Granada

Pina denunció el robo de 25.000 euros que guardaba en la funda de una raqueta de tenis

  • El teléfono que Pina aportó en la Comisaría de Murcia ha servido para realizar las escuchas

  • El incidente coincidió con un cambio en las relaciones con su posible testaferro, García Buitrago

Su propia esposa había contado los 40.000 euros unos días antes. Por eso Enrique Pina estaba seguro de que no se equivocaba en la cantidad exacta que al final de aquel verano de 2016 metió en un sobre de color blanco y ocultó dentro de la funda de una raqueta de tenis, que a su vez colocó en un armario-altillo del vestidor de su dormitorio. Había que saber que aquel dinero estaba allí para robarlo, como denunció meses después en la Comisaría de de Policía del distrito de San Andrés, en Murcia.

El propio expresidente del Granada CF, que lleva años declarado insolvente, se presentó en las dependencias policiales el 3 de enero de 2017 para denunciar que de los 40.000 euros sólo quedaban 15.000 en aquel sobre que a tan buen recaudo había dejado dentro de su chalé de Los Chorricos, en la murciana localidad de Molina de Segura. Para alcanzar la acaudalada raqueta hacía falta una escalera especial, explicó Pina al agente que le tomó declaración aquel día.

Pina apuntaba en su denuncia a su amigo y testaferro "El buitre"

Quique Pina, que alterna esta residencia con otra casa en Marbella, dejó el dinero y se ausentó del domicilio, hasta que un día de los que volvió a Murcia decidió ir a por el efectivo guardado. "El declarante busca la raqueta y del interior de la funda extrae el sobre, abriéndolo y se alarma cuando comprueba previo recuento que solamente había 15.000 euros en su interior", consta en la denuncia. Faltaban 25.000 euros que aseguró no haber tocado. Después de aquella desagradable sorpresa, aquel mismo día, tomó el sobre y se lo dejó a su madre.

Aquel incidente podría no haber tenido mayor repercusión, pero ha resultado crucial para Enrique Pina Campuzano y para otras muchas personas de su entorno en la investigación que para entonces ya estaba abierta (aunque secreta) en la Audiencia Nacional por presuntos delitos contra la hacienda pública, blanqueo de capitales e insolvencia punible.

Al poner la denuncia, Pina aportó el número de teléfono que habitualmente utilizaba. Es así como los agentes de la Brigada Central de Investigación de Blanqueo de Capitales y Anticorrupción pudieron acceder e intervenir el móvil que el dirigente deportivo utilizaba para hablar de sus negocios. Ya contaban con otros dos números en la información oficial de la que disponían, pero los pinchazos fueron infructuosos porque uno estaba inactivo y otro era usado para mensajes. El descubrimiento de que el propio investigado había aportado otro teléfono en aquella denuncia en Murcia abrió una línea de indagaciones que ha resultado ser clave para su implicación en el caso.

Además del golpe de suerte para la Policía que supuso obtener ese número de teléfono, en la investigación de la Audiencia Nacional llaman la atención otros aspectos de aquella denuncia. El primero y más evidente es que la ocultación de un sobre con dinero en su domicilio demuestra que manejaba sumas en efectivo, a pesar de su aparente falta de ingresos declarados. No hacía declaraciones de la renta y arrastraba una deuda de más de 3 millones a Hacienda.

Como detalle adicional de aquel episodio está el hecho de que admitiera haber entregado el resto del dinero encontrado en la raqueta a su madre para que fuera ella la que lo custodiara. En diferentes informes que constan en el sumario, los investigadores atribuyen a Trinidad C. J. un papel clave en el entramado de Pina, sobre todo como guardiana del dinero y documentos importantes: "Tu madre ya tiene los pagarés compulsados para que los guarde", le advertía a Pina uno de sus socios en una breve llamada telefónica el mes pasado.

En las escuchas telefónicas de hace poco más de un mes a ese número que Pina facilitó a la Policía, hay una llamada de su madre especialmente curiosa, en la que consta que el dirigente deportivo le había entregado una maleta con un millón dentro para que ella lo contara y lo guardara. Pero es en esa conversación en la que la madre le recuerda a su hijo que faltaba dinero y que "El Buitre" le estaba "robando".

El Buitre es el nombre con el que se refieren a Alfonso David García Buitrago, considerado por los investigadores "amigo íntimo" y testaferro de Enrique Pina. Pero en la denuncia que éste pone en la Comisaría de Murcia, el expresidente del Granada CF explica que la única persona que conocía la ubicación del dinero y que también tenía llaves de su casa es Buitrago. Es más, aseguró que el entonces amigo estaba presente en el momento en el que Pina descubrió que faltaba dinero. Los informes de las escuchas revelan además que Pina explicó al jardinero de su casa en diciembre pasado que Buitrago ya no tenía las llaves de su domicilio.

Las advertencias de su madre, la denuncia del supuesto robo en la que Pina parece apuntar al Buitre y otros hechos objetivos que aparecen en la investigación hacen pensar a la Fiscalía que "la relación con Enrique Pina ha cambiado", motivo por el que consideran que esta persona podría haber dejado de figurar como administrador de la sociedad ADGB Sport SL (desde agosto de 2017), una de las empresas investigadas que se consideran participantes del entramado formado por el dirigente murciano para ocultar sus actividades y su verdadero patrimonio. Mientras Pina seguía dirigiendo el Granada, García Buitrago fue también la persona designada para representar sus intereses en el Cádiz CF, ya que cualquiera apellidado Pina estaba vetado por el Consejo Superior de Deportes, que expresamente prohibió esa duplicidad de intereses.

La denuncia del robo es una evidencia más de que Pina manejaba dinero en efectivo. En los registros realizados por la Policía por orden de la Audiencia Nacional el pasado 31 de enero también aparecieron otros 90.000 euros en su domicilio, metidos en sobres rotulados con los nombres de Elche y Cádiz. En su declaración ante el juez José de la Mata, dos días después, el investigado aseguró que ese dinero era de su esposa, con la que comparte el domicilio de Marbella. "Siempre tiene algún ahorro por si alguna vez pasa algo", explicó a preguntas del fiscal.

Parte de la investigación en la Audiencia Nacional se ha centrado también en corroborar que Pina maneja patrimonio y recursos propios de "una vida de lujo". En los seguimientos policiales a los que Pina fue sometido se constató que tiene a su disposición tres coches de lujo: un Bentley Continental GT, un Porsche Panamera y un Aston Martin V8. Todos están a nombre de la empresa que supuestamente administra su hermana, Calambur Intermediaciones SL. No obstante, también hay localizados otros coches de marca Mazda y un Cadillac Escalade, que "en ocasiones es utilizado por su esposa".

También han comprobado los investigadores que sería el verdadero propietario de un barco, llamado El Duende, con otra lancha auxiliar, que se encuentra ubicado en Puerto Banús, no muy lejos de donde ahora reside con su familia. La compra de esta embarcación con posibles fondos transferidos irregularmente del Granada CF forma parte también de la investigación del juez De la Mata. En las escuchas telefónicas, Pina se queja de los empleados del barco porque no sabe si "será una táctica de esta gente de que se rompa mucho para ellos ganar dinero, porque siempre que voy al barco, algo le pasa".

Al margen de sus visitas a la casa de Murcia, el expresidente del Granada CF parece que reside ahora en Marbella, en un "tríplex adosado", tal y como explica el propio investigado en una de las llamadas intervenidas. "Ahora te lo montas mejor y cada vez tienes más cosas", le responde su interlocutor pocos días antes del estallido de la Operación Líbero.

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