Un acto sencillo que pretende reconocer el esfuerzo de los cinco mejores expedientes de la provincia. La Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía fue ayer el escenario escogido para rendirles un pequeño pero merecido homenaje. Sin duda que el profesorado, las escuelas y las familias han aportado ese plus de motivación que finalmente, junto con el tiempo invertido y la dedicación, han tenido su fruto en forma de 9, un número muy cercano a la excelencia del 10. El siglo XXI son ellos, y el futuro más inmediato depende en parte de ellos. Todos están de acuerdo en que el Bachillerato ha sido más difícil que los exámenes de selectividad, cuyo mayor incoveniente suelen ser los nervios.

La delegada de Educación de la Junta de Andalucía, Ana Gámez, felicitó "a los cinco muchachos, y por supuesto a todos los que han aprobado la selectividad, que también se lo merecen" y entregó a cada uno de ellos, de manera simbólica, un maletín que representa su futura carrera universitaria. Luis Javier González, del I.E.S. Aricel de Albolote, ha finalizado con un 9,950 de nota final que "es el reflejo del esfuerzo realizado". Luis explicó que el único "secreto está en estudiar, pero sobre todo en buscar el equilibrio entre la diversión y estudio". En su tiempo libre le gusta hacer deporte o salir con su novia o amigos. Pablo Morales, del I.E.S. Pedro Soto de Rojas, consiguió la segunda mejor nota con un 9,925, y aunque ahora muchas personas le saluden sin que ni siquiera él las conozca, afirma que está "muy contento con el resultado obtenido" y que "es un premio al tiempo invertido". Como la mayoría de gente de su edad, le gusta salir con los amigos y hacer deporte.

Ricardo Gamero estudió en el Colegio Dulce Nombre de María (P.P. Escolapios) y ha obtenido un 9,780 para entrar con facilidad en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. A pesar de la buena calificación, no le da excesiva importancia porque "estoy seguro de que hay mucha otra gente que ha estudiado lo mismo o más que yo" y al final, como él mismo supone, "nosotros estamos aquí, pero sólo por unas pocas décimas". No se equivocaba Ricardo con estas últimas palabras ya que, aunque del primer al quinto puesto estén entre el 9,95 y el 9,77, la vigésima mejor nota es un 9,6.

Pablo Ortiz, del I.E.S. Ángel Ganivet, ha terminado con un 9,775. "Es una meta que te marcas y a la que finalmente tienes que llegar para ver que da sus frutos". Respecto al acto al que asistieron ayer, admite que "está bien que reconozcan el esfuerzo realizado", pero "es más importante el verano tan tranquilo que voy a pasar". Por último, María Mar Marañón, del I.E.S. Pedro Manjón, entrará en la Facultad de Psicología con 9,775. Tiene ganas de empezar la universidad y para ella este pequeño agradecimiento "es un orgullo", y aunque no se esperaba este resultado, "al final todo ha salido bien" y dio las gracias a sus profesores".

La propia Ana Gámez explicó que "se ha limitado a las cinco primeras calificaciones por problemas de aforo". En el fondo, ellos cinco representan al resto de personas que han sacado muy buenas notas. En cierta manera, encarnan a todos aquellos que se han esforzado por obtener la calificación necesaria que les permita estudiar la carrera de sus sueños, y el trabajo que desean desempeñar en un futuro más próximo de lo que ellos mismos piensan.

La delegada de Educación destacó que se deben alabar estos resultados debido "al ritmo tan vertiginoso marcado por la sociedad, que hace que parezca que no haya tiempo para dedicarse al estudio". Por ello "tiene más mérito, o doble valor, estos expedientes". A su vez, destacó el "avance que tiene Andalucía con un sistema educativo de calidad, y el mejor ejemplo es que nos reune aquí". Por último, Ana Gámez no quiso despedirse sin felicitar a parte importante de que el sistema educacional funcione de manera tan correcta y exitosa: "el trabajo del profesorado y de los centros educativos que guardarán muy buen recuerdo de ellos y que también han formado a sus alumnos en el aspecto humano".