Sebastián Pérez ha sido en los últimos años como uno de esos personajes que acaba siendo traicionado por todos, como la protagonista de Justine o los infortunios de la virtud del Marqués de Sade. Con su dimisión como presidente provincial del PP, uno de los efectos colaterales es que el alcalde Luis Salvador parace consolidar sus cuatro años de mandato, ya que el adiós de Pérez también significa que se desvanezca la amenaza de la alternancia en la Alcaldía en 2021, lo que se conoce como el pacto del 2+2 alcanzado minutos antes de que el Salvador tomara el bastón de mando el pasado 15 de junio.

La decisión de que Cs se hiciera con la Alcaldía de Granada se tomó en Madrid con el secretario general del PP Teodoro García Egea y el secretario de Organización de Cs Fran Hervías como negociadores y con el veto de Vox  a Sebastián Pérez como desencadenante para que Cs, con 4 concejales, se hiciera con la Alcaldía frente a un PP con siete ediles en la plaza del Carmen. 

Sebastián Pérez vio como, por segunda vez, su partido le cortaba las alas para ser alcalde de Granada, toda vez que en 2016, con la explosión del caso Nazarí, también fue obligado a dimitir como teniente de alcalde del Ayuntamiento después de que el exalcalde Torres Hurtado pusiera su cabeza como condición para dejar la Plaza del Carmen.

Desde el pasado 15 de junio, Sebastián Pérez ha deambulado circunspecto por el Ayuntamiento con cierta sensación de ausencia, como un elemento extraño. A la vuelta del verano dinamitó el pacto con Cs al volver a insistir en que en 2021 tendría que haber un alcalde del PP o, en caso contrario, el partido pasaría a la oposición, una propuesta que ni siquiera era bien vista por muchos de sus concejales, que en privado reconocían que era una quimera y que estaba creando un aire irrespirable que dificultaba el trabajo de gestionar la ciudad.

Y pese a que Sebastián Pérez, a última hora, se declaró 'casadista' en el congreso popular que eligió al actual presidente nacional, siempre fue visto por Génova como un hombre incómodo, a lo que se sumó el inesperado ascenso de Juanma Moreno a la presidencia de la Junta de Andalucía, lo que reforzó al sector crítico que se visibiliza en la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, y el delegado de la Junta y secretario general del partido en Granada, Pablo García, a quien el partido ha designado para presidir el PP granadino en este periodo de transición, hasta el nombramiento de una gestora. También está por ver cómo juega sus cartas para el futuro José Robles, delfín de Pérez y que cuenta con el total respaldo de Teodoro García Egea. 

Acosado por dos flancos e incluso por algún caballo de Troya en el grupo municipal del Ayuntamiento, Pérez fue tentado por el partido para que encabezara la lista de los populares para el Senado con la condición de que dejara la presidencia del partido y el acta de concejal. Pero se mantuvo en sus trece y decidió amurallarse en el partido que ha dirigido desde 2004 y en el que ha llegado a acumular al mismo tiempo los cargos de presidente de la Diputación, senador y concejal del Ayuntamiento. 

Ahora, el sector de la consejera Carazo toma las riendas del partido con Pablo García y en ningún caso se buscaría tensar las relaciones con Cs, toda vez que es su socio de Gobierno en la Junta de Andalucía. Y quien quiera que se ponga al frente de la gestora más tarde, tampoco es previsible que vaya contra el pacto de 4 años firmado por el secretario general de partido.

Y por otro lado está por ver qué postura tomará Sebastián Pérez en el resto del mandato, ya que sin su voto la suma de PP y Cs se queda en 10 concejales. Ni siquiera con el apoyo de Vox llegarían a los 14 de la mayoría absoluta.

Precisamente el propio Sebastián Pérez confesaba en privado hace apenas unas semanas que "su olfato político" le hacia pensar que el socialista Paco Cuenca acabaría este mandato como alcalde de Granada. Ahora estaría en su mano que esto pudiese convertirse en una realidad dada su situación dentro del PP y las discrepancias manifiestas y más que evidentes con la dirección nacional del PP, que fue precisamente la que firmó el pacto de la Alcaldía con Cs.

Tal es así, que incluso el propio Paco Cuenca se ha mostrado muy reticente en apuntar con sus críticas a Pérez, vertiéndolas directamente sobre Salvador, por lo que mientras que por un lado evidencia la ruptura con el actual alcalde, por otro deja abierta la puerta a un entendimiento con el hasta ahora presidente popular.

Sebastián Pérez deja la presidencia del partido y ha dejado como último hit sus declaraciones tras destaparse una serie de irregularidades en obras de Sierra Nevada. "Me parece incomprensible, soy una persona seria y yo no estoy aquí para ser políticamente correcto, si me dice usted que el delegado del Gobierno de la Junta no tenía conocimiento me parece de extrema gravedad”, señaló. Justine o los infortunios de la virtud acaba con la protagonista alcanzada por un rayo. Sebastián Pérez, expresidente del PP de Granada, ha dejado el cargo fulminado por la "deslealtad" de su partido.