sentido de que somos sociedad. El botellódromo tenía un problema de salud y convivencia ciudadana. Estoy muy contenta de que haya desaparecido. A partir de ahí, es cierto que hay un problema general de todos. Como Universidad nuestra obligación es aportar conocimiento, investigaciones para que podamos desarrollar un ocio adecuado, unas actividades culturales deportivas adecuadas, una prevención y unas campañas de información buenas. Este debe ser el papel. Ya estamos trabajando en las comisiones, otro modelo de ocio. Hay épocas que tenemos aularios abiertos para el estudio, pues podemos también tener talleres abiertos.

-La asociación creada para organizar la Universiada en 2015 no ha aprobado ninguna de sus cuentas económicas anuales.

-Por parte de la Universidad ha habido distintos responsables. Hemos abonado todo lo que había que pagar. Pero esto hay que clarificarlo, se ha invertido bastante dinero público. Hay que justificarlo y cerrar bien ese tema. Que cada parte asuma su responsabilidad. Nosotros estamos al día.

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